Fiebre amarilla en Brasil

Durante las primeras cuatro semanas de 2018, se observó un rápido aumento en el número de casos humanos confirmados de fiebre amarilla en los estados de Río de Janeiro, São Paulo y Minas Gerais. Entre el 1 de julio de 2017 y el 20 de febrero de este año se confirmaron 545 casos y 164 muertes. En el mismo período del año pasado, se confirmaron 557 casos y 178 muertes.

A diferencia del período estacional anterior, el período estacional actual se ha caracterizado por más casos reportados en los estados de São Paulo y Río de Janeiro junto con la ocurrencia de casos en áreas cercanas a las grandes ciudades.

En el estado de São Paulo, el 57% de los casos confirmados probablemente fueron infectados en el municipio de Mairiporã (un área rural localizada a 15 km al norte del municipio de São Paulo). En el estado de Río de Janeiro, el 45% de los casos confirmados fueron residentes de los municipios de Valença y Teresópolis; este último se encuentra a 96 km de la ciudad de Río de Janeiro. Los lugares probables donde ocurrieron las infecciones para todos los casos confirmados corresponden a áreas con epizootias documentadas en primates no humanos. En Minas Gerais, el 47% de los casos confirmados residen en municipios ubicados al sur y sureste de la ciudad de Belo Horizonte, donde no se detectaron casos humanos durante el brote en el período estacional 2016/2017.

Se han notificado dos casos de fiebre amarilla confirmados por laboratorio (en Francia y en los Países Bajos) entre viajeros no vacunados que se quedaron en Brasil, en municipios considerados en riesgo de fiebre amarilla como se describe en las recomendaciones internacionales de salud de viaje en función del virus circulación, la distribución de vectores de fiebre amarilla y reservorios animales. Además, se informaron dos casos confirmados por laboratorio en ciudadanos argentinos, que probablemente fueron infectados en Ilha Grande, municipio de Angra do Reis, estado de Río de Janeiro, e Isla Bella, estado de São Paulo, Brasil (ambos municipios son conocidos por estar en riesgo de fiebre amarilla). Además, desde el 26 de febrero, se han reportado tres casos confirmados de fiebre amarilla (dos fatales) en ciudadanos chilenos que probablemente también hayan sido infectados en Ilha Grande, municipio de Angra do Reis, estado de Río de Janeiro, Brasil.

Se han informado casos de epizootias de manera continua a lo largo de la pretemporada de fiebre amarilla y el período estacional, lo que indica una circulación sostenida del virus en un ecosistema favorable, que se está expandiendo a áreas que anteriormente no se consideraban en riesgo de fiebre amarilla. Del 1 de julio de 2017 al 6 de febrero de 2018, se notificaron 3812 epizootias entre primates no humanos, de las cuales 517 fueron confirmadas por laboratorio, 1157 siguen bajo investigación, 1397 fueron clasificadas como indeterminadas y 741 fueron descartadas. Se han reportado epizootias en 22 de las 27 áreas federales del país. Se notificaron epidemias con circulación confirmada de fiebre amarilla entre primates no humanos en seis estados (Espírito Santo, Mato Grosso, Minas Gerais, Río de Janeiro, São Paulo y Tocantins). São Paulo ha representado el 42% de las epizootias totales.

Además, el Ministerio de Salud de Brasil informó la detección del virus de la fiebre amarilla en mosquitos Aedes albopictus capturados en áreas rurales de dos municipios (Ituêta y Alvarenga) en el estado de Minas Gerais en 2017 como parte de una investigación realizada por el Ministerio de Salud de Brasil y el Instituto Evandro Chagas. La importancia de este hallazgo requiere una mayor investigación, particularmente para confirmar la competencia del vector para transmitir la fiebre amarilla.

Además, el Ministerio de Salud de Brasil informó la detección del virus de la fiebre amarilla en mosquitos Aedes albopictus capturados en áreas rurales de dos municipios (Ituêta y Alvarenga) en el estado de Minas Gerais en 2017 como parte de una investigación realizada por el Ministerio de Salud de Brasil y el Instituto Evandro Chagas. La importancia de este hallazgo requiere una mayor investigación, particularmente para confirmar la competencia del vector para transmitir la fiebre amarilla.

Fuente: Organización Mundial de la Salud