Nutricional, nutritivo
El adjetivo nutritivo se aplica a aquello que tiene la propiedad de nutrir, a lo que sirve para nutrirse. Tiene como sinónimos de su misma raíz los siguientes: nutricio, nutrimental (poco usado) y nutriz, además de alimenticio. Por influencia del inglés, se ha impuesto en el uso de los especialistas un nuevo sinónimo: nutricional.
No está muy justificado traducir nutritional por nutricional en todos los casos, aunque este adjetivo se ha generalizado tanto que la academia lo ha incorporado a su registro.
Si bien no nos parece aceptada la adopción de nutricional como sinónimo absoluto de nutritivo, encontramos que el neologismo tendría total justificación, si en lugar de ser usado de esa manera , se expresara para la expresión de otro concepto, por demás muy cercano a aquel.
Dicho en otras palabras: al realizar determinados estudios acerca de la nutrición, se hace necesario utilizar un adjetivo cuya definición sea «relativo a la nutrición», «relacionado con la nutrición», «que pertenece a la nutrición o es inherente a ella». Tales significados no podrían ser expresados por los ya mencionados nutritivo, nutricio, nutriz y nutrimental. Para ello se ha estado usando también nutricional.
Al llegar aquí es importante detenerse: existe un adjetivo para expresar ese significado, por lo que, en rigor, nutricional sería innecesario también en este caso.
Tal adjetivo es trófico, que no solo está registrado en diccionarios especializados, sino también en el académico, donde aparece con la siguiente definición: «Perteneciente o relativo a la nutrición». Por esta razón deberíamos pronunciarnos en contra de nutricional y recomendar trófico, solo que una actitud científica ante el lenguaje ha de ser dialéctica y no pretender aplicar una línea de pensamiento tan rígida que desconozca que la realidad lingüística está en constante cambio y en no pocas ocasiones contradice la teoría.
Lo cierto es que, si bien trófico existe con este significado, se usa poco; mucho más común resulta nutricional, que se encuentra tanto en literatura muy especializada como en la de divulgación científica popular. No parece que en este caso se trate apenas de un uso basado solo en una copia del inglés, sino, ante todo, de que el neologismo, por su propia forma, ofrece mayor información que el término preexistente: sin conocer la procedencia griega de trófico (de /trofós/, «alimenticio»), es difícil saber que esta palabra se relaciona de alguna manera con los alimentos o la nutrición; en cambio, en nutricional la relación es evidente hasta para el más lego.
Por esta razón, si bien de modo general consideramos que no se debe incorporar neologismos cuando ya existe un término con determinada significación, en este caso particular el uso ha impuesto un vocablo cuyo significado resulta más fácil de alcanzar que en el preexistente.
Lic. Rodolfo Alpízar Castillo
Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas. Instituto de Lingüística
Fuente: El lenguaje en la medicina. Usos y abusos, Editorial Científico Técnica 2007
En: Redacción y estilo. Publicado el ago 30th, 2014.
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