Sin fronteras: Médicos cubanos en América Latina y el Caribe en el contexto de la COVID-19 (I)
De América soy hijo y a ella me debo.
José Martí
La región latinoamericana y caribeña continúa siendo la región más desigual del mundo en lo que respecta a la distribución de los ingresos entre su población, con un índice de Gini promedio de 0,465 en 2018. El virus SARS Cov-2 no tiene en cuenta las condiciones sociales para contagiar a una persona. Sin embargo, la pertenencia a un estatus social sí te hace más vulnerable a adquirirlo y desarrollar la enfermedad. El acceso y la calidad de los sistemas de salud, las condiciones laborales, el abandono de las zonas rurales, el acceso a agua segura, los niveles educativos, el hacinamiento en los barrios pobres o el acceso a la tecnología, incrementan el nivel de exposición al contagio y las limitaciones para protegerse.
Según OXFAM “medidas tan básicas como lavarse las manos o evitar el contacto físico son difíciles para el 21% de la población urbana latinoamericana que vive en barrios marginales, asentamientos informales o viviendas inadecuadas. El 81% de la población de la región es urbana. En los barrios marginales los servicios básicos son un lujo, muchas viviendas no cuentan ni siquiera con acceso a agua dentro de ellas. En el año 2018, el 13.5% de los hogares latinoamericanos no tenía acceso a fuentes de agua en la vivienda, y en las zonas rurales este porcentaje aumenta hasta un 25%. En estos asentamientos el hacinamiento es inevitable con más de 3 personas por dormitorio”. [1]
Las cifras hablan por sí solas. En América Latina y el Caribe el 20% de la población concentra el 83% de la riqueza. El número de multimillonarios en la región ha pasado de 27 a 104 desde el año 2000. Durante la pandemia de la Covid-19 la fortuna de los 73 milmillonarios de América Latina aumentó en 48 200 millones de dólares.[2] En contraste, la pobreza extrema está aumentando. En 2019, 66 millones de personas, es decir, un 10.7% de la población vivía en extrema pobreza. Más de la mitad de sus trabajadores (53.1%) estaban ocupados en el sector informal y, la pobreza y la desigualdad tenían rostro de mujer, de acuerdo a datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
“La región también está marcada por desigualdades raciales, étnicas y territoriales y las relacionadas con las diferentes etapas del ciclo de vida, lo que significa que varios grupos de la población siguen quedando rezagados”, advirtió Alicia Bárcena.[3] La alta funcionaria de las Naciones Unidas alertó que América Latina y el Caribe es actualmente el foco mundial de la pandemia de la COVID-19, con repercusiones dramáticas no sólo en términos de salud, sino también porque representa un gran retroceso en lo que respecta a la erradicación de la pobreza.
De acuerdo a las estimaciones señaladas por la CEPAL los efectos de la pandemia generarán la recesión más grande que ha sufrido la región desde 1914 y 1930, con un crecimiento proyectado de -5.3%, un importante deterioro de los indicadores laborales en 2020 que generaría casi 12 millones más de desempleados en la región y un aumento de casi 28.7 millones de pobres más que en 2019, para un total de 214.7 millones de personas en condición de pobreza en la región latinoamericana (34.7% del total de la población[4]. Además, es previsible que la pobreza extrema aumentará en 2.6 puntos porcentuales (15.9 millones de personas más), lo que afectará a un total de 83.4 millones de personas que corren riesgo de caer también en una crisis alimentaria.[5]
Cuando el primer caso de la pandemia se notificó en Brasil, el 26 de febrero del 2020, comenzaba un tsunami de fallecimientos en la región. Desde entonces, la COVID-19 se ha propagado a los 54 países y territorios de la región de las Américas. El epicentro de la pandemia se ha desplazado a la región de las Américas, en la cual, al 3 de agosto del 2020, se habían notificado 9 764 672 casos confirmados (+111 200), el 54.06% del total de casos reportados en el mundo, con 365 688 fallecidos (+2089) para una letalidad de 3,74% (-0,01)[6]. En general, se observa una tendencia creciente en la incidencia y las muertes en la región. Cinco países (Brasil, Estados Unidos de América, Chile, México y Perú) se encuentran entre los diez con el mayor número de casos confirmados y/o muertes en todo el mundo.[7]
La crisis sanitaria puso en evidencia las debilidades de los sistemas de salud pública de la región. Lamentablemente, en América Latina y el Caribe los sistemas de salud, públicos, universales y de calidad son inexistentes. La inversión pública en salud es en promedio un 2.2% del PIB, más o menos la mitad de la que la OMS recomienda. Los gobiernos invierten un promedio de 600 dólares per cápita cada año en asegurar la salud de la población latinoamericana, un 21% de lo que invierten los países de la OCDE. Se cuentan con un promedio de 23 camas hospitalarias y 18 médicos por cada 10 mil habitantes, aproximadamente la mitad que el promedio en los países de la OCDE. Esta es la explicación de que los desabastecidos hospitales públicos colapsasen y los niveles de contagio se extendieran aún más.
