Los que detuvieron la COVID-19 en Santiago de Cuba
Ahora ya hay lugar para el descanso, para pensar y comentar lo vivido durante esos días intensos, cuando todos nos enfrentábamos al virus desconocido que invadía el mundo, y un grupo de expertos “movían las cartas” para salvar vidas en Santiago de Cuba.
No son de esos famosos internacionales ni conocidos por la popularidad, son especialistas de distintos saberes que con su sapiencia ponderan y ponen bien alto el nivel profesional de nuestros científicos en la provincia.
Asimismo como a nivel nacional se creó un Grupo Técnico Asesor para evaluar el comportamiento de la COVID-19 en Cuba, en el territorio santiaguero también la ciencia se unió para contribuir a la toma de decisiones y junto al Consejo de Defensa Provincial (CDP) detener el Sars-CoV-2.
El Dr.C Luis Valdés García, epidemiólogo de prestigiosa trayectoria en el enfrentamiento a eventos epidémicos en el país, fue convocado por el CDP y el Delegado del Ministerio del Interior (Minint), para que les dijera sus apreciaciones sobre esta pandemia; iniciaba el mes de abril de 2020.
“Lo primero era crear un Grupo Técnico Asesor que orientara al Consejo de Defensa y además evaluara las acciones que se iban dictando y haciendo. Entonces se le llevó la propuesta al presidente del Consejo de Defensa, el primer secretario del Partido, Lázaro Expósito Canto y él dijo que sí, esa misma noche se llamó a la rectora de la Universidad de Oriente y se convocaron a las especialidades”, expresó Valdés García, quien estuvo al frente del grupo.
Eran Matemáticos, Cibernéticos, Informáticos, Sociólogos, Geógrafos, Físicos, médicos epidemiólogos, una Viróloga, un especialista en Medicina General Integral, Técnicos y Licenciados en Estadística, una Meteoróloga, trabajadores de GeoCuba, del Minint y de Datys, entre otros.
“El 6 de abril se creó el grupo; en el primer encuentro dicté las líneas de trabajo para cada una de las especialidades, laboramos con vehemencia en la creación de modelos matemáticos para el pronóstico de la epidemia y la evaluación desde el punto de vista informático de cómo se estaba recogiendo la información y procesando. Además diseñamos un plan de actividades para hacer visitas de evaluación a los focos que se estaban detectando, a los lugares donde se estaban aislando a las personas, no tuvimos acceso al hospital militar porque era un área restringida pero teníamos información e íbamos evaluando diariamente cómo se comportaba el laboratorio, las pesquisas como se iban haciendo y les íbamos dando sugerencias al Consejo de Defensa, especialmente a los compañeros de la Dirección Provincial de Salud para ir reorientando las medidas que se iban a hacer, comentó Valdés.
“Diariamente se repartían tareas y se creó un archivo para ir poniendo la información del país y la provincia, las reuniones técnicas eran los viernes con todo el grupo y evaluábamos las tareas que se habían orientado y el cumplimiento. Además hacíamos discusiones y análisis de cómo iba marchando la epidemia y nos poníamos nuevos retos, especialmente en la primera fase, relacionado con los modelos matemáticos para el pronóstico, que fue un modelo muy, muy apropiado porque nos dijo cómo iba avanzando la epidemia según el pronóstico.
“También hacíamos presentaciones de informaciones, por ejemplo debatimos cuáles eran los factores por los que en las provincias orientales habían tan pocos casos, eso se analizó aquí se presentaron trabajos y demás. Los martes y viernes con la información que el grupo acopiaba y los resultados que íbamos obteniendo, hacía una presentación en el Consejo de Defensa donde daba la evaluación y cómo estaban los pronósticos, alertaba de la situación y dónde había problemas, sugerimos que en los hogares de ancianos y hospitales siquiátricos se adoptara la misma forma de trabajo que existía en los hospitales de Covid, que el personal no saliera porque era el riesgo de que esas personas entrando y saliendo pudieran enfermarse y provocar un evento en esas instituciones.
