La revista Science, ha publicado un estudio que modeliza las futuras estrategias de distanciamiento social para frenar la pandemia por COVID-19. Los expertos afirman que podría ser necesario alternar estas medidas hasta 2022 y apuntan que la incidencia total del virus hasta 2025 dependerá de la duración de la inmunidad humana, de ahí la necesidad de realizar estudios serológicos lo antes posible.
Desde el comienzo del brote mundial de COVID-19, la sociedad se pregunta si el SARS-CoV-2 permanecerá en la población humana después de esta etapa pandémica inicial o podrá erradicarse como pasó con la epidemia de SARS de 2002.
Tema: Noticias. Publicado: abr 21st, 2020.
Al cierre del día de ayer, 20 de abril, se encuentran ingresados en hospitales para vigilancia clínico epidemiológica 2279 pacientes. Otras 7337 personas se vigilan en sus hogares, desde la Atención Primaria de Salud.
Para COVID-19 se estudiaron 1818 casos, resultando 50 muestras positivas. El país acumula 30 416 muestras realizadas y 1137 positivas (3.7%). Por tanto, al cierre del día de ayer se confirman 50 nuevos casos, para un acumulado de 1137 en el país.
Los 50 nuevos casos confirmados fueron cubanos. De ellos, 41 fueron contactos de casos confirmados y 9 no se precisa la fuente de infección.
De los 50 casos diagnosticados, 27 (54.0%) fueron hombres y 23 (46.0%) fueron mujeres. El 62.0% (31) de los casos positivos fueron asintomáticos.
Del total de casos diagnosticados los grupos de edades más afectados fueron: de 40 a 60 años con 18 casos (36.0%), seguidos del de 20 a 40 con 14 (28.0%).
Tema: Acontercer cubano en salud. Publicado: abr 21st, 2020.
Mediante el análisis de 160 genomas completos de SRAS-CoV-2 alojados en la base de datos GISAID (Global Initiative on Sharing Avian Influenza Data), investigadores británicos y alemanes, dirigidos por el genetista Peter Forster, de la Universidad de Cambridge, han reconstruido los caminos evolutivos del coronavirus en humanos a través de sus mutaciones y linajes virales, desde Wuhan a Europa y América.
El estudio, con muestras recogidas entre el 24 de diciembre de 2019 y el 4 de marzo de 2020 y que se publica en Proceedings of the National Academy of Sciences, ha revelado tres ‘variantes’ distintas que denominaron A, B y C. La variante A, más estrechamente relacionada con el virus encontrado tanto en murciélagos como en pangolines, es descrita como “la raíz del brote”. El nodo B se deriva del A por dos mutaciones: la mutación sinónima T8782C y la mutación no sinónima C28144T que cambia una leucina a una serina. El tipo C difiere de su tipo primario B por la mutación no sinónima G26144T, que cambia una glicina a una valina.
Tema: Noticias. Publicado: abr 21st, 2020.
La situación actual de la epidemia causada por la COVID-19 supone una prueba para todo el sistema de salud. Ricardo Martino Alba, experto en cuidados paliativos del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, analiza cómo influye en los profesionales, pacientes y familias esta situación y afirma cómo la fragilidad del ser humano debe ser el eje central de la atención sanitaria.
Según Ricardo Martino, esta pandemia está sometiendo a examen nuestra humanización.
La velocidad de instauración de la pandemia por COVID-19, la aparición constante de nuevos casos, la gravedad de muchos de ellos y la mortalidad que origina hacen que adquiera dimensiones de catástrofe, es decir, de una gran desproporción entre las necesidades de atención sanitaria y los recursos disponibles.
Así, algunas sociedades científicas plantearon la posibilidad de realizar un triaje entre los pacientes para acceder a determinados recursos de cuidados intensivos, especialmente la ventilación mecánica invasiva. En algunos documentos se incluían factores como la edad, la capacidad cognitiva y la autonomía funcional como criterios para incluir o excluir el ingreso en cuidados intensivos.
Con la evolución de la pandemia, se redactaron protocolos de actuación para la organización y estratificación de la asistencia, llegando a extrapolar estos criterios de edad o discapacidad para decidir si el paciente era subsidiario de atención en el hospital o debía permanecer en su hogar o en su residencia.
Algunas sociedades científicas plantearon la posibilidad de realizar un triaje entre los pacientes para acceder a determinados recursos de cuidados intensivos. Sanidad intentó acabar con cualquier tipo de discriminación.
Además, los requisitos de atención y aislamiento en los hospitales plantearon que el paciente fuera autónomo funcionalmente para poder ser ingresado. Con todo esto, en muchos medios de comunicación el mensaje ha sido “los mayores de 80 años no ingresarán en cuidados intensivos”.