Cuba, en la región latinoamericana y caribeña, ha sentado un precedente en materia de desarrollo social. En el resto del continente la aplicación forzosa del neoliberalismo en las décadas finales del pasado siglo, provocó la profundización de las crisis políticas que ocasionaron la ilegitimidad e ingobernabilidad de las autoridades constitucionales y un amplio cuestionamiento a los postulados de la representatividad democrática en sus “principios intermediarios”. En algunos países como Venezuela, Ecuador y Bolivia, durante la década de los noventa y principios del siglo XXI, ocurrió una reconfiguración de las estructuras sociopolíticas que permitió la inclusión y visibilización de las clases sociales históricamente marginadas.
En los últimos tres años esta realidad ha cambiado radicalmente y una ola ultraneoliberal invade la mayor parte de la región, con gobiernos deseosos de consolidar un modelo económico que destruye todo lo logrado en la década ganada por el progresismo latinoamericano.
Cooperación de Cuba con América Latina en el sector de la salud pública
Organismos internacionales como la OMS, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) o la propia ONU reconocen a la mayor de las Antillas como el único país latinoamericano con uno de los mejores sistemas de salud del mundo.
Desde el inicio de la Revolución Cubana en 1959, el modelo de salud pública cubano también se convirtió en paradigmático debido a su destacado componente de cooperación internacional. La primera ayuda médica cubana se realizó en 1960. En aquel año Chile había sufrido un terremoto y hasta allí llegaron los médicos cubanos para atender a los damnificados. La decisión la dio a conocer el Comandante en Jefe, Fidel Castro, en el acto inaugural de la Facultad de Ciencias Básicas y Preclínicas “Victoria de Girón”.
Esta ayuda médica y en otras esferas continuó de manera sostenida; a pesar de que el 3 de febrero de 1962 se puso en práctica la Ley de Comercio con el Enemigo, que proclamó el embargo sobre el comercio entre los Estados Unidos y Cuba. Desde entonces, una consecución de leyes ha recrudecido este escenario y la huella del cerco económico y comercial ha estado presente en todas las esferas de la vida cubana, especialmente en la colaboración médica. Para el caso latinoamericano es muy significativo porque limita la actividad comercial y financiera en el entorno más cercano a la Isla.
Los huracanes Mitch y George, en 1998, en Centroamérica y el Caribe, provocaron pérdidas humanas y materiales sin precedentes en la región, y ante la solicitud de varios gobiernos de ayuda humanitaria, Cuba brindó su apoyo y colaboración en la reconstrucción de estos países. Se trasladaron más de 2 000 profesionales a Centroamérica para colaborar de forma gratuita.
En diciembre de 1998 se trasladó la primera Brigada Médica a Haití. A partir de este momento se concibió la idea, por parte del presidente Fidel Castro, en diciembre de 1998, de crear la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM). El 27 de febrero de 1999 arriban los primeros 1933 estudiantes con becas gratuitas de 18 países. La concepción de esta escuela fue formar profesionales que estuvieran dispuestos a regresar a sus comunidades de origen para brindar atención primaria de salud. Comenzó a ejecutarse el Plan Integral de Salud, estructurado para responder a las necesidades de la región centroamericana, que a posteriori se extendió a todo el mundo. Como parte de esta estrategia la ELAM formaría profesionales de estos países.
