Cuatro virus y el cambio climático
Investigadores de la Universidad de Florida anunciaron hace poco que encontraron un caso de Mayaro, una fiebre hemorrágica similar a la chikungunya, en Haití, donde nunca antes se había registrado. El caso encontrado fue identificado en una muestra de sangre de un niño de ocho años de una zona rural de Haití.
El niño tenía fiebre y dolores abdominales pero no sarpullidos ni conjuntivitis, que son síntomas asociados a la chikungunya.
Aunque no es un virus completamente desconocido -fue detectado inicialmente en los años 50- hasta ahora sólo se habían encontrados brotes mínimos y esporádicos en el Amazonas y alrededores.
Los expertos señalan que este caso puede ser un indicativo de que el virus se está esparciendo y ya comienza a circular activamente en El Caribe.
La actual situación epidémica en Las Américas ha despertado especial interés en el estudio de enfermedades en busca de virus desconocidos que puedan ser transmitidos a las personas por insectos viajeros, convirtiéndose rápidamente en un problema generalizado.
Recientemente, en la Reunión Regional para el enfrentamiento a las arbovirosis, efectuada en La Habana, Sylvain Aldighieri, director adjunto interino de Emergencias de la OPS/OMS afirmó que más de 500 millones de personas viven en las Américas en lugares donde pueden contraer algún tipo de arbovirus. Añadió que la región enfrenta el riesgo de que se reintroduzcan virus como el de la fiebre amarilla, y que es necesario vigilar otros como el mayaro y oropuche, que están circulando o circularon antes en el área.
Según un artículo publicado en la Revista Scientific American, Marta Zaraska, tras un estudio, alerta sobre la vigilancia a cuatro virus en particular:
Virus de Mayaro
Mayaro causa una enfermedad que es clínicamente indistinguible de la que produce el virus chikungunya, transmitido por mosquitos: fiebre, escalofríos, erupciones cutáneas y el característico dolor en las articulaciones que puede durar más de un año. Sin embargo, sí importa cuál de estos virus circula por su cuerpo. Una vez haya vacunas contra el virus de Mayaro y chikungunya, y medicamentos para su tratamiento (hasta ahora no hay ninguno), es probable que sean específicos para cada virus.
Las similitudes con el chikungunya son también la razón por la que Mayaro podría convertirse en un problema muy extendido. Ambos fueron originalmente transmitidos por mosquitos forestales, infectando a gente en lugares como la Amazonía. Sin embargo, el chikungunya ya se ha adaptado para ser transmitido por mosquitos urbanos, tales como A. aegypti o Aedes albopictus –desde septiembre de 2016 tan solo en el continente americano, hubo más de 100.000 casos confirmados de la enfermedad–. Tales adaptaciones también pueden estar ocurriendo con Mayaro. En experimentos de laboratorio A. aegypti y A. albopictus han mostrados ser vectores potenciales de Mayaro. Además, en los últimos años hubo casos en grandes ciudades brasileñas –lejos de los bosques–. En septiembre de 2016 se detectó el virus en Haití, lo que sugiere posibles adaptaciones a un ciclo urbano. “Podría ser que se introdujo la cepa adecuada en esa área o podría ser que el virus haya mutado para facilitar la transmisión urbana”, dice Scott Weaver, un virólogo de la Medical Branch de la Universidad de Texas, en Galveston.
Fiebre del Valle del Rift
Para la mayoría de la gente, una infección con fiebre del Valle del Rift significa una simple enfermedad con fiebre y escalofríos. Sin embargo, en algunos casos puede progresar a una enfermedad hemorrágica, acompañada de sangrado anormal o a la inflamación del cerebro. La mitad de los casos hemorrágicos de la fiebre Valle del Rift son fatales y no hay ningún tratamiento.
