Elementos que conforman la comunicación no verbal
La Comunicación no Verbal comprende todos los signos y sistemas de signos no lingüísticos que comunican o se utilizan para comunicar, dentro de los cuales se insertan los hábitos y las costumbres culturales en sentido amplio y los denominados sistemas de comunicación no verbal.
1. Los signos y sistemas de signos culturales son el conjunto de hábitos de comportamiento y caracterósticas ambientales, así como las creencias de una comunidad que comunican, en sentido amplio y en sentido estricto, dígase los aspectos de la sociedad, el folclore, la religión, la política, la historia, la geografía, el arte, etc., y los “hábitos culturales menores”, o sea, los que constituyen la verdadera esencia cotidiana, las creencias sobre el aspecto físico de las personas y todo lo que ello implica; las costumbres para decorar y habilitar lugares; el uso de utensilios y objetos; el comportamiento, el ambiente y las creencias en los establecimientos de distintos tipos, públicos y privados o en los servicios públicos y privados.
2. Los sistemas de comunicación no verbal incluyen el conjunto de signos que conforman los sistemas de comunicación no verbal, o sea, el sistema paralingüístico, el quinésico, el proxémico y el cronémico.
La paralingüística estudia el comportamiento no verbal expresado mediante los elementos fónicos, ej. la voz. La quinésica se ocupa de la comunicación no verbal expresada a través de los movimientos del cuerpo. La proxémica se encarga de estudiar el comportamiento no verbal relacionado con el espacio personal y la ubicación del individuo durante el acto comunicativo. La cronémica guarda relación con el uso del tiempo en la comunicación.
Los dos primeros son considerados los sistemas básicos por su implicación directa en cualquier acto de comunicación humana, y funcionan al unísono con el sistema verbal para producir cualquier enunciado. De hecho, es imposible realizar un acto de comunicación únicamente con signos verbales, pues al emitir cualquier enunciado producimos, a la vez, signos no verbales paralingüísticos y quinésicos. Los dos restantes son concebidos como sistemas secundarios o culturales, teniendo en cuenta que, de manera general, su presencia se manifiesta al modificar o reforzar el significado de los elementos de los sistemas básicos o independientemente, cuando se ofrece información social o cultural.
Sistema Paralingüístico
Dentro de la Comunicación no Verbal, el paralenguaje es una disciplina que estudia desde el punto de vista fónico las cualidades de la voz y sus posibles modificaciones, analiza los diferenciadores emocionales, las pausas y los silencios, y considera que todo el peso no recae en aquello que digamos, sino en la forma que utilicemos para expresar lo que queremos decir.
El comportamiento lingüístico está determinado por dos factores: el código y el contenido que se pretende comunicar; pero estos factores no constituyen todo el comportamiento sea verbal o comunicativo. Existen variaciones lingüísticas, como la elección del idioma, el uso de un lenguaje simple o elaborado, la elección de los tiempos verbales, etc., y por otro lado, encontramos variaciones no lingüísticas, dígase el ritmo, el tono y el volumen de la voz, que son precisamente parte del objeto de estudio de la paralingüística.
Algunos de estos últimos elementos son parte de la comunicación no verbal, lo cual los convierte en herramientas que le servirán al intérprete para desarrollar su trabajo.
Cabe señalar que estos elementos han sido clasificados de forma tal que encontramos las cualidades primarias de la voz, los calificadores, diferenciadores y alternantes. La primera abarca a todos aquellos componentes de la voz como la intensidad, el tono, timbre, tempo y ritmo. Los calificadores desarrollarían el tipo de voz y el modo de control que utiliza el ser humano, dependiendo del contexto. Los diferenciadores son aquellos mecanismos que tratan las distintas reacciones emocionales del individuo como la risa, el llanto, los bostezos o inclusive los estornudos. Y por último, los alternantes expresan todos aquellas interjecciones que obstaculizan la Comunicación no Verbal.
Todos ellos son de vital importancia para la labor del intérprete, las cualidades de la voz, nos permite establecer variadas interpretaciones dependiendo de qué queramos transmitir y cómo deseamos alcanzarlo. Dentro de este, cuenta como primer factor la intensidad, es necesario que la voz del intérprete transmita seguridad al receptor y que no se produzca ningún tipo de corte durante la comunicación, para lo cual es necesario hablar con cierta fuerza y contundencia, o sea con la intensidad necesaria.
El tono se establece según los parámetros sociales, biológicos y de contexto del ser humano. Éste sólo puede ser agudo, medio o grave, dependiendo de las condiciones innatas del individuo. El timbre es el registro de la voz, que cuenta con un condicionante y ese no es otro que el sexo de la persona.
El tempo y el ritmo son dos factores que se rigen por unas ciertas condiciones tales como la edad, el estado físico y el contexto social en el que se desarrolle. El ritmo se destaca en esta clasificación por ser suave o irregular.
Otro grupo son los calificadores, dígase las transformaciones de la cavidad bucal, nasal o faríngea y que abarcan desde pequeños conjuntos de sílabas hasta párrafos enteros que componen el discurso. Existe un amplio archivo de directrices que hacen referencia al tipo de voz que posee el individuo y a qué medios de control utiliza. Este tipo de voces van desde el susurro hasta la voz áspera pasando por la aspiración de diversas consonantes.