Para el año 1999, Cuba tenía 363 000 profesionales de la salud formados y trabajando en el sistema de salud nacional. Entre los años 1963 y 2001, más de 156 280 de esos profesionales habían colaborado en más de 140 países; el 75% de todos los países de la ONU; de ellos, 24 países de la región latinoamericana. A partir del año 2000, se dieron importantes pasos que afianzaron y diversificaron la efectividad de la colaboración médica cubana principalmente en América Latina y el Caribe. Vale destacar entre ellos el impulso y desarrollo de la Revolución Bolivariana en Venezuela, que propició la aparición de la modalidad de Programas Especiales, como Barrio Adentro, en el año 2003.
La creación del ALBA-TCP (2004), tuvo una significativa importancia en la historia de la cooperación médica cubana. Este mecanismo de integración fue fundado en el 2004, pero su origen se remite al 2001 cuando, en la III Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, el entonces presidente Hugo Chávez propuso la creación de un proyecto de integración y cooperación que mostrara a los demás gobiernos de la región la posibilidad real de crear un mecanismo alternativo a las lógicas impuestas por las relaciones de dominación que históricamente subordinaron a América Latina y a los sistemas políticos de sus Estados-Nacionales a los condicionamientos de los centros de poder, en especial Estados Unidos.
Desde el mismo inicio del primer periodo el ALBA-TCP impulsó las normas del Regionalismo Postliberal, y sus tres retornos, los Retornos del Estado, el Retorno de la Agenda Social y el Retorno de la Agenda del Desarrollo. En palabras del académico español José Antonio Sanahuja estos tres retornos tienen una explicación histórica, pues “la crisis de la integración regional y en el modelo del Regionalismo Abierto coincide con una nueva oleada de propuestas que apuntan a una redefinición del regionalismo y la integración.”[8]
Con la III cumbre se inició la participación de Bolivia como país integrante de la organización. En esa reunión se estableció también la firma del Tratado Comercial de los Pueblos (TCP), y se definieron los fundamentos de la cooperación médica conjunta de Cuba y Venezuela con el nuevo integrante. Con las cumbres de 2007 se inició la etapa de ampliación de la organización con el ingreso de Nicaragua bajo el recién electo gobierno sandinista. Ello propició que se extendieran las capacidades de asociación de Petro Caribe con las economías centroamericanas.
De hecho, el documento de Adhesión de Nicaragua como nuevo miembro resultó útil para reafirmar la concepción de los principios de cooperación Sur-Sur que identificarían a la organización en sus planteamientos estratégicos. En ese sentido, se argumentó que la superación del modelo neoliberal y sus efectos en la región implicaba una alianza estratégica entre los Estados y los pueblos de América Latina y el Caribe, basada en los principios de solidaridad, cooperación, complementación y ayuda mutua, y fundamentada en el rescate y valoración de nuestra identidad, la democracia participativa y el desarrollo económico con equidad[9].
Durante el año 2008 y el año 2009, se adhirieron nuevos miembros a la organización como fueron los casos de Dominica y Honduras en el 2008, de Ecuador, San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda en 2009. La misma no solo se ampliaba hacia el Caribe, lo que significaba un logro directo de las políticas de cooperación vinculadas a Petro Caribe, ALBA Alimentos y Misiones de salud, sino que también incorporaba a Estados sudamericanos que con anterioridad habían mantenido un apoyo indirecto a esta iniciativa.
El ALBA-TCP permitió el desarrollo tanto de las políticas aplicadas por los gobiernos para el mejoramiento de la calidad de vida de sus sociedades, como también la implementación de estrategias multilaterales, sobre todo relacionadas con el ALBA-TCP, que permitían articular las capacidades gubernamentales con el propósito de estimular la cooperación internacional.
El concepto de complementariedad adquirió relevancia en este mecanismo en la medida que permitía una integración sobre la base de la interdependencia, pero no sobre relaciones de poder. Este tema se evidencia sobre todo en cuatro ejes fundamentales: el referido a programas educativos, programas de salud, los intercambios económicos y comerciales y los acuerdos energéticos.
