Alerta Epidemiológica sobre el aumento de casos de malaria
En 2016, la transmisión de la malaria aumentó significativamente en los municipios endémicos de algunos países de la Región de las Américas, y hubo un aumento por Plasmodium falciparum en los casos de malaria en algunos focos endémicos.
La Organización Panamericana de la Salud, Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud (OPS / OMS) advierte a los Estados Miembros de la Región de las Américas sobre: el riesgo de brotes, aumento de la transmisión del paludismo en las zonas endémicas y su posible reintroducción en áreas donde se había interrumpido la transmisión.
La OPS / OMS insta a los Estados Miembros a que intensifiquen las actividades de vigilancia y control, en particular para proseguir los esfuerzos encaminados a superar las barreras a nivel local que causan demoras o fracasos en la detección, el tratamiento y el seguimiento de los casos.
Resumen de la situación:
En el año 2015, se reportó un total de 451.242 casos de malaria en la Región de las Américas, lo que representa una disminución del 62% en comparación con los casos reportados en el año 2000, representando un incremento del 16% en comparación con los casos reportados en 2014.
Número de casos de malaria en las últimas cuatro décadas:
En 2015, ocho de los 21 países endémicos (República Bolivariana de Venezuela, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Perú) registraron un aumento en los casos en comparación con el año anterior.
En 2016, la tendencia creciente de casos de malaria continuó en algunos países. Colombia, Ecuador y Venezuela reportaron un aumento en los casos de malaria y un aumento en la proporción de casos de Plasmodium falciparum en comparación con los causados por Plasmodium vivax. Además, Honduras y Perú reportaron un aumento en la proporción de casos de Malaria por P. falciparum, en relación con los causados por Plasmodium vivax, en las principales áreas de transmisión del país. Aunque la prevalencia de P. falciparum en algunos países está influenciada por la composición racial de las áreas afectadas; el aumento de la proporción de P. falciparum en las zonas puede ser indicativo del deterioro de la capacidad de respuesta, tanto en la provisión de tratamiento como en la implementación de medidas de control de vectores. Por otra parte, el aumento de los casos por P. falciparum indica un mayor riesgo de complicaciones de la malaria.
Los informes de casos de paludismo en Costa Rica y Cuba en la Semana Epidemiológica (SE) 48 de 2016 y en la SE2 de 2017 resaltan el riesgo de introducción y la importancia de mantener sistemas de alerta temprana funcional y respuesta a nivel local.
El aumento de la transmisión de la malaria en algunos países de la región puede estar relacionado con fenómenos ambientales que históricamente han determinado una incidencia cíclica de malaria en las Américas. Sin embargo, en 2015 y 2016, factores sociales y económicos, como la minería y el aumento del flujo migratorio en zonas con ecosistemas favorables para la transmisión de la malaria, han contribuido a la transmisión de la enfermedad en la región. El debilitamiento de las redes de diagnóstico de la malaria en algunos países es otro factor crítico en la tendencia de la malaria en los últimos dos años. El riesgo de introducción de casos de malaria por P. falciparum y la diseminación de cepas de esta especie de plasmodium con diferentes perfiles de resistencia antimalarial se ve afectada por movimientos de población dentro y entre países. En este sentido, se debe prestar especial atención al riesgo de introducción de cepas de P. falciparum de América del Sur en áreas con ecosistemas favorables en los países centroamericanos y caribeños.
Resumen de la situación de la malaria en algunos países:
En Colombia, entre SE1 y SE52 de 2016, se reportaron un total de 83.356 casos de malaria, de los cuales el 57% (47.497) fueron P. falciparum, 39.7% (33.055) fueron P. vivax y 3.3% (2.804) fueron infecciones mixtas. Mientras que en 2013 la mayoría de los casos fueron causados por P. vivax (66%, n = 33,345), esta proporción comenzó a cambiar en 2014 y, actualmente, la mayor proporción de casos corresponde a P. falciparum. Además, el número de casos de malaria por P. falciparum y de infecciones mixtas (49.533) notificados en 2016 fue más alto que el registrado en los últimos cinco años. Del total de casos de P. falciparum y malaria mixta notificados en 2016, se reportó el 94% (46.652) en cinco entidades territoriales: Choco (62%), Nariño (21%), Antioquia (5%), Buenaventura y Cauca 3%).
Costa Rica: En la SE 48, el Punto Focal Nacional del Reglamento Sanitario Internacional de Costa Rica notificó a la OPS/OMS dos casos autóctonos de malaria por P. vivax en la provincia de Limón, Matina Cantón, Distrito de Carrandi, localidad de Saborío. Estos casos ocurrieron después de un período de tres años en el cual no se reportaron casos autóctonos en el país. Se trata de casos aislados, sin historia reciente de viajes fuera de Costa Rica. Adicionalmente, en la SE50 de 2016 se reportaron dos nuevos casos autóctonos, todos en la localidad de Saborío. Hasta la fecha, no se han notificado nuevos casos.
Cuba: En la SE2 de 2017, el el Punto Focal Nacional del Reglamento Sanitario Internacional de Cuba notificó a la OPS/OMS de dos casos autóctonos confirmados de malaria por P. Vivax en el municipio de Rodas, provincia de Cienfuegos. Los dos casos están relacionados con un caso importado de Guyana. En 2016, se registraron 71 casos importados de malaria. De éstos, 66% (47) fueron P. falciparum, 31% (22) fueron P. vivax y 3% (2) P. malariae.
