Escritura de latinismos
La RAE ha dado un giro notable en su postura ante la escritura de los latinismos, que reviste especial importancia para las obras científico-técnicas, siempre abundantes en latinismos crudos, muchos de ellos llegados recientemente a nuestra lengua a través del inglés.
Todavía la Ortografía de 1999 seguía afirmando que «las voces y expresiones latinas usadas en nuestra lengua se acentuarán gráficamente de acuerdo con las reglas generales del español». Esta norma académica, llevada al extremo, indujo a María Moliner a atildar a la española incluso los nombres científicos binominales de animales, plantas y bacterias: Rattus norvégicus, Hypéricum perforátum, Mycobactérium tuberculosis. Sin llegar a esos extremos, el Diccionario académico sigue recogiendo todavía en su última edición abundantes locuciones latinas escritas en redonda y con tildes, como si fueran españolas: ad líbitum, alma máter, currículum vítae, delírium trémens, post mórtem, vox pópuli.
Muy distinto es lo que se lee ahora en la nueva Ortografía del 2010, que equipara el tratamiento ortográfico para todos los préstamos (voces o expresiones tomadas de otras lenguas que se incorporan al caudal léxico del español), con independencia de que procedan de lenguas vivas extranjeras o se trate de voces o expresiones latinas.
De acuerdo con la nueva norma ortográfica, los préstamos crudos o no adaptados ?esto es, los que se utilizan con su grafía y pronunciación originarias y presentan rasgos gráfico-fonológicos ajenos a la ortografía del español? deben escribirse en los textos españoles sin tildes añadidas y con algún tipo de marca gráfica que indique su carácter foráneo, como la letra cursiva o un entrecomillado. Solamente los préstamos adaptados (déficit, estrés, fémur, láser, lupus, vademécum, etc.) se escribirán en redonda y siguiendo las reglas de tildación del español.
Juicio personal
Acierta la RAE en esta decisión. No había ningún motivo que justificara el uso de tildes a la hora de escribir palabras extranjeras de lenguas que carecen de ellas, como el latín y el inglés. Ni había motivos para tratar ortográficamente los latinismos de forma distinta a como se hace con otros extranjerismos. Es mucho más racional y coherente la normal actual: toda palabra plenamente adaptada e integrada a nuestra lengua, con independencia de su origen, se tratará como si fuera voz española: en redonda y atildada según nuestras normas de acentuación; toda palabra no adaptada, sea cual fuere la lengua de procedencia, se escribirá en cursiva y sin más tildes que las que tuviera en su lengua original.
Esta misma postura es la que llevo defendiendo en el Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina desde el año 2000. En un momento en el que la RAE propugnaba justamente lo contrario que ahora, ya en mi diccionario recomendaba a los médicos escribir en cursiva, y sin tildes añadidas, expresiones como: «carcinoma in situ», «curriculum vitae», «delirium tremens» y «fecundación in vitro». Es una alegría comprobar ahora que la propia RAE rectifica y en la próxima edición de su diccionario académico retirará las tildes e incorporará la cursiva a ad libitum, delirium tremens, in vitro, post mortem, sui generis y demás familia.
por el Dr. Fernando A. Navarro
Tomado de Laboratorio del Lenguaje
En: Ortografía. Publicado el sep 2nd, 2014.
Haga un comentario