¿Cómo se garantiza la seguridad en la ciudad más poblada de Cuba?
En medio de la compleja situación epidemiológica a causa de la COVID-19, prevalece en La Habana un clima de seguridad y orden interior. Las fuerzas de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), como parte del Ministerio del Interior (Minint), han sido claves en el logro de este resultado, en integración permanente con las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), los Consejos de Defensa, las administraciones y las organizaciones políticas y de masas.
Una de las evidencias de la intensidad de su desempeño es que se ha redoblado e intensificado la presencia policial en las calles de una ciudad con más de dos millones de habitantes y una población flotante superior al millón.
DONDE EL PUEBLO NOS NECESITA
Desde la llegada del SARS-COV-2 al país, la jefatura del Ministerio del Interior elaboró planes de prevención y enfrentamiento que, de inmediato, transformaron el régimen de trabajo de los combatientes, afirma a Granma el coronel Frank Jiménez Jiménez, jefe de la PNR en La Habana.
Cuba cuenta con oficiales comprometidos, destaca. «Nuestros jóvenes, en su mayoría procedentes de un seno humilde y educación profundamente revolucionaria, con plena disposición dan el paso al frente ante cualquier situación por arriesgada que sea».
De acuerdo con el coronel Jiménez, entre las acciones que lleva a cabo la PNR se encuentra la protección y aseguramiento de centros de aislamiento y hospitales; el reforzamiento de las medidas en sitios con focos y eventos epidemiológicos declarados, el traslado de nacionales y extranjeros que arriban al Aeropuerto Internacional José Martí, así como el acompañamiento en puerto y ferrocarril para el traslado de productos y mercancías hacia los almacenes mayoristas en diferentes territorios.
También están presentes en los 12 puntos de control de acceso a la capital, de conjunto con especialistas de Salud Pública y Transporte, con el objetivo de limitar la entrada y salida de personas y vehículos estatales y particulares no autorizados por el Consejo de Defensa Provincial.
Se mantiene el control a la delincuencia y el enfrentamiento a coleros, acaparadores y revendedores de productos de primera necesidad y aseo personal; e igualmente a ciudadanos que irrespetan las medidas aprobadas por el Gobierno y autoridades de la provincia.
En los casos que ha sido necesario se ha realizado trabajo profiláctico con las personas involucradas, se han efectuado advertencias, impuesto multas y en otros se han presentado a los tribunales casos con sentencias que se encuentran en el marco de un año y más, de acuerdo con los delitos cometidos y con medidas jurídico-penales de mayor rigor.
Una vía importante para denunciar, explica el coronel, ha sido el servicio de emergencia de la Policía, al cual se accede marcando el número 106. Solo en La Habana se reciben más de 6 000 llamadas diarias, de las cuales un porciento significativo es para informar sobre personas que violan lo establecido e incluso se tienen identificados y se acciona sobre los consejos populares con mayores incidencias.
SACRIFICIO Y CONSTANCIA
Los órganos del Ministerio del Interior y las Fuerzas de Prevención y Tropas Especiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, asumen misiones de manera combinada. Los oficiales se preparan teniendo en cuenta la situación operativa.
Son jornadas de largas horas, y casi sin descanso, en el cumplimiento del deber, ante un pueblo que nos exige y respalda, comenta el capitán Alexey Figueira Escobar, jefe de Consejo de la Policía en la Güinera, una comunidad de Arroyo Naranjo.
«Hay que tener vocación para ser policía, porque supone sacrificio, y mucha constancia. Me siento a gusto con las labores que realizo: el quehacer profiláctico con la familia, el enfrentamiento al delito, a las ilegalidades e indisciplinas sociales y, en especial, disfruto la estrecha e indispensable vinculación con la comunidad y sus factores», afirma Escobar, quien acumula 23 años de servicios.
Actualmente Arroyo Naranjo, su territorio, posee un gran número de personas contagiadas con la COVID-19, enfermedad altamente transmisible y con un elevado índice de mortalidad.
Desde la jefatura de ese municipio, el primer teniente Yosvani Fernández Díaz, de 36 años de edad y 16 de servicio, explica que el trabajo de los jefes de sectores sería imposible sin el vínculo estrecho con el pueblo. «Nuestro deber es estar ahí donde se nos necesita», afirma.
Fuente: Granma
Tema: Acontercer cubano en salud. Publicado: sep 18th, 2020.