Ciego de Ávila “debe estar cerca del pico de la epidemia”, asegura especialista
Ciego de Ávila, en su fuerte combate contra la COVID-19, ha requerido de la intervención de expertos cubanos en el territorio, pues la compleja situación epidemiológica demanda refuerzos. Unos llegan por primera vez a estas tierras y otros repiten.
El doctor Pablo Feal Cañizares, especialista de Primer Grado en Epidemiología y director de la Unidad de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades (Prosalud), es de los que, orgullosamente, retorna a la provincia por tercera ocasión —abril, junio y a partir del 4 de septiembre— desde que el SarsCov-2 decidió desandar la Isla e instalarse en la región.
“Estaré todo el tiempo que haga falta, para trabajar en el control de la enfermedad”, pronunció el galeno en revista especial de Televisión Avileña, cuyas valoraciones trascendieron el espacio televisivo y merecen una reproducción en letras.
— ¿Qué provocó este complejo contexto sanitario?
— Es el comportamiento humano el que conlleva a estos problemas, sobre todo ante una epidemia que todavía no posee vacuna. Se habla de candidatos vacunales, pero la cura no la tenemos en la mano, por lo tanto, el comportamiento de las personas es el que define el comportamiento de la enfermedad.
“Aquí han influido varios aspectos, fundamentalmente, la falta de autocuidado y autorresponsabilidad. Los individuos dejaron, en un momento determinado, de usar el nasobuco con frecuencia, el distanciamiento físico no fue el más adecuado, hubo dificultades con las barreras sanitarias o de desinfección, con la higiene de las manos y de las superficies. Eso sucedió en la población, las casas e instituciones de salud, por lo que se facilitó la transmisión del virus.
“En las semanas que llevamos acá, ya apreciamos un mejor comportamiento. Los ciudadanos usan más el nasobuco, vemos en instituciones y centros laborales las barreras de cloro, y en las instituciones de salud existe una mayor exigencia y mejor empleo de los medios de protección. Ese es un buen paso para comenzar el control de la enfermedad.”
— ¿Cómo se articula el trabajo de los profesionales que llegaron hasta el territorio y cuáles esferas reciben ese apoyo?
— Desde hace días, en actividades asistenciales, técnicas y de asesoría, nos acompañan en Ciego de Ávila alrededor de 150 especialistas de varias zonas del país, tanto en los hospitales Antonio Luaces Iraola, de la capital provincial, y el Roberto Rodríguez, de Morón, como en diferentes áreas de los municipios más afectados, por ejemplo, el de Venezuela, el cabecera y Bolivia.
“Se encuentran trabajando, codo a codo con los de aquí, en la lucha por frenar la situación epidemiológica y garantizar la asistencia médica a la población, ya que un grupo de trabajadores de la salud avileños se han enfermado con la COVID-19.
“Creamos grupos, integrados por diferentes especialidades, para discutir, continuamente, hacia dónde dirigir varias acciones. Algunos profesionales asumen funciones asistenciales en los dos hospitales, en servicios como terapia, obstetricia y cirugía general, y otros están vinculados con especialistas en Epidemiología, en la asesoría para el control epidemiológico en las poblaciones y saber hacia dónde mejor conducir esas acciones de control.
“Ha permitido, al menos, que ya tengamos un buen diagnóstico de la situación sanitaria de la provincia y estar ejecutando tareas de intervención que respondan a la solución de esos problemas.”
— ¿Pudiéramos hablar de un periodo para comenzar a apreciar el efecto de esas medidas?
— Es difícil saber con exactitud cuándo la situación sanitaria de la provincia será revertida. Pronósticos siempre existen, pero es muy pronto para darlos, teniendo en cuenta el comportamiento de la pandemia y las dificultades en el inicio del rebrote. Poseemos un mejor análisis y hacemos operaciones específicas.
“Decir que en 10 o 15 días podría haber un control es lo que deseamos. Creemos que sí, que en un periodo relativamente corto podemos empezar a tener resultados, pero dependen de muchas variables que todavía no las tenemos todas favorables.”
— ¿Se realizan investigaciones virológicas para determinar cuáles son las cepas circulantes en la provincia?
— Días atrás, se le informó a la población sobre la presencia en Ciego de Ávila de un equipo de investigadores del Ministerio de Salud Pública, el cual hizo un profundo diagnóstico y decidió concretar intervenciones con medicamentos, educativas y de comunicación.
