Incidencia y prevalencia
Algunas veces se han buscado sinónimos para sustituir “incidencia” y “prevalencia”, pero como no siempre se tiene a mano el más adecuado, en no pocas ocasiones se ha incurrido en la ambigüedad y en la inexactitud, cuando no en el franco disparate.
Hay que aclarar que, efectivamente,”prevalencia” es un préstamo del inglés (prevalence). Se trata, pues, de un neologismo de procedencia extralingüística, de un anglicismo del léxico especializado.
Por su parte, “incidencia” es un vocablo de antiguo uso en español, aunque con significado diferente al que se le da en la generalidad de los tratados de epidemiología y otros textos de las ciencias médicas.
De “prevalencia” han afirmado sus detractores que no tiene razón de existir en español, pues se usa en lugar de voces propias ya establecidas, como frecuencia, porcentaje, mortalidad, etc. Y sobre “incidencia” se ha argumentado que se trata de un abuso del lenguaje, pues es una palabra con significado tradicionalmente reconocido y resulta inconveniente agregarle uno nuevo, sin contar con que existen otros vocablos para denominar el concepto al que se quiere aludir con ella.
A esto se añaden otros elementos de confusión, tales como no hacer distinción entre “incidencia” y “prevalencia” o considerar a uno de ellos (cuando no a ambos) sinónimos de otros términos, entre los cuales se cuentan los ya mencionados frecuencia, porcentaje o morbilidad, además de otros como tasa y morbosidad. En alguna ocasión se ha usado también ocurrencia en sustitución de uno de los vocablos que analizamos, lo cual, según nuestro criterio, es un grave error.
Véase un ejemplo de uso de “incidencia” en el cual, evidentemente, no cambia de ninguna manera usar ese término:
Un nódulo de tiroides en una mujer menor de veinte años posee una alta “incidencia” de malignidad.
Por poco ducho que se sea en asuntos del tecnoléxico médico, resulta indiscutible que en este caso no cabía hablar de “incidencia”, pues el propio sentido de tal oración apunta a que el autor se refería al riesgo, la probabilidad o la posibilidad de que el nódulo de referencia fuera maligno en las circunstancias enunciadas. Este es un ejemplo elocuente de las confusiones a que se puede llegar por el descuido del uso del vocablo especializado. Lo curioso es que ocurre entre especialistas, entre profesionales a quienes se supone el dominio de su tecnoléxico, por ser reflejo del dominio del sistema conceptual de su especialidad.
Partimos del criterio de que tanto “incidencia” como “prevalencia” son términos necesarios para la correcta expresión de nociones no nombradas exactamente por otros vocablos generales o especializados.
“Prevalencia” se ha formado a partir de un vocablo inglés y siguiendo el modelo de otras voces del español, o sea, correctamente. Lo incorrecto es usar “incidencia” por “prevalencia” y viceversa.
Tanto “incidencia” como “prevalencia” se refieren a “número casos”, no a proporción ni a relación, que son otra cosa.
La diferencia fundamental entre ambos términos radica en que la incidencia se refiere solamente al número de casos nuevos en un período dado, en tanto que la prevalencia se aplica a la totalidad de los casos existentes en un momento determinado, considerando tanto los nuevos como los viejos.
La incidencia de una enfermedad X en cierto período puede ser ínfima, incluso nula, y en cambio la prevalencia de esa misma enfermedad en un momento cualquiera de ese mismo período puede ser alta.
Al analizar la situación de la salud en un momento determinado y en una región dada, se observa que existe un total de 8 OOO personas afectadas por una enfermedad cualquiera. Esa cifra es la prevalencia de dicha enfermedad en esa región en el momento de realizarse el estudio. Al llevar a cabo una segunda observación algún tiempo después, puede encontrarse que algunos enfermos fallecieron por diversas circunstancias y otros se curaron por completo. Estos casos se descuentan, como es lógico, de la prevalencia de la enfermedad. En cambio, se le suman los casos nuevos que han aparecido en el período comprendido entre esta observación y la anterior (y que constituye la incidencia).
En resumen, podemos establecer lo siguiente:
– Incidencia: Número de casos nuevos de una enfermedad registrados en una población y en un período determinado. Nota: el término se aplica también a accidentes.
– Prevalencia: Total de casos de una enfermedad existentes en un momento dado en una población dada. Comprende tanto los casos nuevos como los viejos referidos a personas que no se han curado en el momento de la observación.
Según las definiciones el término prevalencia está bien usado, por ejemplo, cuando al referirse a cierto medicamento contra la lepra se afirma que “en nuestro país fue aplicado al total de la prevalencia”, lo cual significa que se aplicó al total de los casos existentes, tanto a los pacientes que llevan años de tratamiento como a los más reciente. No sería igualmente correcto el ejemplo si se tratara de la voz incidencia. Si se dijera “Se aplicó a toda la incidencia”, la frase estaría incompleta, pues faltaría especificar el período de que se trata: por ejemplo, “Se aplicó a toda la incidencia del año 2001″, lo cual significa que el medicamento se aplicó a todos lo que enfermaron en ese año.
Obsérvese que, según la definición propuesta, tanto “prevalencia” como “incidencia” se usan en relación con cifras absolutas. Ello diferencia a estos términos de otros, como morbilidad, frecuencia, porcentaje y tasa, que se usan con cifras relativas, por ejemplo, en el caso de morbilidad, la referencia es a una proporción que se establece con el número de habitantes.
Autor: Lic. Rodolfo Alpízar Castillo
Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas. Instituto de Lingüística
Fuente: El lenguaje en la medicina. Usos y abusos
Editorial Científico Técnica 2007
En: Términos médicos. Publicado el sep 5th, 2014.
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