Lenguaje y ciencia
El lenguaje es manifestación de una cultura, pues cada lengua contiene los saberes, ideas y creencias acerca de la realidad que comparte una comunidad. El lenguaje es la primera forma de la que el ser humano dispone para fijar y objetivar el conocimiento de sí mismo y del mundo. A través de la palabra, que da un nombre a las cosas y a los objetos, el mundo adquiere la fisonomía de un mundo humano y familiar.
En cuanto constituye un saber transmisible, el lenguaje es un hecho cultural. En el lenguaje se cristaliza lo que largas generaciones han ido acumulando. A través de la palabra se transmite la riqueza de la cultura: los significados del mundo y de las cosas se abren mediante la palabra a todo nuevo ser humano que entra a formar parte de la sociedad.
La ciencia necesita ante todo rigor, y restringe el uso de determinados términos y expresiones a un significado preciso y determinado, que significan lo que quieren significar para aquellos que conocen el código previo, la clave previamente codificada de la interpretación que se pretende y no de otra.
Aunque aparentemente al profano pueda parecerle que está leyendo el mismo lenguaje que el suyo ordinario, cuando no entiende lo que lee es porque esa apariencia se rompe al no tener las claves de la formalización a la que se ha sometido el lenguaje ordinario. Eso es lo que experimenta cuando leemos algún escrito de un nivel superior al de nuestros conocimientos.
Por eso conviene distinguir entre significación y comunicación. Lo primero consiste en crear códigos según un sistema; lo segundo, un sistema de transmisión que es interpretado conforme al sistema de códigos.
Eso explica que el lenguaje científico tienda hacia la codificación, formalizando palabras y expresiones con un preciso significado en ese determinado contexto y no en otro; dando por supuesto que es el lector el que tiene que estar a ese nivel de la interpretación para producir la posible comunicación.
Es evidente que la ciencia procurará utilizar el lenguaje en la forma que mejor represente los conceptos que pretende explicitar, aunque para ello tenga que violentar el lenguaje natural como instrumento de comunicación, es decir formalizándolo.
Es tradicional en la ciencia, en general, utilizar raíces de origen griego o latino para expresar conceptos precisos, pues el griego primero y luego el latín, fueron los primeros lenguajes de la ciencia con un sentido universal.
Los textos jurídicos, asimismo, representan una formalización de lenguaje, lo mismo que las expresiones rituales de las ceremonias religiosas, las adivinaciones etc.
Cada actividad especializada, cada grupo social formado alrededor de un campo de interés común, genera una cierta formalización del lenguaje, un uso específico para ese contexto social y cultural, que no deja de ser una formalización, por más informal que sea. Así por ejemplo las bandas tienen sus “jergas”, los deportistas “sus chistes o bromas” lo mismo que cada grupo de amigos genera un cierto modo de expresión cuyo código de significados es únicamente percibido por los que “están al loro” es decir, están en el ámbito o «juego» en el que dicha formalización tiene sentido.
Pero es la formalización del lenguaje científico, la formalización en la expresión del conocimiento donde se plantea la verdadera formalización del lenguaje, con sentido universal.
Tomado de la Red
En: Del lenguaje. Publicado el sep 12th, 2014.
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