Estampa de un pueblo vacío
A media tarde, el fantasma de la soledad se adueña de Zaza del Medio, ni los perros deambulan por sus calles. Algo así como un desierto humano donde la vida se refugia desde hace días puertas adentro; quién sabrá cuántos tormentos y preocupaciones rondan a esos pobladores que encontraron el justo equilibrio entre la tierra y la modernidad, e hicieron de la otrora comarca de vegueros uno de los poblados peculiares de todo Sancti Spíritus.
Ni el más avezado de los zaceños sabía la dimensión exacta de vivir el aislamiento; de sentir en carne propia el desasosiego que provoca asomarse a la puerta y ver esas barreras que ponen límites a la movilidad; de acudir a otro campesino para que le ordeñe la vaca, o le dé una vuelta a la finca y hasta se fije en el semillero de tabaco porque casi empieza la siembra…; es que salvo los servicios vitales, casi todo el pueblo respira el impacto de la pandemia.
Para muchos, ni el espanto por la célebre caída del puente sobre el río Zaza a raíz de aquella soberbia crecida se compara con la estampa de pueblo vacío provocada por un virus microscópico, pero con una capacidad de transmisión que no reconoce limites, profesiones, ni edades. Y lo que empezó con un paciente positivo, contagiado en Sancti Spíritus, se propagó con la misma fuerza de los voladores en tiempos de parranda, al punto de convertir a Zaza del Medio en uno de los focos del rebrote de la enfermedad con 13 casos confirmados al nuevo coronavirus hasta el pasado martes.
Confinamiento loma arriba
Mientras más se empina la calle Miguel Coyula, sube de tono el peligro y justo por esta arteria que parece usar la montaña como espaldar brotó la COVID-19 y su contagio. Habrá que ir pensando en modificar ciertas costumbres o hábitos de vida, pero en Zaza del Medio sucede lo de todas partes y nadie, hasta ahora, ha dejado de compartir sillones y tertulias en los portales, o hasta la taza de café por la cerca del traspatio.
Un escenario de pura familiaridad que nos hace vulnerables al SARS-CoV-2, más si le ponemos como aliño los excesos de confianza y la debilidad en el rigor de las medidas; una lección que grabó para siempre Mirlaine Rodríguez Díaz, “porque mi familia fue sospechosa como a los cuatro días de confirmarse la enfermedad en el barrio. Sí imaginé el peligro, hasta sentí mucho temor, figúrate, son los vecinos de nosotros; entonces mi esposo empezó con síntomas, a él lo llevaron para el Hospital de Rehabilitación en Sancti Spíritus y a mí, para un centro de aislamiento en Taguasco.
“Viví días de mucha tensión, a la espera de la respuesta de los dos PCR, únicamente el trato maravilloso que nos ofrecieron nos daba fuerzas para soportar esa angustia; con sinceridad digo que no tengo palabras para agradecer tanta atención. Cuando vi llegar a la enfermera con los resultados del segundo PCR, no sé, me dio por correr para dentro del cubículo; no sabía si quería oír la respuesta; luego escuché: ‘se van, se van’, ¡qué alegría!”.
También de regreso a la principal zona restringida luego de permanecer varios días en un centro de aislamiento y resultar negativa a los dos PCR, la joven de 19 años Rosángel Sánchez Cancio parece presa todavía de la preocupación, “porque los nervios te traicionan, lloré mucho, pensando en mi familia…, aprendí lecciones, tenemos que cuidarnos; se acabó el compartir el cafecito por las tardes, habrá que ver después cómo lo haremos”.
La pesquisa no reposa
La licenciada en Enfermería Zoraida Oviedo García no ha tenido sosiego tras desatarse el contagio en su propio barrio, entonces entre las calles Miguel Coyula, Marta Abreu y Maceo surgió la primera área de restricción que involucra a más de 400 pobladores.
“La primera pesquisa fue fuerte, mucho interrogatorio, observación y hasta tocar al paciente, casi me vuelvo doctora aquel día; a partir de ahí, junto a la especialista en Medicina General Integral María de los Ángeles Pérez, la hacemos diariamente para detectar cualquier sintomatología, solo en esta área se han reportado 11 casos positivos. Los vecinos han sentido temor, no le puedo decir otra cosa, fíjese que ellos mismos pedían que les hicieran el PCR, ya a todos los del área restringida se les hizo la prueba. Pasó algo muy lindo cuando llegó la guagua con niños y otros pacientes de alta del centro de aislamiento: la algarabía fue inmensa, aplausos, tocaron cornetas, calderos, se les salían las lágrimas”, relató la enfermera.
“Nunca caminé tanto el pueblo como en estos días”, revela con rostro de agotamiento Luis Orlando Gómez Castro, presidente del Consejo Popular en la localidad. Vuelve a mirar ese paisaje que se sabe de memoria, lo mismo de día que de noche: “Impacta la imagen de las casas con las puertas cerradas, duele cada paciente enfermo, pero se ha trabajado duro para contener el contagio y garantizar los alimentos y otros productos a los pobladores de las áreas restringidas; puedo decir que el desvelo del equipo de compañeros que se ocupa del enfrentamiento a la pandemia es admirable; si todos somos disciplinados, Zaza se recuperará”.
Reidiel García Hernández, el divulgador cultural que casi ha puesto al aire una emisora de radio criolla, no escatima hora ni día en su afán de transmitir, desde el parque o a lomo de motor, cuanta medida sea de interés para los zaceños. “No imaginas cómo la gente agradece esa información, hasta nos piden a veces que la repitamos, pero es curioso que, aún en medio de esta gravedad, los vecinos preguntan cuándo volverán las parrandas; claro, hoy lo que hace falta es responsabilidad, pero la gente confía en que le pondremos punto final a la pandemia”.
Fuente: Cubadebate
Tema: Acontercer cubano en salud. Publicado: oct 8th, 2020.