En Cuba la protección a la población frente a la COVID-19 ha sido una prioridad
La doctora en ciencia Consuelo Macías Abraham, directora del Instituto de Hematología e Inmunología (IHI), explicó en el espacio televisivo Mesa Redonda de este jueves, que en los adultos de la tercera edad hay una mayor susceptibilidad a infectarse, característica propia de la edad, en la cual la inmunidad humana muestra un debilitamiento con los años.
Como parte de los programas de atención a los adultos mayores en el país de forma preventiva, Cuba dispuso la aplicación del fármaco Biomodulina-T para reforzar la inmunidad innata de ese segmento poblacional como parte del enfrentamiento a la COVID-19 en la Isla.
En este sentido, la doctora en ciencia Consuelo Macías Abraham, directora del Instituto de Hematología e Inmunología (IHI), explicó en el espacio televisivo Mesa Redonda de este jueves, que en los adultos de la tercera edad hay una mayor susceptibilidad a infectarse, característica propia de la edad, en la cual la inmunidad humana muestra un debilitamiento con los años.
Esto también ocasiona que las enfermedades se demoren más en eliminarse, además de traer consigo complicaciones y aparecer procesos malignos, una predisposición característica del sistema inmune agotado, manifestó.
La científica señaló que a esto se asocian otras comorbilidades que traen como consecuencia que el individuo tenga un mayor proceso de infección por lo que se consideran un grupo vulnerable y ante lo cual, se trazó una estrategia de intervención en los hogares de ancianos en el país.
Ante esto, Macías Abraham explicó que se derivó un proyecto, aprobado con todas las regulaciones y organismos pertinentes, para estudiar la administración de 2 bulbos de Biomodulina T por seis semanas en 30 adultos mayores, estudiándose la inmunidad en sus diferentes parámetros antes y una semana posterior de terminada de la intervención.
Se observó que ese producto tiene una acción sobre la dinámica de la respuesta inmune muy favorecedora y «orquesta la respuesta inmunológica, regulando y favoreciendo la posición en que el sistema inmunitario se encuentra en el individuo para enfrentar una posible infección».
RESULTADOS DEL PROYECTO A ESCALA NACIONAL:
- Se trataron 8 686 adultos mayores en Cuba y ninguno se infectó con el virus SARS-CoV-2
- Hubo una cantidad de 191 pacientes con infecciones respiratorias y la mortalidad de 0.8 %, ninguno reportado con el nuevo coronavirus e inferior a lo reportado en años anteriores.
La Directora del Instituto de Hematología e Inmunología resaltó que la intervención, desde el punto de vista preventiva terapéutico fue favorable.
En el estudio inmunológico se constató que la Biomodulina-T es un producto regulatorio muy bueno y en estos momentos de segunda fase de rebrote de la pandemia, se toman acciones y se repetirá la intervención para extenderla a menores de 60 años en centros psicopedagógicos.
Macías Abraham destacó que se inició la intervención en grupos de riesgos, y en personas que están en aislamiento, no obstante, donde exista un evento o a nivel de municipio un riesgo se está poniendo la Biomodulina-T y así se protege a la población.
«A pesar que ha sido beneficiosa esta intervención, se hace necesario cumplimos con las medidas epidemiológicas para limitar la propagación de la COVID-19», acotó.
La doctora precisó que la Biomodulina-T es un producto cubano, producido por el Centro Nacional de Biopreparados y donde hay experiencias en inmunología de usarlo en diferentes escenarios anteriores.
Estos resultados trazan posibilidades de estrategias de política de salud para tratar a los adultos en los hogares y en la comunidad, al momento que abre las puertas a nuevos ensayos clínicos, porque se ha visto que favorece a las células que producen a los anticuerpos.
Por otra parte, destacó que el IHI, que es el centro rector para la medicina regenerativa en Cuba, lleva adelante un estudios para tratar la contagiosa enfermedad con células madres, con resultados alentadores.
PARA CUIDAR LA SALUD MENTAL ANTE EL CORONAVIRUS
Sobre los retos que ha enfrentado la sicología social cubana en este periodo de emergencia sanitaria de la COVID-19, explicó doctora Carmen Borrego Calzadilla, jefa de sección de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública (Minsap), que en este periodo el acercamiento de esta ciencia ha contribuido a comprender las enseñanzas que deja la pandemia.
