Esqueletal, esquelético
Nadie puede estar en contra de que se creen término nuevos, cuando con ellos se da nombre a un concepto aún innominado en la propia lengua y se incrementa así su caudal léxico. Sin embargo para las ciencias no es positiva la adopción de voces nuevas por simple novedad o por desconocimiento de los término existentes; ello redunda en hipertrofia sinonímica. Y la sinonimia no es una característica del lenguaje que sea bienvenida en las ciencias, como es sabido. Acuñar un término nuevo (un neónimo, esto es, un neologismo terminológico) por simple afán de innovar y no porque responda a una real necesidad de denominación resulta en verdad un procedimiento muy negativo contra el que conviene estar alertas. Obsérvense los fragmentos que a continuación se muestran:
‹…› las características de mineralización esqueletal.
‹…› transmisión hereditaria o por heterogeneidad esqueletal.
La disnagtia comienza y se va a gravando desde la infancia hasta la edad adulta, en que se estabiliza desde el punto de vista esqueletal por haber llegado al estado de maduración ósea.
La terminación –al, como elemento formador de adjetivos en español, se ha mostrado en los tiempos modernos altamente productiva. Unas veces necesaria, otras innecesariamente, proliferan adjetivos formados así, principalmente en los textos especializados; adjetival, computacional, conductual, educacional, estructural, grupal, informacional, operacional, ponderal, puberal.
Este es, pues, un recurso patrimonial de incremento léxico del español, y desde ese punto de vista (el de la formación) no habría nada que señalar en contra del uso de esqueletal. Pero resulta que esqueletal es un neologismo terminológico innecesario, y por ende, incorrecto. En español existen, y son conocidos por cualquier hablante medianamente culto, sin necesidad de que sea un especialista en ortopedia, los adjetivos anatómicos esquelético («perteneciente o relativo al esqueleto») y óseo («relativo al hueso, compuesto de hueso o de su naturaleza»). Analizando los textos en que aparece esqueletal en los fragmentos mostrados, es evidente que se ha usado en sustitución de esquelético, y resulta por completo innecesario e injustificado.
‹…› las características de mineralización esquelética («ósea»).
‹…› transmisión hereditaria o por heterogeneidad esquelética.
La disgnatia comienza y se va a gravando desde la infancia hasta la edad adulta, en que se estabiliza desde el punto de vista esquelético por haber llegado al estado de maduración ósea.
Lic. Rodolfo Alpízar Castillo
Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas. Instituto de Lingüística
Fuente: El lenguaje en la medicina. Usos y abusos, Editorial Científico Técnica 2007
En: Redacción y estilo. Publicado el ago 30th, 2014.
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