Para celebrar el día de la hispanidad
Imaginemos un personaje de novela que ha sufrido un desengaño amoroso y comenta con alguien: “Puedo escribir los versos más tristes esta noche…” ¿Qué pensar ante esta frase? Que el personaje es escritor, o al menos escribe versos. Los lectores de poesía probablemente sepan que así comienza uno de los más bellos y conocidos poemas amorosos en lengua española. Su autor, Pablo Neruda – cuyo nombre real era Neftalí Ricardo Reyes Basoalto – nació en Parral, Chile, el 12 de julio de 1904, y asombra que tuviera sólo veinte años cuando se publicó su libro Veinte poemas de amor y una canción desesperada, al que pertenece el texto mencionado.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir por ejemplo: la noche está estrellada
Y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito. (…)
El tema del amor, uno de los más recurrentes en la poesía de todos los tiempos, también está presente en este soneto escrito unos tres siglos antes que el poema 20 de Neruda:
Veo mejor si cierro más los ojos
que el día entero ven lo indiferente;
pero al dormir, soñando te contemplan
y brillantes se guían en lo oscuro.
Tú, cuya sombra aclara lo sombrío,
si ante quienes no ven brilla tu sombra,
¡qué luz la forma de tu sombra diera
al claro día, por tu luz más claro!
¡Ay, qué felicidad para mis ojos
si te miraran en el día vivo,
ya que en la noche muerta miro, ciego,
de tu hermosura la imperfecta sombra!
Los días noches son, si no te veo,
y cuando sueño en ti, días las noches.
Del año 978 datan los primeros fragmentos escritos en español rudimentario. Antes de la ocupación por los romanos, es decir, su conquista de la península que ellos llamaron Hispania, allí coexistían varios pueblos, cada uno con su propia lengua. Al caer el Imperio Romano, aquellos pueblos siguieron utilizando el latín vulgar, pero cada región lo fue adaptando a su manera y aparecieron las llamadas lenguas romances o neolatinas. El castellano que se originó en España es una lengua romance, que se consolidó como idioma oficial al unificarse la península con la unión de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, los llamados Reyes Católicos. En la actualidad el español o castellano es lengua oficial en 21 países, lo hablan más de 430 millones de personas, y es la tercera lengua más hablada en el mundo.
Como parte de la comunidad hispanohablante, debemos cuidar nuestro lenguaje cotidiano para no caer en la vulgaridad o chabacanería, y evitar los “vicios” que surgen al repetir expresiones incorrectas o de las que no conocemos a fondo el significado. Por citar un solo ejemplo, en los últimos tiempos es frecuente en nuestros medios de comunicación el mal empleo del adverbio “bien” para expresar el superlativo, en vez de “muy”, que es lo correcto: por ejemplo, “bien interesante” por “muy interesante”, lo que en sus más absurdas consecuencias conduciría a decir barbaridades como “bien malo” o “bien bueno”. ¿Y qué pasaría con “un libro muy bien escrito”?
Aspiramos a que este sitio contribuya a la preservación y buen uso del español, y con ese fin proponemos a los usuarios algunos enlaces, relacionados con diversos aspectos del idioma, que esperan ser visitados.
por Olga Sánchez Guevara
Licenciada en Lengua Alemana
Escritora y traductora literaria
Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y del Comité Asesor de nuestro sitio
En: Del lenguaje. Publicado el oct 10th, 2014.
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