La infección por papiloma virus humano en la mujer: una revisión del tema
El conocimiento acerca de la infección por papiloma virus humano es relativamente limitado en el personal de la salud, por lo que es necesaria su actualización.
La infección por papiloma virus humano es la infección de transmisión sexual más frecuente. Se expresa en forma clínica, subclínica y latente. Se conocen más de 120 genotipos y se han aislado más de 40 en el tracto genital inferior. Se encuentran en el 99,7% de los cánceres cervicouterino. Se clasifican según su capacidad oncogénica, de bajo y alto riesgo; los 6 y 11 son de bajo riesgo y causan el 90 % de los condilomas acuminados.
En la mujer, los condilomas acuminados aparecen en la mucosa o piel donde se ha producido el contagio. La localización primaria se observa en las zonas de mayor fricción durante el coito (horquilla vulvar, labios mayores y menores), pero las condiciones de humedad del aparato genital femenino y las posibles infecciones asociadas favorecen la propagación al resto de la vulva, periné y área perianal. Son formaciones papilomatosas, sésiles o pediculadas, únicas o múltiples, que comienzan como una pápula rosácea, pequeña, que crece y por reunión de varias de ellas toman el aspecto de una coliflor, húmedas y de consistencia blanda. En la piel de la vulva y periné suelen ser como masas blandas rosadas y vascularizadas, o blanquecinas, secas e hiperqueratósicas o pigmentadas.
La vía de transmisión es generalmente sexual. La persistencia del virus es el factor más importante para desarrollar lesiones displásicas, cáncer cervicouterino, de vulva y otras malignidades. Los factores que influyen en su persistencia están ligados al hospedero, al virus y a los medio ambientales. La transmisión de la madre al niño es posible. El tratamiento persigue eliminar la lesión clínicamente visible, pero no reduce el riesgo de transmisión, ni de transformación a malignidad. Internacionalmente, se ha reportado la aplicación de dos tipos de vacunas.
Los principales cofactores de progresión medio ambientales en las mujeres son: la edad temprana del primer coito,número de parejas sexuales, tabaquismo, multiparidad, el uso prolongado de anticonceptivos orales y otras ITS. La inmunodepresión inherente a la coinfección por VIH es un factor determinante de progresión neoplásica. Otros autores señalan además el estado nutricional, higiene deficiente, laceraciones, traumatismos durante el parto y cervicitis. En un documento de consenso se apunta que la relación entre edad y prevalencia de la infección por PVH (alta en edades jóvenes y baja en edades adultas) y la tasa de incidencia de cáncer de cérvix (baja en edades jóvenes y creciente a partir de los 30-35 años de edad), sugiere que, a nivel poblacional, el período de inducción entre la exposición al PVH y el cáncer de cérvix es de aproximadamente unos 10 ó 15 años, y que son las portadoras crónicas de una infección por PVH (adquirida probablemente en la juventud) las que constituyen el grupo de alto riesgo para desarrollar cáncer.
La infección por papiloma virus humano en la mujer: una revisión del tema. Ferrá Torres, Telma M; Santana Álvarez, Jorge; Barreto Argilagos, Gaspar. Arch. méd. Camaguey; 15(6): 20111100.
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