Un pueblo y dos contiendas
Para un pueblo acostumbrado a desbrozar malezas, luchar y vencer, hoy la mirada está enfocada en dos direcciones: la tensa y tenaz contienda contra la COVID-19 y otra, no menos importante, elevar la producción de alimentos, bienes y servicios.
El Consejo de Defensa Provincial de La Habana definió como decisivos los días que anteceden al 30 de septiembre, por lo cual su presidente, Luis Antonio Torres Iríbar, aseguró que la decisión de la conducta a seguir dependerá de los resultados con los cuales arribemos a esa fecha, momento en el cual se aplicarán acciones de acuerdo a las condiciones existentes, en consulta con la dirección del país.
De ahí la convocatoria de las máximas autoridades citadinas a jamás bajar la guardia y continuar contando con el acompañamiento disciplinado y consciente del pueblo.
Hay que elevar la percepción de riesgo, el orden y el acatamiento de las normas de bioseguridad, con la misma responsabilidad y respeto con las cuales actuamos hasta el presente.
El llamado a incrementar el rigor y la exigencia también va dirigido a los organismos de control, instituciones, consejos de defensa municipales, a nivel comunitario y a las administraciones de los centros.
Si el número de eventos de trasmisión local de la enfermedad, que antes de aplicarse estas medidas era de una veintena, llegó a reducirse en la actualidad, es precisamente por la unidad y el trabajo conjunto.
Las autoridades capitalinas alertan también sobre la disciplina y el control que deben imperar en municipios con presencia de focos de la pandemia y tienen alta densidad poblacional, como son Centro Habana y Diez de Octubre, lugares donde existen numerosas ciudadelas, elevada comunicación e intercambio en los citadinos y diversidad de unidades laborales.
Hay que mirar con lupa a las instituciones de Salud, en las cuales, a pesar de la exigencia en el cumplimiento de las normas de bioseguridad, en las últimas jornadas surgieron algunos contagios de trabajadores. Aunque parte de ellos contrajeron el virus fuera de sus centros, sin duda que, por estar en primera línea de combate, ameritan la máxima protección, empezando por la que deben propiciarse ellos mismos, cumpliendo con lo regulado.
La otra gran batalla en la capital es por la producción de alimentos, bienes y servicios. En las fábricas hay colectivos que aportan iniciativas para lograr nuevos renglones, pero debe sumarse un movimiento amplio destinado a sembrar cuanta parcela, patio y solar sea posible; y buscar en los barrios a quienes tienen más experiencia en los cultivos e incrementar las cosechas de viandas, hortalizas y frutas, guiados por el empeño de todos.
Las tarimas de los mercados ahora muestran mayores surtidos que semanas atrás. Hubo una respuesta positiva de provincias vecinas como Mayabeque, Artemisa y el sistema de acopio de otros territorios, pero la capital está llamada a aportar más a su autoabastecimiento y cada municipio debe trazar la estrategia para lograr el triunfo en esta otra contienda. Decía nuestro Martí: “La dificultad es grande y los que han de vencerla, también”.
Fuente: Tribuna de La Habana
Tema: Acontercer cubano en salud. Publicado: sep 27th, 2020.