Seis cosas feas que Internet le ha hecho al castellano
«Es la ciudad sin ley gramatical. El imperio del todo vale. El apocalipsis ortográfico». «Y estas son sus siete plagas», pero no debemos dejar que estos hechos influencien el buen escribir y el buen decir en nuestras actividad diaria como profesionales que trabajmos con la lengua española.
Signos de puntuación negativa. Asegura Carmen Galán, Catedrática de Lingüística General de la Universidad de Extremadura que sus alumnos más que utilizar las comas las lanzan sobre el texto como quien vierte un puñado de fideos en la sopa. “Es cierto que cuando hablamos no decimos: «Te quiero, punto y aparte». Pero sí hacemos pausas reflexivas que cada vez se reflejan menos en los textos. Puntuar bien es fundamental para entender todo el sentido de las oraciones”, apunta la catedrática. Ya saben: a la pregunta ¿te apetece hacer un Blablacar con Esperanza Aguirre? no es lo mismo responder «No aspiro a un compañero mejor» que «No, aspiro a un compañero mejor». De entre todos los signos de puntuación, el punto y coma es el que está en peligro de extinción extremo, según Galán. Pero, sin que sirva de precedente, no culparemos a Internet de ello.
Pasamos de poner un punto, pero si son tres no hay quien nos pare. Tal cual. Si la excusa para cometer casi todas estas aberraciones es que así ahorramos caracteres, ¿por qué tantos tuits, entradas de Facebook y mensajes están plagados de puntos suspensivos como si una epidemia de varicela hubiese inundado la Red? “Se supone que los mensajes se transmiten entre gente conocida con la que compartes ciertos presupuestos y códigos, así que tienden a ser más emotivos que descriptivos. En ellos predomina el contenido afectivo y se emplean mucho los puntos suspensivos para cerrar una secuencia sin acabar, porque sabemos que la otra persona es capaz de completarla”, trata de argumentar Galán
Interrogación interrumpida. La catedrática Carmen Galán no cree que el hecho de que la práctica desaparición de los signos iniciales de interrogación y exclamación se deba únicamente a la influencia anglosajona. En su opinión, se trata de otra cuestión de vagancia. Aunque tiene poco sentido mostrarnos tan rácanos al principio de una frase, cuando pocas veces bajamos de los tres signos al final de la misma. “Solo se ponen al final y están empezando a cambiar de función. La exclamación se utiliza fundamentalmente para marcar el énfasis”. Si existe una petición en Change.org para que se erija una estatua a Rosendo en Carabanchel, ¿no merecen el ¡ y el ¿ una campaña para evitar su muerte?
A-K-Báramos: Si lo piensan bien, como invita a hacer Galán, no tiene mucho sentido. “Es cierto que cuando aparecieron los SMS tenía su lógica abreviar las palabras porque se pagaba por caracteres. Y puede entenderse, incluso, que en Twitter, a veces, necesitemos rascar dos letras. Pero, ¿por qué k? Que no empieza por k y la k suena ka no ke”. ¿Es un acto de rebeldía? ¿Una reivindicación anarquista, punk? En el teclado de los móviles y de los ordenadores, la q es la primera letra de todas (si seguimos el orden tradicional, derecha-izquierda, arriba-abajo). Solo existe un misterio más inexplicable que el de la k: ¿por qué no existe un emoticono que reproduzca el gesto de vomitar?
Bomba H. “En esa urgencia que nos hemos autoimpuesto por comunicar constantemente todo lo que nos sucede, hemos terminado aceptando la siguiente excusa: como me van a entender igual, puedo escribir como me dé la gana. Además como el castellano tiene la ventaja de que puede leerse fonéticamente y las h son mudas ¿Para qué las necesito?” ¿Y para qué necesitamos el por favor y el gracias? ¿Y el hola? ¿De verdad suprimir las h supone un ahorro energético tan relevante en nuestras vidas? ¿El tiempo que empleamos en teclear esta letra nos daría para aprender un nuevo idioma, conseguir unos abdominales como los de Ronaldo o sacarnos el carné de conducir? ¿En un mundo sin h seríamos más listos y más guapos (y ya no necesitaríamos el transporte público)?
A ver ese haber. El número de tuits en los que alguien escribe «a ver» cuando en realidad se refiere al sinónimo del verbo existir resulta espeluznante. Prueben a hacer la búsqueda. “Es cierto que, en muchos casos y desgraciadamente, pueden ser faltas de ortografía inintencionadas. Pero hemos aceptado que en las redes sociales se escribe como se habla: «a ver» y «haber» suenan igual, así que no nos importa cómo se escriban porque es el contexto del mensaje el que determina si nos referimos a mirar o existir, y así lo van a interpretar nuestros interlocutores. Lo mismo está sucediendo con «porqué» o «por qué» y «haya» o «halla» o «allá»”, señala Galán. Sí, beach (playa) suena como bitch (zorra) cuando lo pronuncia un español. Pero no es lo mismo, ¿verdad?
Tomado de El País
Colaboración de nuestra colega Lic. Olga Sánchez Guevara
Traductora literaria y miembro del Comité Asesor del sitio
En: Ortografía. Publicado el nov 10th, 2014.
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