Porblemas de género gramatical en medicina (V)
Palabras con forma única y dos géneros de distinto significado
No hay que confundir las palabras ambiguas -que pueden utilizarse indistintamente como masculinas o femeninas- con las palabras que tienen una misma forma pero distintos géneros con distinto significado. Editorial, por ejemplo, es femenino en el sentido de casa editora, pero masculino en el de artículo que expone el pensamiento de una publicación. En el lenguaje corriente no son infrecuentes este tipo de palabras, como prueban los siguientes ejemplos: capital, cometa, doblez, génesis, orden, pendiente y pez.
Abundan también este tipo de palabras en el lenguaje médico y, aunque rara vez son causa de error, comentaré algunas de ellas a título de curiosidad: la cólera es la ira, y el cólera, una enfermedad aguda que cursa con vómitos, diarrea y deshidratación; la coma es un signo ortográfico y el coma, un estado de sopor profundo; componente es una palabra femenina cuando designa una fuerza concurrente de un viento, pero masculina en el sentido de ingrediente (p. ej.: “los componentes de un medicamento”); frente es un sustantivo femenino en anatomía, pero masculino en meteorología (p. ej.: “un frente frío”) y en el lenguaje militar (p. ej.: “combatir en el frente”); radio es una palabra femenina en el sentido de radiodifusión, pero masculina en anatomía (hueso del antebrazo), medicina nuclear (elemento químico radiactivo descubierto por el matrimonio Curie) y geometría (recta que va desde el centro de un círculo hasta su circunferencia); cura es un vocablo femenino en los hospitales, pero masculino en las parroquias; por último, y aunque muchos lo ignoran, tema es una palabra femenina en el sentido de idea fija de los dementes (p. ej.: “cada loco con su tema”), pero masculina en las demás acepciones.
En cuanto a goma y tiroides, que los médicos usan como palabras con dos géneros de distinto significado, véanse las entradas correspondientes en el último apartado del artículo.
Palabras con forma dudosa
Ocurre con frecuencia que un médico sabe bien que escleroderma es una palabra masculina y esclerodermia es una palabra femenina, pero desconoce cuál de las dos es la forma correcta. Igual sucede con todas las palabras que en inglés llevan el sufijo de origen griego -derma:erythroderma, iododerma, leukoderma, melanoderma, poikiloderma, pyoderma, scleroderma, scrofuloderma, xanthoderma y xeroderma. Como ya he comentado en otros artículos[5,26], la forma correcta es en estos casos la femenina, con el sufijo -dermia: eritrodermia, yododermia, leucodermia, melanodermia, poiquilodermia, piodermia, esclerodermia, escrofulodermia, xantodermia y xerodermia.
Un problema similar se plantea con el nombre común de muchos fármacos. Dado que ya me he ocupado recientemente en estas mismas páginas de la adaptación al castellano de las denominaciones comunes internacionales, no entraré aquí a analizar en profundidad esta cuestión. Baste ahora con recordar que los médicos españoles seguimos dudando a la hora de decidirnos entre “el tretinoíno” y “la tretinoína”, “el nifedipino” y “la nifedipina”, “el sulpiride” y “la sulpirida”, “el ciprofloxacino” y “la ciprofloxacina”, “el cefonicid” y “la cefonicida” o “el tolmetín” y “la tolmetina”.
Otro amplio grupo de palabras de forma dudosa es el integrado por los latinismos terminados en -x, que nos llegan con fuerza a través del inglés. En muchos casos, es preferible sustituir estos anglolatinismos de género masculino (“el córtex”, “el hélix”, “el víbex”) por la correspondiente forma castellanizada, de género femenino (“la corteza”, “la hélice”, “la víbice”).
Problemas de género gramatical en medicina
Fernando A. Navarro
Tomado de: http://ec.europa.eu/translation/bulletins/puntoycoma/42/navarro.htm
En: Gramática en la medicina. Publicado el sep 11th, 2014.
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