«Desde principios de año el Minsap comenzó a trabajar en su plan. A solo 20 días de la declaración de la pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS), nos sumamos a todas aquellas acciones organizativas, guiadas por el Presidente de la República, porque esta pandemia no la puede ganar uno solo, se debe trabajar con integralidad e inteligencia», afirmó.
Con el empeño de disminuir el impacto de la enfermedad tanto en el bienestar físico como mental, acotó la doctora, se diseñó el programa de enfrentamiento, cuyo contenido abarca todas las acciones para proteger a la población en ambos aspectos. En eso han jugado un papel muy importante, aseguró, los medios de comunicación masiva que han trasmitido mensajes claros y precisos.
«Es muy grande el reto para la sicología social. Por primera vez nos enfrentamos a una pandemia de este calibre y debemos incorporar a nuestras vidas medidas de autocuidado como el lavado de manos, el distanciamiento o convivir con una mascarilla, cuestiones bien difíciles pero muy necesarias», destacó.
En los protocolos, según afirmó Borrego Calzadilla, también se planificó el cuidado y bienestar de los que arduamente libran en la primera fila esta batalla. La atención al personal de la salud por la carga que ha implicado para ellos y para todo el sistema sanitario el nuevo coronavirus, ha sido un factor determinante.
«Es importante comprender que mientras más se alarga la situación, más complicado se vuelve para todos los trabajadores del sector. Por eso también es significativo el apoyo sicológico a estos recursos humanos», puntualizó.
La especialista reconoció también que, a pesar del esfuerzo en todo este tiempo para contribuir con el bienestar mental de todos los cubanos, los resultados aún no son los más esperados.
«La misión sigue siendo trabajar sobre las actitudes para lograr el autocuidado. Cuando logremos que la población lo haga y los números lo demuestren, entonces podremos hablar de recuperación o de etapa posCOVID», alertó.
Igualmente hizo referencia a la labor que están llevando a cabo de conjunto con el Ministerio de Educación sobre la protección a los niños y adolescentes, grupos poblacionales que se han convertido en vulnerables.
Por otro lado, doctora en ciencias Lidia Hernández Gómez, directora de la Escuela Nacional de Salud Pública, agregó que las estrategias se han realizado en todos los territorios del país y la investigación ha estado ligada a todo el proceso desde que comenzaron a reportarse los primeros casos de la COVID-19.
«Nos plantemos varias líneas de estudio, basados en el género, la intersectorialidad, los grupos de población, los profesionales de la salud, con el objetivo de identificar y poder reaccionar eficientemente antes las consecuencias sicológicas que ha acarreado todo este periodo de confinamiento.
«Hemos sido capaces no solo de trasmitir los métodos o los resultados, sino socializar y generalizar las experiencias, para aportar evidencia científica y apoyar a los decisores. Un ejemplo lo constituyen los proyectos relacionados con profesionales en zona roja. Los resultados han demostrado que, sobre la cantidad de trabajo, más de un 60 % está en nivel bajo, sin embargo, la sobrecarga emocional se ubica en un nivel medio y alto», refirió.
Según fundamentó, los estudios también evalúan otras variables positivas y han arrojado que prácticamente el 98 % de los profesionales tienen una gran satisfacción por poder ayudar, lo que alivia esa sobrecarga emocional manifiesta.
En este sentido, la especialista invitó a reflexionar sobre la importancia de que la población apoye el esfuerzo de los profesionales de la salud con el comportamiento diario adecuado.
«En relaciona con otros resultados de los estudios científicos, Hernández Gómez añadió que se ha constatado que los más asiduos en aplicar las medidas de autoprotección son los adultos mayores.
«Somos una población sicológicamente fuerte, porque contamos con la organización del sistema nacional de salud, que contribuye a la plena realización de todas las acciones que nos propongamos como apoyo en este sentido, y también contamos con la formación de los recursos humanos y las alianzas con las universidades. Esta ha sido una oportunidad para estrechar esos lazos, trabajar unidos», concluyó.
Fuente: Granma
Tema: Acontercer cubano en salud. Publicado: sep 11th, 2020.