Con respecto a los programas relacionados a ALBA-Salud, es importante destacar que este es uno de los principales logros del ALBA-TCP como mecanismo multilateral. Uno de los valores agregados ha sido la experiencia de Cuba que muestra un sistema de salud altamente profesional y con un sustancial desarrollo en atención primaria y mecanismos de prevención de enfermedades, así como de medicina comunitaria. Con esta misma lógica la organización había incrementado las misiones sociales de función de salud, como la Misión Barrio Adentro I y II, en el caso de Venezuela, y la Misión Milagro, ejecutada en los países del ALBA-TCP, pero también en otras áreas de Latinoamérica y el Caribe, puntualmente en países fuera de este hemisferio.
Otro de los procesos incorporados fue la formación de nuevos profesionales con la implementación de la Escuela Latinoamericana de Medicina, con sede inicial en Cuba, pero luego extendida en su infraestructura a Venezuela.
Según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en su informe Situación de Salud en las Américas. Indicadores Básicos 2013, en la comparación entre los periodos 2000-2004 y 2005-2009, se observa una reducción en los indicadores de muertes relacionadas a causas tratables. En ese sentido los países del ALBA-TCP mostraban saldos favorables, sin embargo, sus avances se correspondían con la tendencia de otras naciones de la región y que no son miembros de la organización.
Esto puede estar dado por factores de mayor gasto social relacionado con la salud y con un enfoque más asistencial del Estado. Nicaragua presentaba un saldo ligeramente negativo, mientras que Venezuela, Bolivia, Ecuador y Cuba, mostraban proyecciones favorables. Algo similar sucedía con los Estados insulares como Antigua y Barbuda, donde se mostraba una evolución positiva de los programas de salud.[10]
Con respecto a los indicadores de cobertura e inmunización, era perceptible que los resultados fuesen dispares en algunos casos como el de Venezuela, donde se había logrado incrementar los recursos humanos. Sin embargo, esto aún no se traducía eficazmente en los mecanismos de inmunización entre los menores de edad. A la par Nicaragua contaba con menos recursos humanos, sin embargo, eran efectivos los mecanismos de prevención social y de salud como la inmunización de enfermedades a la población infantil. En lo que corresponde a la población del Caribe, tanto Santa Lucía, como San Vicente y Las Granadinas, mostraban saldos favorables en estos renglones. Algo similar sucedía con Antigua y Barbuda.[11]
Aun con las fallas estructurales existentes, la organización muestra una lógica de cooperación interna que propicia un incremento de indicadores de salud. En ese sentido, la Misiones sociales y médicas han propiciado un incremento colectivo de la esperanza de vida, colocando el promedio de los países del ALBA-TCP en 73 años.
Los datos estadísticos proporcionados por el sitio oficial de la organización muestran una disminución general de la mortalidad infantil. En Bolivia donde la mortalidad de este tipo se mostraba en un 66% a inicios del 2000, ha logrado una reducción cercana al 15%, aunque la tasa se mantiene con una cifra considerable. Nicaragua también ha logrado una reducción del 15% dentro de este indicar, Ecuador 10 por ciento, San Vicente y las Granadinas 10%, Cuba 5%, Venezuela 8% y, Antigua y Barbuda 6%. Otras estrategias de salud como la Misión Milagro propicio un incremento notable de las personas con deficiencia visual que fueron atendidas.[12]
La labor del ALBA-TCP como mecanismo de integración regional ha sido decisiva para el impulso de la cooperación médica cubana en el continente americano. Sus principios de cooperación entre los pueblos, como alternativa que los fortalece y los hace soberanos, capaces de crecer a partir de la complementariedad no ha sido bien visto por la derecha regional y Estados Unidos, quienes han protagonizado una ofensiva neoliberal con nuevos métodos para hacer caer uno a uno los gobiernos progresistas de la región y así debilitar el ALBA.
Las constantes sanciones económicas contra Venezuela han debilitado sin dudas el pilar económico más fuerte de la organización, afectando seriamente, el financiamiento de las misiones y programas de salud. Al mismo tiempo, la derechización de los gobiernos progresistas se ha convertido en un escenario adverso para el desarrollo de la colaboración médica cubana, siendo incluso interrumpida forzosamente en algunos países de la región.