Desde su descubrimiento en Kenia a principios del siglo XX, el virus del Valle del Rift se ha limitado a África. Pero en 2000 abandonó el continente, llegando a la península arábiga. Para el año 2014 se habían producido numerosos brotes causando decenas de miles de casos humanos y millones de muertes de ganado. En los últimos años más personas han acabado padeciendo la enfermedad hemorrágica (10 por ciento frente al uno por ciento de observaciones tempranas). “Aún no se sabe si el virus está mutando para ser más virulento o, más probablemente, solo somos mucho mejores en la detección de infecciones graves en África”, dice Brian Bird, un virólogo de la Escuela de Medicina Veterinaria del Instituto de Salud de Davis, de la Universidad de California.
El problema con la fiebre del Valle del Rift es que puede ser transmitida por más de 30 especies de mosquitos, 19 de ellas nativas de América del Norte. Tanto los animales salvajes como los domésticos pueden servir como reservorio de la enfermedad. “La disponibilidad de animales inmunológicamente vírgenes para perpetuar la enfermedad en América del Norte o en Europa es preocupante. Si consiguiera venir aquí, los efectos sobre la salud y la economía animal serían profundos”, dice Bird. Una forma probable mediante la que la fiebre del Valle del Rift podría llegar a EE.UU. sería a través de los mosquitos portadores de virus en los aviones o barcos. Por suerte, el trabajo en la vacuna está bastante avanzado.
Fiebre hemorrágica de Crimea-Congo
La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo es transmitida por garrapatas –lo cual es una buena noticia ya que las infecciones transmitidas por garrapatas suelen propagarse más lentamente que aquellas transmitidas por mosquitos–. La mala noticia es que la fiebre de Crimea-Congo tiene tasas de mortalidad de hasta el 40 por ciento. Identificado en 1944, el virus ya ha conseguido viajar desde África hasta China. En los últimos años la propagación del virus parece haberse acelerado: en 2002 llegó a Turquía, infectando 10.000 personas en 2015; en 2011 el virus llegó a la India; y en septiembre del 2016 se registraron los dos primeros casos en España.
Además de sangrado desde casi cualquier parte del cuerpo, la enfermedad puede causar sarpullido y fiebre. La droga antiviral ribavirina se ha utilizado para tratar la fiebre de Crimea-Congo, pero no es muy eficaz.
El virus es transmitido por las garrapatas, en su mayoría del género Hyalomma, que con el cambio climático se están arrastrando a nuevos territorios. Ya han sido encontradas tan al norte como Alemania (en 2015) y hasta en el Reino Unido, viajando junto a aves migratorias. Sigue siendo desconocido si hay garrapatas que puedan transmitir el virus de Crimea-Congo en América del Norte.
Usutu
“Después de un verano inusualmente cálido en Europa estamos frente a un brote sin precedentes de Usutu entre las aves de Alemania, con muertes masivas, y colegas de Francia, Bélgica, Hungría, y los Países Bajos también están reportando fenómenos similares. Eso es nuevo –los brotes previos de Usutu siempre estaban limitados geográficamente–”, dice Daniel Cadar, virólogo en el Instituto de Medicina Tropical Bernhard-Nocht de Hamburgo.
Usutu, un virus aviario transmitido por mosquitos Culex comunes, causa una enfermedad que es una copia de la Fiebre del Nilo Occidental: dolores de cabeza, fiebre, problemas neurológicos. Pero hasta ahora, la mayoría de las infecciones por Usutu en seres humanos terminan sin síntomas. Según un estudio publicado este septiembre en Clinical Microbiology and Infection, más del 6 por ciento de los italianos en los alrededores de Módena han sido infectados recientemente con el virus sin saberlo. Es más probable que los síntomas graves ocurran en personas con un sistema inmune comprometido, como se informó en 2013 en Croacia –en solo tres casos–. Sin embargo, Weaver dice que no debemos subestimar esta infección. “Usutu no está lejos de donde estaba la fiebre del Nilo Occidental hace 20 años. Hubo algunos pequeños brotes en el este de Europa, pero en su mayor parte la gente pensó que no era un patógeno grave. Como Usutu es un virus aviar, podría fácilmente circular por diferentes partes del mundo, igual que el virus del Nilo Occidental”, advierte. Y el cambio climático podría significar más aves infectadas, y también, un mayor potencial del contacto del virus con humanos.
Fuente: Scientific American
Tema: Actualidades. Publicado: oct 28th, 2016.
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