Transmisión de los virus por contactos ocasionales en los aviones
Viajar en avión es la fórmula más rápida y cómoda de desplazarnos a otros países pero, también es la manera perfecta para que las enfermedades infecciosas puedan propagarse por todo el planeta, según afirma el sitio especializado en tecnología e innovación de España.
El artículo se refiere a los controles de seguridad en los aeropuertos y las mediciones médicas para prevenir la entrada de potenciales “pacientes cero” que puedan dispersar el virus entre los propios pasajeros del avión, lo que multiplica el efecto devastador.
Un avión es un lugar cerrado, sellado, en el que se permanece horas cerca de personas desconocidas y que puede ser el escenario más factible para que ese primer afectado estornude y distribuya el virus entre todos sus compañeros de viaje. Una amenaza que ya se vivió con temor durante la reciente propagación del Zika o del Ébola, lo que ha llevado a los científicos a encontrar mecanismos para reducir el impacto potencial de esta situación.
Los investigadores de la Universidad Estatal de Arizona, quienes han combinado técnicas geográficas, biomédicas, urbanismo, matemáticas aplicadas y computación para reducir las posibilidades de infección en los aviones han descubierto que factores como el tamaño de la aeronave y el método de embarque son claves en esta peligrosa ecuación.
Los científicos han determinado que la técnica más habitual de embarque (primera clase, zona media del avión y sección trasera) es la peor a la hora de minimizar el impacto de una posible infección. De acuerdo a sus estudios, el método aleatorio de dos zonas (en el que el avión se divide en dos secciones longitudinales y los pasajeros embarcan de forma aleatoria dentro de esas áreas) es el que menos propaga un potencial virus, ya que evita los cuellos de botella en el pasillo. En cuanto al desembarque, los expertos encontraron que no tenía un impacto relevante respecto a la expansión de un virus.
Fuente: TIC Beat
Tema: Noticias. Publicado: ago 7th, 2017.