Una epidemia es ante todo una tragedia. Así se clasifica cualquier rápida extensión de una enfermedad entre las personas de una comunidad, o de muchas. Cuando afecta a todo el mundo, entonces se le suele llamar “pandemia”.
Desde que hay seres vivos en esta Tierra, han ocurrido rachas de acciones biológicas que afectan a una determinada especie en su habitáculo. Es parte de la propia esencia de la vida, en constante movimiento. Sin embargo, nuestra especie homo sapiens se seleccionó gracias a la capacidad de intercambiar cuantiosas cantidades de información con respecto a cualquier otra, lo que nos ha permitido conocer e interactuar con estas desgracias mucho más, y también más eficientemente.
Las epidemias naturales pueden costar muchas vidas. También las hay creadas por las anomalías del razonamiento humano. Cuando alguien convence a sus conciudadanos de que son mejores que otros, aunque sean vecinos y por cualquier cosa, eso suele conducir a una epidemia practicada desde hace mucho: las guerras. La enfermedad que las causa es virtual, está en la mente de aquellos que creen que enviando a matarse a otros pueden ellos alcanzar estadios más felices o satisfacer gustos espurios. A veces, lamentablemente, una guerra tiene también que hacerse para evitar males mayores, que a la larga cuestan más vidas. Son las guerras justas, las que devienen necesarias por no tener alternativas mejores. Pero esas ocurren mucho menos que las injustas, la supremacistas y las egoístas, que son las verdaderamente epidémicas.
Tema: Apuntes históricos, Noticias. Publicado: mar 15th, 2020.