Los diferenciadores modifican la comunicación habitual a través de la profusión de ruidos. Cabe señalar que hace mención a los estados psicológicos y fisiológicos de la persona, aunque en este tipo de clasificación se produce una anomalía con respecto a los anteriores elementos, los diferenciadores pueden estar a su vez modificados por las cualidades primarias de la voz y los calificadores. Como ejemplo podemos citar la risa, el llanto, el bostezo, la tos, etc.
Los alternantes son todos aquellos ruidos que produce el ser humano consciente o inconscientemente en la zona comprendida entre los labios, la faringe y las fosas nasales. Se desarrollan a través de dos alternativas, por un lado se expresan sólo y únicamente a través de la palabra o en contraposición se reproducen acompañados de movimientos corporales y quinésicos.
Las pausas y los silencios también aportan el grueso en el ámbito comunicativo no verbal. Aunque para muchos no resulta un aspecto esencial en la comprensión total de un mensaje, en realidad es un mecanismo trascendental en el desarrollo de un discurso, pues le da matices y lo dota de gran significado en cada aparición.
Las pausas vacías de un discurso están cargadas de significado, constituyen elementos retóricos claves que pueden dar énfasis a un discurso, reflexionar o imponerse por las circunstancias sociales y las propias del entorno. En este sentido, existen varias funciones que participan en las pausas tales como la puntuación que realizan sobre ciertas palabras, evaluación sobre el comportamiento ajeno (acuerdo o desacuerdo) y la expresión de emociones.
Sistema quinésico
Las principales fuentes de comportamiento quinésico estudiadas han sido la postura corporal, los gestos, la expresión facial, la mirada y la sonrisa.De forma general, pueden distinguirse tres categorías básicas de signos quinésicos:
1- Los gestos o movimientos faciales y corporales.
2- Las maneras o formas convencionales de realizar las acciones o los movimientos.
3- Las posturas o posiciones estáticas comunicativas, resultantes o no de la realización de ciertos movimientos.
El gesto es el movimiento corporal propio de las articulaciones, principalmente de los movimientos corporales realizados con las manos, brazos y cabeza. Para algunos el gesto se diferencia de la gesticulación. La gesticulación es un movimiento anárquico, artificioso e inexpresivo, los gestos son movimientos psicomusculares con valor comunicativo. Otros estudiosos no diferencian estos dos elementos.
Se destacan dos tipos de gestos básicos que, generalmente están interrelacionados, aunque pueden especializarse funcionalmente:
1) Los gestos faciales realizados, fundamentalmente, con los ojos, las cejas, el entrecejo y el ceño, la frente, los pómulos, la nariz, los labios, la boca y la barbilla.
2) Los gestos corporales realizados, fundamentalmente, con la cabeza, los hombros, los brazos, las manos, los dedos, las caderas, las piernas y los pies.
Cualquier acto discursivo oral implica, lógica y obviamente, que se realicen gestos faciales. En muchos casos, los gestos realizados son determinantes en la producción e interpretación del sentido, pero en otras, no; su valor o función es secundario y la marcación fundamental proviene de signos gestuales corporales, paralingüísticos o lingüísticos.
Las maneras son las formas de hacer movimientos, tomar posturas y, en general, realizar actos no verbales comunicativos. Incluyen las formas en que, convencionalmente, producimos gestos y posturas, por un lado, y a determinados hábitos de comportamiento culturales, por otro.
Se distinguen dos tipos de maneras básicas: las maneras gestuales y posturales, que se identifican y describen junto con el gesto o la postura mismos, al formar parte de su producción, y, las maneras de realizar hábitos de comportamiento culturales.
Las posturas son las posiciones estáticas que adopta o puede adoptar el cuerpo humano y que comunican, activa o pasivamente; son signos no verbales que, por un lado, forman parte de los gestos mismos, pues su significado puede variar dependiendo de la postura final que adoptan los órganos implicados, y por otro, funcionan como signos comunicativos independientes.
Muchos signos también pueden ser utilizados para conferir un determinado carácter a un enunciado, donde la posición del cuerpo puede reflejar cierta intención, ironía, etc.
Para muchos investigadores la mirada es uno de los signos gestuales faciales más plurifuncionales que tenemos. Estudios han indicado que la expresión facial es el medio más rico e importante para expresar emociones, junto con la colaboración de la mirada, por tanto son elementos a tener en cuenta por el intérprete.
A diferencia de lo que muchos teóricos defienden, la mirada no sólo incluye o se basa en los gestos a través de los ojos, aquí se refleja el verdadero peso de dicho elemento en la Comunicación no Verbal. La mirada cumple varias funciones en el acto expresivo entre ellas regular el acto comunicativo, además en algunas circunstancias constituye la fuente principal para transmitir y obtener información, y también complementa la información auditiva. Sin duda, esta última es algo muy importante para el interprete, pues el hecho de poder ver, ya sea a la persona, al interlocutor o al ponente, la diapositiva o la escena donde se desarrolla la acción constituye un importante fuente de apoyo para el trabajo interpretativo.
Tomado de la ponencia titulada “La comunicación no verbal y su relación con la interpretación” presentada en el VIII. Simposio de Traducción, Terminología e Interpretación Cuba-Canadá por la Lic. Yadilka Valiente Boloy.
En: El arte de traducir. Publicado el dic 23rd, 2014.
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