Evolución de la colaboración médica cubana en Ecuador
La historia de la colaboración médica cubana en Ecuador data de hace 37 años (1992-2019). Cuba ha brindado ayuda ante situaciones de emergencia y desastres en Ecuador, por ejemplo, en 1986 por intensas lluvias; en 2001 por epidemia de dengue; en abril de 2016: atención a las víctimas de un terremoto.
En junio del año 2006 se había firmado el acuerdo de cooperación para el inicio de la “Operación Milagro”, con la participación de 153 colaboradores, distribuidos en 3 hospitales. Mediante este programa se realizaron 168 543 intervenciones quirúrgicas, de ellas 4609 de cataratas y 118 575 de pterigium. Todas estas operaciones se realizaron gratuitamente y en caso de que se requirieran operaciones más delicadas los pacientes se trasladaban a Cuba, de forma gratuita también.
En enero de 2009, en ocasión de la visita oficial del entonces presidente Rafael Correa Delgado a Cuba, se firmó el Convenio Marco de Cooperación en materia de salud entre ambos gobiernos. El 11 de junio del mismo año, quedó suscrito el Convenio de Cooperación Interinstitucional entre el entonces vicepresidente ecuatoriano Lenin Moreno Garcés y el Ministerio de Salud Pública de Cuba, para la realización del Estudio psico-social, pedagógico y clínico genético de personas con discapacidad, conocido como Misión Solidaria “Manuela Espejo”.
Durante este programa, fueron atendidas 825 576 personas, de ellas 35 257 fueron consultas especializadas de neurofisiología y otorrinolaringología. A 2162 pacientes se le hicieron estudios de genética clínica, atención que se realizaba por primera vez en el país.
En el año 2013, se firmó el contrato con el Instituto Ecuatoriano de Seguro Social (IESS), mediante el cual 293 médicos cubanos de diferentes especialidades prestaron asistencia médica en 52 unidades de este Instituto.
Desde el inicio de la colaboración médica en este país hasta noviembre del 2019, brindaron sus servicios en Ecuador un total de 3565 profesionales de la salud cubana. Se realizaron 6 749 666 consultas médicas, 212 360 intervenciones quirúrgicas, se asistieron 3548 partos y se aplicaron 100 084 dosis de vacunación. Vale destacar que los profesionales cubanos estuvieron en las zonas más pobres del país, incluyendo, de manera inédita, la atención médica a comunidades indígenas en la Amazonía Ecuatoriana. Se graduaron como profesionales de la salud en Cuba 2093 jóvenes ecuatorianos.
A pesar de los resultados del trabajo de la Brigada Médica cubana en 2018 en el país, el gobierno del presidente Lenin Moreno dio por concluido el Convenio de Colaboración en noviembre de 2019. Ese mismo mes Cuba y Ecuador firmaron el Acta que dio por terminados 6 convenios específicos de cooperación científica y asistencia técnica, existentes entre los Ministerios de Salud de ambos países desde 2009. Según consta en el acta suscrita, las autoridades ecuatorianas alegaron razones económicas para terminar y no renovar estos convenios. De acuerdo con el acta firmada, ambas partes reconocieron los resultados alcanzados en el cumplimiento de los mencionados Convenios en los ámbitos de epidemiología, transplantología, fisiatría y rehabilitación, imagenología y radiología, oftalmología y angiología.
Cuba trasladó el interés de que las autoridades de Salud ecuatorianas garantizaran el seguimiento requerido a los pacientes atendidos por la Misión Médica Cubana. Los 382 colaboradores cubanos, que habían prestado sus servicios en 23 de las 24 provincias se retiraron del país con resultados destacados en el año 2018: [1]
- 1 189 840 pacientes vistos por especialistas cubanos.
- 52 351 recibieron rehabilitación.
- 17 992 cirugías, 10 466 oftálmicas y de ellas 530 de cataratas, que devolvieron o mejoraron la visión a personas con ceguera prevenible.
- 60 trasplantes realizados para un acumulado de 211, con 94 % de supervivencia a los cinco años de trasplantados (173 adultos y 38 pediátricos).
- Más de 231 000 consultas de fisiatría, 47 438 de imagenología, 11 74 de angiología, y 49 446 de oftalmología realizadas como parte del convenio con el Ministerio de Salud Pública y los 49 446 casos vistos bajo el acuerdo con el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social.