Ecuador 2, entre la SE1 y SE52 de 2016, se reportaron 926 casos de malaria, de los cuales 69% (639) fueron P. vivax y 31% (287) P. falciparum. De EW 17 de 2016, hubo un aumento en el número de casos de malaria en comparación con 2014 y 2015. Las cuatro provincias con el mayor número de casos de malaria en 2016 fueron Morona Santiago con un 38% (355) casos reportados, seguido de Pastaza con 24% (220), Orellana 17% (159) y Esmeraldas con 14% (126) de los casos. Del mismo modo, hubo un aumento en el número de casos notificados de malaria por P. falciparum en comparación con el reportado en 2015. Del total de casos de malaria por P. falciparum, 49% (142) ocurrieron en las provincias de Morona Santiago y Pastaza, en la parte oriental del país. Esto representa un aumento importante en comparación con los 8 casos de malaria por P. falciparum reportados en 2015 en cada una de estas provincias. Según indicó el Ministerio de Salud Pública, el aumento de casos en Ecuador en 2016 podría explicarse por el aumento de la actividad migratoria entre comunidades en zonas fronterizas.
En la República Bolivariana de Venezuela se ha observado un aumento en los casos de malaria desde 2010 y, en 2016, hubo 240.613 casos, lo que representa un aumento de 76% con respecto al mismo período del año anterior (136,402 casos), de estos el 75% (179.554) se debieron a P. vivax, el 19% (46.503) a P. falciparum y el 6% (14.531) a infecciones mixtas. Aunque los casos están registrados en 16 de los 24 estados del país, el municipio de Domingo Sifontes, en el estado de Bolívar, reportó el mayor número de casos a nivel nacional (43% del total de casos reportados), con la epidemia relacionada con la oleada de explotación de oro y el movimiento correspondiente de personas de otros estados y países, que se establecen en condiciones propicias para la transmisión de la malaria.
Recomendaciones:
La OPS / OMS advierte a los Estados Miembros sobre el riesgo de brotes, aumento de casos y muertes en las zonas endémicas, así como la posible reintroducción de la enfermedad en zonas donde la transmisión se había interrumpido previamente. Los logros en el camino hacia la eliminación de la enfermedad en la región pueden verse comprometidos si las acciones de monitoreo y control de la enfermedad no se mantienen o fortalecen.
La OPS / OMS insta a fortalecer las acciones relacionadas con la detección temprana y el tratamiento basado en el diagnóstico parasitológico. La principal intervención para controlar la malaria es acortar el tiempo entre el inicio de los síntomas, el tratamiento del caso y las acciones de investigación-respuesta.
La OPS/OMS recomienda intensificar la vigilancia y la detección de casos en unidades de atención de salud y las búsquedas activas de casos en poblaciones de riesgo, en áreas conocidas de transmisión. La comprensión de la dinámica de transmisión local permitirá la optimización de los esfuerzos de búsqueda de casos.
En las zonas con baja transmisión, la aparición de nuevos casos debe desencadenar investigaciones epidemiológicas de cada caso, a fin de determinar su estatus como importado, introducido o autóctono. Es esencial que la investigación se lleve a cabo dentro de unos días a partir del diagnóstico del caso, a fin de orientar oportunamente una respuesta que debe estar dirigida a la interrupción oportuna de la transmisión. En este contexto, la búsqueda reactiva de casos, que se refiere a la investigación y toma de muestra de personas que viven con o relacionadas con el caso o el conglomerado de casos, es una medida esencial de la respuesta.
La OPS/OMS insta a los Estados Miembros a que garanticen la calidad del diagnóstico parasitológico y eviten la escasez de medicamentos. Las políticas de gestión de los fármacos y de gestión de casos deben abordar el riesgo de introducir cepas de P. falciparum resistentes a la Cloroquina, así como la disponibilidad permanente de fármacos y la formación del personal para el tratamiento de la malaria grave.
Las intervenciones de control vectorial deben complementar las estrategias de detección y tratamiento de casos. Las fumigaciones residuales en el hogar y el uso masivo de mosquiteros impregnados son intervenciones clave en el control de los vectores del paludismo. Las medidas que afectan principalmente a la supervivencia de los mosquitos (pulverización residual intra domiciliar e mosquiteros impregnados) tienen un mayor impacto en la interrupción de la transmisión que aquellas acciones que buscan reducir la densidad del vector, como el control de larvas y la aplicación espacial de insecticidas. El control larvario de la malaria se aplica en situaciones en las que los criaderos de mosquitos son permanentes o semipermanentes, se pueden identificar y acceder fácilmente y donde la densidad de la población humana es suficiente para justificar los recursos necesarios para este tipo de acción. Las aplicaciones de insecticidas no se recomiendan actualmente debido a su efecto limitado en el control de la malaria.
El control de la malaria en el área de transmisión activa y la prevención de la propagación de la enfermedad requieren una vigilancia epidemiológica proactiva de los determinantes y fenómenos sociales que condicionan la transmisión (movimientos de poblaciones por actividades económicas, empresas agrícolas o áreas mineras) y la movilización de otros actores en intervenciones adaptadas al contexto de las poblaciones afectadas.
La OPS / OMS insta a los programas nacionales de lucha contra el paludismo y a los organismos de los Ministerios de Salud a que coordinen sus respuestas nacionales para hacer frente a las barreras identificadas a nivel local que pueden deberse a retrasos en la detección, tratamiento y seguimiento de los casos. Reducir la carga de la enfermedad y el riesgo de transmisión a nivel nacional depende del control del paludismo en las principales áreas de transmisión. La OPS / OMS hace hincapié en la necesidad de que los Estados Miembros continúen sus esfuerzos para alcanzar los objetivos del Plan de Acción para la Eliminación de la Malaria 2016-2020 relacionados con la interrupción de la transmisión local, la reducción de la incidencia de casos y la mortalidad asociada.
Tema: Alerta. Publicado: feb 15th, 2017.