La terminación -asa de las enzimas
¿Se ha preguntado alguna vez de dónde viene este sufijo que todo médico, químico o biólogo actual interpreta de forma automática como indicativo de acción enzimática?
Cualquier persona medianamente ducha en el lenguaje especializado de la bioquímica se percata en seguida de ello. Igual da que sean oxidorreductasas, transferasas, hidrolasas, liasas, isomerasas o ligasas, deshidrogenasas, oxidasas, transaminasas, cinasas, lipasas, peptidasas, descarboxilasas, isomerasas, mutasas o sintetasas; el caso es que todas las enzimas reciben siempre, por convención, un nombre terminado en -asa.
Su uso en bioquímica tiene ya casi doscientos años de antigüedad, pues arranca en 1833, cuando los químicos franceses Anselme Payen (1795-1871) y Jean-François Persoz (1805-1868) aislaron de la malta un fermento capaz de separar los grupos moleculares del almidón, y decidieron llamarlo en francés diastase, a partir del griego diástasis, que significa ‘separación’.
Posteriormente comprobaron que la diastasa no sólo estaba presente en la malta, sino también, con idéntica capacidad de catalizar la hidrólisis del almidón, en la saliva humana.
A partir de ese momento empezó a usarse su terminación -ase (en español, -asa) para acuñar los nombres de los nuevos fermentos o enzimas que se iban descubriendo, como la lactasa, la amilasa o la hidrolasa, con lo que este sufijo pasó a adquirir en el lenguaje científico el significado de enzima, hasta hoy.
Obsérvese, por cierto, que todas las palabras formadas con el sufijo -asa hubieran debido ser en español voces esdrújulas, con tilde; pero el hecho de que llegaran a nuestra lengua desde el francés explica que en el uso se haya impuesto de forma generalizada, sin ningún tipo de vacilación, la acentuación llana.
Por Fernando A. Navarro
http://medicablogs.diariomedico.com/laboratorio/tag/%C2%BFde-donde-vienen/
En: Etimología médica. Publicado el ago 30th, 2014.
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