- 13 117 consultas y 4236 hemodiálisis reportadas en cumplimiento del convenio Nipse.
- 81 673 consultas y 70 063 labores de terreno, bajo el acuerdo docente con la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil.
No obstante, la terminación del Convenio, la Declaración de la Cancillería de Cuba del 5 de diciembre del 2019 reafirmó la disposición de colaboración de Cuba: “El Ministerio de Salud Pública de la República de Cuba ratifica la voluntad de continuar brindando colaboración en este hermano pueblo, la cual cesa en estos momentos como consecuencia de una decisión del gobierno ecuatoriano. Los pueblos de Nuestra América y del resto del mundo conocen que siempre podrán contar con la vocación humanista y solidaria de los profesionales cubanos”.[2]
La persecución de Estados Unidos contra la cooperación médica cubana se inició por América Latina y forzó el cese de los programas de cooperación en Brasil, Ecuador y Bolivia. Esta política se ha implementado en el contexto de la administración e Donald Trump y rompe con las conversaciones iniciadas entre cuba y la administración de su antecesor Barak Obama. Los gobiernos de Barak Obama y Raúl Castro en diciembre de 2014 impulsaron el inicio del proceso de normalización entre Cuba y Estados Unidos.
A la persecución iniciada por la administración republicana se suma la acción combinada con la amenaza de sanciones a dirigentes cubanos y presiones contra los Estados receptores para que prescindan de ella. Esta campaña es dirigida desde el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, congresistas republicanos de la Florida y el Departamento de Estado.
Este escenario ha propiciado acusar a la isla de practicar “esclavitud moderna” y “trata de personas” a través de la utilización del personal de salud que labora en otros países”[3]. En esta persecución a los colaboradores de la salud participa la OEA, acusando a Cuba de “supuestos crímenes de lesa humanidad”. El presidente Trump y el Departamento de Estado, en su Informe sobre la Trata de Personas en 2019, denigraron la cooperación médica internacional de Cuba y, un mes después, impusieron sanciones de restricción de visas a funcionarios cubanos vinculados con las misiones médicas.
La Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) y el Departamento de Estado han destinado esfuerzos en todos los gobiernos de la región y en mayo de 2019, la Embajada de Estados Unidos en Ecuador reclamó a altos funcionarios del gobierno información detallada sobre los convenios y los servicios de los cooperantes cubanos. Cinco meses después, el gobierno ecuatoriano los dio por terminados, de forma inmediata pese a su inminente expiración, alegando razones económicas.
En octubre del 2019, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Ecuador solicitó conocer el propósito del viaje a ese país de ciudadanos cubanos portadores de pasaportes diplomáticos y oficiales. Luego, la Ministra de Gobierno declaró que varios cubanos, asociados a los convenios de cooperación, participaron en las protestas que el pueblo ecuatoriano protagonizaba contra la aplicación de medidas neoliberales. En la Declaración de la Cancillería de Cuba se ratifica que: como se ha comprobado, ningún cubano fue participante u organizador de esas masivas manifestaciones populares y ni un solo pasaporte oficial o diplomático fue indebidamente utilizado. Los manipuladores no han podido presentar una sola evidencia.
Ecuador y la COVID-19
La crisis sanitaria provocada por la pandemia de la COVID-19 llegó al Ecuador en medio de una situación económica y social desfavorable para las grandes mayorías, como consecuencias de las medidas implementadas por el gobierno de Lenin Moreno, quien protagoniza una de las crisis políticas más complejas en el país.
El Gobierno del Ecuador reportó el 10 de julio del 2020, 783 nuevos casos de COVID-19. Según el informe emitido por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional en el Ecuador se reporta 65 801 contagiadas por el virus y 65 018 pacientes de la enfermedad. Además, 8272 fallecidos en el contexto de la pandemia. 4983 muertes por afectación de la enfermedad y otras 3289 por sospecha; 51 decesos más que el día 9 de julio.[1]
Lamentablemente, Ecuador registra la mayor tasa de mortalidad del mundo provocada por esta pandemia, según un análisis del diario británico Financial Times[2]. El medio calculó cuántas muertes en exceso (por encima del promedio histórico) se han registrado en diferentes países, en lo que va de 2020, y comparó esas cifras con sus poblaciones. Ecuador aparece primero en el ranking. De acuerdo con ese análisis, Ecuador registró 21 500 muertes en exceso hasta el 17 de junio pasado. Esto significa una tasa superior a las 1000 muertes en exceso por cada millón de habitantes.