Esto ha despertado miedos en los mayores, reacciones entre los familiares y reflexiones entre los profesionales. Recientemente, las autoridades sanitarias han tenido que abordar esta cuestión en un informe del Ministerio de Sanidad sobre los aspectos éticos en situaciones de pandemia:
“Excluir a pacientes del acceso a determinados recursos asistenciales o a determinados tratamientos, por ejemplo, por razón únicamente de una edad avanzada, resulta contrario, por discriminatorio, a los fundamentos mismos de nuestro estado de derecho (art.14 de la Constitución española)”.
En este sentido, los pacientes de mayor edad en caso de escasez extrema de recursos asistenciales deberán ser tratados en las mismas condiciones que el resto de la población, es decir, atendiendo a criterios clínicos de cada caso en particular. Argumentos semejantes son aplicables con el fin de proscribir cualquier discriminación por motivos tales como la discapacidad en cualquiera de sus manifestaciones, o la que pueden sufrir determinados colectivos de menores de edad.”
El debate del triaje continúa
Parecería, entonces, que el tema está zanjado. Sin embargo, muchas personas de diferentes ámbitos sufren a diario por esta cuestión. En primer lugar, los profesionales. Al final, el peso de la decisión recae en los clínicos, obligados a veces a tomar decisiones en situaciones extremas: en soledad y bajo presión asistencial.
No obstante, la responsabilidad es de todo el sistema sanitario, que debe poner los medios y recursos para que cada paciente reciba lo que necesite. Si la atención y el tratamiento se inician en el propio domicilio o en el centro residencial es menos probable que se den situaciones de sobrecarga extrema a la puerta de una UCI.
“Al final, el peso de la decisión recae en los clínicos, obligados a veces a tomar decisiones en situaciones extremas: en soledad y bajo presión asistencial. Pero la responsabilidad es de todo el sistema sanitario”
Las decisiones difíciles han de ser colegiadas para evitar la unilateralidad y el peso moral y emocional sobre los profesionales.
Por eso, se recomienda la participación de varios profesionales, la constitución de Comités de Apoyo a la toma de decisiones o la participación de los Comités de Ética Asistencial o de consultores en estos procesos.
En segundo lugar, los pacientes. Los niños infectados por COVID-19 que requieren hospitalización son ingresados con un acompañante, sometiendo a ambos a las condiciones de aislamiento pertinentes. Pero, ¿es necesaria la soledad a la que se somete a los pacientes adultos en esta situación?
En tercer lugar,las familias. La separación, la incertidumbre, la dificultad de despedirse en los casos de fallecimiento, la alteración en los procedimientos y en los ritos funerarios, etc. Los tres colectivos (profesionales, pacientes y familias) están haciendo esfuerzos sobrehumanos para afrontar esta situación y compensar las carencias.
Hacer más humana la atención
En los últimos años, la palabra ‘humanización’ se ha ido extendiendo por los sistemas sanitarios como un mantra, casi como un eslogan publicitario; ha impregnado desde las comunicaciones públicas hasta los contratos de gestión, desglosándose en medidas concretas y evaluables.
“Humanizar requiere poner a la persona en el centro y subordinar los modelos organizativos a su interés; consiste en dar lo que se necesita, especialmente a los más vulnerables”
“¿Dónde queda todo eso en un momento en el que el bien colectivo está por encima del individual? Humanizar significa hacer más humana la atención, y eso requiere poner a la persona en el centro y subordinar los modelos organizativos a su interés. Y claro, el bien del individuo es más amplio y, sobre todo, más profundo que el buen tratamiento de la enfermedad.”
“Significa volver a poner en el centro la fragilidad del ser humano; consiste en darle a cada persona lo que necesita, especialmente a los más vulnerables. Por eso, esta pandemia está sometiendo a examen dicha humanización.”
Ricardo Martino Alba es jefe de sección en la Unidad de Atención Integral Paliativa Pediátrica del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid.
Fuente: Infomed
Tema: Propuestas. Publicado: abr 21st, 2020.
Para vencer la pandemia de COVID-19 se necesita de la acción del Estado, y la respuesta de Cuba ilustra esa posibilidad, aseguró la académica británica Helen Yaffe, especialista en temas latinoamericanos de la Universidad de Glasgow.
En declaraciones vía correo electrónico a Prensa Latina, Yaffe explicó que, en los países capitalistas desarrollados, la respuesta estatal al nuevo coronavirus se ha visto debilitada por años de austeridad y recortes de los fondos destinados a los sistemas de salud pública, las privatizaciones y el empobrecimiento de millones de personas.
Tema: Noticias. Publicado: abr 21st, 2020.