Traducción en el campo de la salud
En el caso de los traductores en el campo de la salud es de mucha importancia conocer las particularidades de la traducción de textos de medicina, porque traducir es mucho más que pasar una información de una lengua a otra. Traducir es un proceso bastante complejo, y no basta con sustituir palabras de un idioma por sus equivalentes en otro. Al traducir hay que trasladar la información de una lengua a otra, pero hay mantener la estructura, la intención de acuerdo con el contexto y, sobre todo, la fidelidad del contenido y también el estilo.
Por eso, es una gran ventaja que las personas con dominio de un idioma combinen ese conocimiento con el de la especialidad; si hablamos del campo de la salud, el científico que puede combinar sus conocimientos científicos con sus conocimientos de idioma logra una combinación perfecta.
A la hora de traducir un texto médico el problema más grave puede ser entender el texto original debido, en gran medida, a la terminología técnica, y ciertamente es así. La medicina es un campo del saber extremadamente amplio y multidisciplinario y como pertenece a las ciencias sigue procedimientos rigurosos de investigación y verificación. Por este motivo, la terminología técnica abarcará también términos de disciplinas afines como la bioquímica y la microbiología, así como el nombre de los equipos, a menudo de avanzada tecnología, que se emplean en los estudios de laboratorio y en los tratamientos hospitalarios. En una gran cantidad de artículos médicos aparecen también conceptos y términos estadísticos cuando estos incluyen estudios clínicos, ya sean longitudinales o transversales.
De ahí que para llegar a ser traductor especializado en cualquier rama de la ciencia, la técnica, la cultura o la sociología el traductor tiene que estar muy bien preparado en ambos idiomas, en la lengua materna y en la lengua extranjera; además de tener conocimientos de la especialidad que va a traducir. Y en el caso específico de la medicina, especialidad en la que la terminología se basa en étimos latinos y griegos, el traductor debe tener un elevado nivel de conocimiento general.
Aunque a veces se cree que basta, por lo tanto, con equiparse con algunos glosarios de especialidades, diccionarios técnicos especializados —bilingües y monolingües— y tener acceso a traductores automáticos por una parte y, por otra, familiarizarse con algunos conocimientos morfológicos básicos en ambos idiomas, no siempre ésta es la solución; también consultar textos paralelos en la lengua materna arroja resultados más fiables y mejores que todos los diccionarios técnicos; además, tener una buena base de conocimientos del idioma al que se traduce facilita la comprensión del tema en el idioma en que está escrito el artículo objeto de traducción.
El traductor, por tanto, debe enriquecer cada día sus conocimientos del idioma materno y del idioma extranjero y, en general, ampliar constantemente sus conocimientos en la especialidad que traduce para garantizar el resultado exitoso de su trabajo de traducción.
¿Cuáles son, entonces, las dificultades que suele presentar la traducción médica? Podemos dividirlas en dos grandes categorías: las generales y las específicas. Las generales son las que parecen inherentes a la traducción entre dos lenguas, y son las que causan serios problemas de comprensión; mientras que las específicas se dan exclusivamente en textos médicos. Para salvar las primeras basta entonces con tener un buen conocimiento de los idiomas de partida y de llegada y las específicas se salvan cuando se combinan los conocimientos de los idiomas y los de la especialidad.
En el caso de la traducción de textos médicos hay que tener en cuenta también que el traductor puede enfrentarse a la tarea de tener que traducir
1. información sobre productos, anuncios de medicamentos específicos, aparatos ortopédicos, profilácticos, prótesis,
2. artículos de periódicos y suplementos especializados
3. artículos de revistas médicas, información para pacientes
4. certificados médicos (de salud, de enfermedad, de discapacidad, de defunción)
5. informes médicos, documentación sobre ensayos clínicos
6. libros de divulgación
7. libros especializados, trabajos de investigación
8. libros de texto, resúmenes de artículos, tesis, tesinas y patentes
9. prospectos, manuales de usuario
10. recetas.
Por tanto, “… la comprensión de las minucias técnicas puede constituir todo un reto, duro y largo, para los que no están suficientemente preparados, por lo que no debe subestimarse la importancia de una íntima familiaridad con el idioma extranjero.
Por Irma Castillo Pereira
Lic. en Lengua Alemana
Tomado del trabajo de diplomado Gestión en Información de Salud
Curso de Idioma Alemán para Hispanohablantes en el campo de la medicina
Curso 2008-2009
En: Traducción y terminología médica. Publicado el sep 12th, 2014.
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