En un análisis realizado por el periódico EL UNIVERSO sobre las defunciones inscritas en el Registro Civil en estadísticas que incluyen fallecimientos no solo por COVID-19, sino por todo tipo de causas; encontró que entre el 1 de marzo y el 15 de junio de este año se registraron 20 373 defunciones por encima del promedio de los dos años anteriores. El diario aclara que esta cifra puede incrementarse, pues muchos fallecimientos son inscritos incluso con semanas de retraso.[3]
La emergencia de la pandemia, gestionada de manera errática por el gobierno ha comprometido seriamente su capacidad para salvaguardar las vidas de sus ciudadanos, dando la sensación de que los deja en un estado de indefensión ante la crisis sanitaria. Al unísono se produce en el país una aguda crisis política, vinculada a medidas tomadas por el Ejecutivo y el Legislativo de consecuencias catastróficas para los derechos laborales de trabajadores y para el pueblo, como La Ley de Emergencia Humanitaria, muy cuestionada desde los sectores sociales y la oposición.
En los casi tres meses que lleva el decreto presidencial de estado de emergencia, que agiliza la contratación pública relajando los controles previos, se han destapado cientos de irregularidades en la compra de materiales médicos como mascarillas, pruebas de la COVID-19 o bolsas para transportar cadáveres; lo que ofrece indicios de una corrupción estructural que salpica desde el expresidente Abdalá Bucaram, hasta asambleístas del partido gobernante.
Según Reuters en un sondeo realizado en 10 países de Latinoamérica la gestión ante la crisis sanitaria del presidente Lenin Moreno tiene solo el 14,7% de respaldo. [4] El 64,1 % de los ecuatorianos declara que su imagen del Gobierno de Moreno empeoró desde que empezó la pandemia. Moreno es el mandatario peor evaluado entre diez jefes de Estado de América Latina.
Siete de cada diez ecuatorianos (71,1 %) lo califican mal o muy mal, uno de cada diez no sabe (9,8%) y solamente dos de cada diez (19,1%) lo evalúan positivamente, según el monitor latinoamericano llevado adelante por la empresa TrespuntoZero Investigación Latam. [5] La medición también deja en claro que la gente no confía en el sistema de salud pública. Ocho de cada diez ecuatorianos consideran que Ecuador está peor o igual de mal preparado que las demás naciones de la región para controlar y prevenir el coronavirus. Ocho de cada diez expresan poca o nula confianza en la capacidad del sistema de salud para afrontar la pandemia.
Para el presidente de la Federación Médica del Ecuador, Santiago Carrasco, esta desconfianza es el resultado de las denuncias de corrupción que se han hecho públicas. “La corrupción está metida en la compra de medicamentos, en la adquisición de equipamiento. Lamentablemente, las personas que tienen que manejar políticas de salud no están preparadas, son gente sin experticia, gente sin conocimiento”.[6] Según la consultora TrespuntoZero, el 90,7 de los encuestados considera que el gobierno está siendo corrupto; sólo el 9,3% considera que no lo está siendo. A la fecha del 10 de julio el curso de la epidemia da señales de que pueden esperarse peores momentos.