“Realizamos varios estudios, entre estos uno sobre movilidad poblacional, la identificación de Clúster de trasmisión (alcohólicos, ambulantes, adictos), con GeoCuba hicimos mapas que fueron muy útiles, capacitamos a los epidemiólogos, publicamos más de 20 artículos científicos y sostuvimos presentaciones e intercambios con grupos a nivel nacional, con el Dr. Francisco Durán y la viceministra de Higiene y Epidemiología.
“Se creó una carpeta electrónica informativa diseñada por un compañero nuestro la cual se divulgó a todos los miembros del grupo y a los municipios para que los decisores tuvieran información actualizada de la epidemia en Santiago de Cuba.
“Desde el punto de vista social entrevistamos al personal de Salud que trabajó directamente con los enfermos y a algunos convalecientes para ver sus emociones, este estudio lo realizaron los sociólogos y sicólogos”, dijo.
Así fueron pasando las semanas y el trabajo intenso a cualquier hora del día, sin descanso, pero siempre motivados. Con satisfacción contemplaban cómo iban disminuyendo los casos en el territorio y eso les daba alegría.
Recuerda Valdés que en una reunión con el Presidente del Consejo de Defensa les pidió que era necesario que este grupo no se desintegrara completamente y se mantuviera con una composición reducida pero esta vez ayudando en el asesoramiento para otra epidemia: Dengue.
“Dimos nuestra disposición e hicimos el mismo procedimiento, estuvimos trabajando tres semanas y por cuestiones de aseguramiento recesamos, realizamos una propuesta pero no hemos tenido respuesta de continuar o no”, puntualizó.
¿Se avecina un rebrote?
“Esperamos un rebrote en Santiago de Cuba y nosotros como equipo multidisciplinario pronosticamos que este nunca va a ser de la magnitud del brote inicial. Aquí puede ser que se dé antes de noviembre (fecha escogida a nivel nacional), porque aunque hubo poca circulación del virus y el número de casos fue bajo, al igual que en el resto de las provincias orientales, la susceptibilidad es muy alta.
“Todo depende de las medidas de control y de la participación de la población de mantener el distanciamiento entre personas, del uso de nasobuco y de la desinfección de las manos, si bajamos la guardia con esas disposiciones el brote puede adelantarse y tener una magnitud mayor, subrayó.
“Cabe destacar que todas las infecciones respiratorias agudas, lo que conocemos como catarro, han tenido una caída de las cifras, y se contempla en el gráfico, y es simple y llanamente por todas estas medidas, y por supuesto el aislamiento social, no había escuelas ni centros de trabajo; pero en septiembre todas esas actividades de nuevo se establecen y el riesgo se multiplica y si no adoptamos las normas mencionadas sí podemos tener rebrotes de la enfermedad, ojalá que no sea como epidemia, pero sí está pronosticado porque el virus sigue circulando, mira la situación en La Habana y occidente no paran de diagnosticarse casos. Aquí en la provincia se continúan buscando y haciendo las pesquisas, los casos con infecciones respiratorias se están estudiando, pero no podemos decir que la Covid-19 se acabó en Santiago.
Aplausos bien merecidos
“Me siento muy satisfecho con el trabajo realizado porque logramos un sueño que teníamos hace muchos años, que era integrar a varias disciplinas científicas en función de un problema de salud. El grupo funcionó muy bien, muy acoplado y con mucho entusiasmo y seguimos con el mismo ímpetu para esta u otra tarea”, concluyó Valdés García.
Aunque un poco en el anonimato la impronta del Grupo Técnico Asesor en esta zona del oriente dejó cuantiosos frutos en investigaciones, análisis y proyecciones. Sus miembros se sienten orgullosos de haber integrado este colectivo que con esmero y conocimiento científico pudo poner freno a esta terrible pandemia que aún devora nuestras comunidades. El reconocimiento a su labor bien que merece el aplauso del pueblo.
Fuente: Periódico Sierra Maestra
Tema: Acontercer cubano en salud. Publicado: ago 7th, 2020.