“Entre ellas, se acordó estudiar el comportamiento del virus en el territorio avileño, por lo que, en coordinación con el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), se desarrolla una investigación de tomas de muestras en algunos pacientes, en momentos determinados de su enfermedad, para estudiar la frecuencia del genoma del virus y saber si el que circula aquí es una mutación del mismo virus o tiene algunas características particulares.”
— ¿Existe en Cuba evolución en el virus y en los síntomas que presentan los enfermos?
— El tema se sigue estudiando por el IPK, centro coordinador y encargado de esta actividad en el país, y los resultados no son concluyentes. Los epidemiólogos, el grupo que ha trabajado el tema en Cuba, hemos considerado la hipótesis de que el virus ha tenido algunos cambios, pendientes a verificar, que pueden influir en la aparición y forma de expresarse a través de sus signos y síntomas.
“Comienza con malestar general, como cualquier proceso viral, después vienen los síntomas respiratorios, las fiebres y, generalmente, termina con trastornos en el olfato y el gusto. Es lo clásico, descrito en la literatura. Sin embargo, es frecuente encontrar personas que solo tienen fiebre, con muchas afectaciones respiratoria, diarreas, que hacen muy variantes los cambios en la sintomatología.
“Eso nos lleva a insistir en que la población y el personal de salud no se confíe en una cadena de síntomas normales, porque el virus se protege y puede mutar. Más del 60 % son asintomáticos, por lo que la expresión clínica de la enfermedad es muy inconstante. Ante cualquier síntoma es importante acudir al médico y atenderse.”
— ¿Cuáles son las patologías de base más peligrosas en combinación con la COVID-19?
— Todos tenemos el mismo riesgo de enfermarnos. Aquellas personas que tienen un grupo de enfermedades de base, son las que tienen más probabilidades de hacer complicaciones y fallecer, entre ellas la hipertensión arterial, la obesidad, asma bronquial y la diabetes mellitus.
“Lo importantes es tratar de no contagiarse, incluso porque la atención después es más diferenciada para esos grupos vulnerables. Acostumbro a decir que llegar tarde al médico es llegar temprano a las complicaciones.”
— Importantes resultan las pesquisas.
— La pesquisa es una de las medidas de intervención más importante que tiene el control de la enfermedad, porque con ella identificamos la persona que es posible esté enferma. Garantiza el aislamiento en los centros y la probabilidad de que trasmita el padecimiento es muy poca.
“El protocolo es organizarla desde el Consultorio del Médico de la Familia, con un grupo de estudiantes de Medicina. La provincia ha decidido que, junto con las federadas y cederistas, creen un equipo que, de manera fija, tengan una población fija a pesquisar todos los días, lo que garantiza esa relación familia-persona. No obstante, todavía existen brechas de calidad y completamiento de los grupos.
— Puede aclarar la cuestión de los fallecidos por la pandemia y los que no mueren por ella.
— El país, desde que empezó la epidemia en marzo, ha demostrado que la información es transparente. La complejidad de la enfermedad lleva a que la persona pueda estar curada de la COVID-19, con PCR negativo, pero las complicaciones de las enfermedades de base llevan a que continúen su estatus de grave o crítico.
“En Cuba tenemos como práctica realizar la necropsia de los pacientes que fallecen por coronavirus y existen un conjunto de parámetros en la literatura internacional que develan signos de la infección en los órganos, como pueden ser daños alrededor del cerebro. Se han encontrado partículas del virus en el hígado, el corazón y en las arterias, muy característico de la enfermedad y que permiten decir si la persona murió en una fase activa del virus o ya no estaba enferma.”
— ¿Está Ciego de Ávila en el pico de la pandemia?
— Nuestro deseo es que hayamos llegado al pico en Ciego de Ávila y comenzar a disminuir el número de positivos. Realmente, la cifra de casos está en un nivel bien alto y, por las evaluaciones que hemos hecho, si no lo estamos, debemos estar cerca del pico, para ver que empiece a reducirse la curva y las medidas de control hagan efecto. Con más razón, no se puede bajar la guardia.
“El candidato vacunal cubano SOBERANA-01 está en fase clínica, pruebas de campos. Hasta mediados del año que viene no podemos tener una definición sobre si podemos utilizarla o no. La esperanza es buena, pero la vacuna hoy es el autocuidado.”
(Tomado de Invasor)
Fuente: Cubadebate
Tema: Acontercer cubano en salud. Publicado: oct 1st, 2020.