Notas:
[1]Gobierno del Ecuador registra 783 nuevos casos de covid-19 este 10 de julio del 2020; los fallecidos llegan a 8 272 en el contexto de la pandemia. Diario EL COMERCIO, Comité de Operaciones de Emergencia (COE), 10 de julio de 2020. Disponible en:https://www.elcomercio.com/actualidad/gobierno-ecuador-nuevos-contagios-covid19.html
[2]Coronavirus tracked: the latest figures as countries start to reopen. Financial Times, 13 de julio de 2020. Disponible en:https://www.ft.com/content/a26fbf7e-48f8-11ea-aeb3-955839e06441
[3] Paúl Mena Mena. Coronavirus en Ecuador: 20 400 muertes sobre el promedio histórico durante la pandemia. 21 de junio de 2020. Disponible en:https://www.eluniverso.com/noticias/2020/06/21/nota/7879953/coronavirus-ecuador-20-400-muertes-sobre-promedio-historico-durante
[4]Uruguay, Paraguay y Argentina, los países que mejor combaten la pandemia en América Latina; Brasil, el peor: sondeo. Reuters, Buenos Aires, 3 de julio de 2020. Disponible en:https://lta.reuters.com/articulo/salud-coronavirus-latam-encuesta-idLTAKBN2441RD-OUSLT
[5]Ecuador, el peor evaluado en la región sobre el manejo de la pandemia. República del Banano, 10 de julio de 2020. Disponible en:https://republicadelbanano.com/2020/07/10/ecuador-el-peor-evaluado-en-la-region-sobre-el-manejo-de-la-pandemia/
[6]Ídem.
[1] Por nuevas metas colaboración médica cubana en Ecuador. Agencia Prensa Latina, 17 de marzo de 2019. Disponible en: http://www.escambray.cu/2019/por-nuevas-metas-colaboracion-medica-cubana-en-ecuador/
[2] Información del Ministerio de Salud Pública de Cuba. MINSAP, 15 de noviembre de 2019. Disponible en: https://salud.msp.gob.cu/informacion-del-ministerio-de-salud-publica-de-cuba/
[3] Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.
[1] El coronavirus no discrimina, las desigualdades sí. Oxfam International, 31 de marzo de 2020. Disponible en: https://medium.com/@Oxfam/el-coronavirus-no-discrimina-las-desigualdades-s%AD-e0
[2] “Durante ese período, el valor neto combinado de los mil millonarios en la Argentina pasó de 8 800 millones de dólares a 11 200 millones de dólares; en el Brasil, de 123 100 millones a 157 100 millones; en Colombia, de 13 700 millones a 14 100 millones; en Chile, de 21 000 millones a 26 700 millones; en el Perú, de 5 200 millones de dólares a 5 500 millones; y en Venezuela, de 3 400 millones de dólares a 3 500 millones”. OXFAM INTERNACIONAL: Aumentan los milmillonarios de América Latina a medida que la región más desigual del mundo se hunde bajo el impacto del coronavirus. Disponible en:https://www.oxfam.org/es/notas-prensa/aumentan-los-mil-millonarios-de-america-latina-medida-que-la-region-mas-desigual
[3] Alicia Bárcena llama a poner en el centro del debate la erradicación de la pobreza y a reconstruir mejor con igualdad y sostenibilidad. Comisión Económica para América y el Caribe (CEPAL), 30 de junio de 2020. Disponible en:https://www.cepal.org/es/comunicados/alicia-barcena-llama-poner-centro-debate-la-erradicacion-la-pobreza-reconstruir-mejor
[4] Intervención de Alicia Bárcena en el evento internacional “Desigualdades y la Economía Informal. Pasando de la crisis a la resiliencia de largo plazo”. Disponible en: https://www.prensa-latina.cu /index.php/component/content/?ocepal-llama-a-reconstruir-con-igualdad-y-sostenibilidad-tras-covid-19
[5] Ídem.
[6] /Informe Comportamiento de la enfermedad en Las América. Información oficial del MINSAP, Cuba, 3 de agosto del 2020. Disponible en: https://salud.msp.gob.cu/parte-de-cierre-del-dia-3-de-agosto-a-las-12-de-la-noche/?doing_wp_cron=1596567580.1565029621124267578125
[7]Respuesta de la Organización Panamericana de la Salud a la COVID-19 en las Américas. OPS, 19 de junio de 2020. Disponible en:https://www.paho.org/es/documentos/respuesta-organizacion-panamericana-salud-covid-19-americas
[8] Carlos Akira de la Puente Abreu. Neorrealismo político vs multilateralismo democrático: un estudio comparado entre las organizaciones alternativas ALBA-TCP y la Organización de Cooperación de Shanghai. CLACSO, Buenos Aires, 2014. Disponible en:http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/becas/20141009044109/Polic
[9] Ídem.
[10] Ídem.
[11] Ídem.
[12] Ídem.
Fuente: Cubadebate
Tema: Acontercer cubano en salud. Publicado: sep 28th, 2020.