El pleonasmo, la redundancia y la ambigüedad
El texto científico debe ser coherente, preciso, claro, veraz y conciso para que no pierda su intención comunicativa. Se caracteriza por la ausencia de perífrasis verbales y adornos retóricos, y su lenguaje es económico, objetivo, impersonal y universal.
El pleonasmo y la redundancia son figuras retóricas que consisten en añadir a una frase más palabras de las necesarias para su comprensión con el fin de embellecer o añadir expresividad a lo que se desea comunicar
El pleonasmo es el empleo de palabras innecesarias o de uno o más términos redundantes en una expresión . Si bien en términos lógicos, el pleonasmo puede ser innecesario, las lenguas naturales en su estructura usan una alta redundancia, al parecer, porque facilita mucho la función de comprensión, pero en el lenguaje científico-técnico deben evitarse términos redundantes en la medida de los posible, porque lejos de aportar expresividad puede atentar contra la claridad y la precisión del texto.
Ejemplos de pleonasmo:
- Me parece a mí
- Se lesionó su mano derecha
- Suele faltar a menudo
Algunos pleonasmos frecuentes en los textos médicos
- «exantema cutáneo» (el exantema es, por definición, una erupción cutánea; de aparecer en una mucosa, por ejemplo, ya no se llamaría «exantema», sino «enantema»
- «histología microscópica» (o escribimos “histología” o escribimos “anatomía microscópica”, pero la expresión “histología microscópica” es redundante)
- «sensibilidad barestésica» (o escribimos “barestesia” o escribimos “sensibilidad bárica”, pero la expresión “sensibilidad barestésica” es redundante)
- «células hepatocíticas» (o escribimos “hepatocitos” o escribimos “células hepáticas”, pero la expresión “células hepatocíticas” es redundante; hepatocito es la célula hepática)
La redundancia es la repetición innecesaria de palabras o conceptos que están ya expresados con otras palabras o que se sobreentienden; aunque en numerosos casos es una estrategia ampliamente usada para evitar malentendidos o errores de decodificación. Descriptivamente la redundancia constituye un elemento comunicativo estratégico que consiste en intensificar, subrayar y repetir la información contenida en el mensaje con la finalidad de que durante el proceso de la comunicación no se produzca una pérdida importante de información.
- Bajar para abajo
- Hueco por dentro
Deben evitarse en el lenguaje científico los pleonasmos o las redundancias, y tratar de decir concisamente lo que se quiere decir con la menor cantidad de palabras posibles.
Debe evitarse, también, el exceso de palabras innecesarias y frases hechas, lo superfluo que no dice nada, el lenguaje rebuscado y sobrecargado, la afectación pedante, el amontonamiento de ideas intrascendentes y la retórica y la ambigüedad.
Incurrimos en un error de imprecisión cada vez que utilizamos términos ambiguos, imprecisos o polisémicos, que admiten más de una interpretación distinta por parte del lector, aun cuando están disponibles los términos precisos que no permiten confusión en cuanto a lo que se quiere expresar y que son los convenientes en el contexto que se trabaja.
La ambigüedad lingüística se da cuando una palabra, sintagma u oración es susceptible de dos o más significados o interpretaciones. La ambigüedad puede ser sintáctica, semántica o pragmática. La palabra, sintagma u oración se puede entender de más de una manera; en tal sentido la ambigüedad tiene mucho que ver con la figura retórica llamada anfibología y, por otra parte, con el doble sentido. La ambigüedad debe evitarse en la redacción de temas científicos porque, al igual que el pleonasmo, puede atentar contra la claridad y la precisión del texto científico.
Ejemplos de ambigüedad en el uso del pronombre posesivo su
- La empleada habló con el jefe de su madre.
- El jefe habló de su madre con la empleada.
- La empleada habló de su madre con el jefe.
Existe la ambigüedad estructural que se se da en una oración o frase cuando tiene dos o más significados debido a la estructura, ya sea por el agrupamiento o por la distinta función gramatical.
Ambigüedad de agrupamiento
Puede darse porque una misma oración admite dos estructuras sintácticas diferentes, cada una de las cuales tiene una interpretación semántica. Algunos ejemplos son:
- El médico vio al paciente enfurecido .
- La enfermera vio a un hombre en la sala con un estetoscopio en la mano.
Ambigüedad funcional
Se da cuando una palabra o frase completa dos o más relaciones gramaticales, los morfemas y grupos son iguales para ambos significados.
- El médico está listo para operar (‘el médico va a operar’, o ‘el médico va a ser operado ‘)
Ambigüedad léxica
Se da cuando en un diccionario se permite más de una interpretación para una sola palabra. Una palabra puede pertenecer a diversas categorías gramaticales. Ofrece problemas de comprensión al receptor y la única solución es recurrir al contexto o a la situación.
Se da también cuando una misma palabra admite dos o más significados distintos; sin embargo, las palabras van a tener un mismo significado en cualquier contexto.
Con respecto a la selección de verbos, sustantivos, adjetivos, etc. hay que evitar vocablos que no se ajustan al contexto, porque no son de uso en el lenguaje médico y no deben aparecer en artículos ni publicaciones de este tipo.
Existen otros términos que no están limitados al lenguaje científico, pero hay que cuidar su uso en las traducciones.
Hay que evitar términos muy polisémicos, porque se puede correr el riesgo de elegir el inadecuado.
En: Redacción y estilo. Publicado el ago 19th, 2014.
Haga un comentario