El traductor conecta las lenguas y las culturas
A lo largo de la historia de la humanidad, la conquista de un territorio llevaba consigo la necesidad de imponer la lengua del dominador sobre el dominado. A pesar de la diferencia de estatus entre vencedores y vencidos, la propia convivencia entre culturas provocaba que se traspasase cualquier tipo de barrera lingüística, comenzando así a desarrollarse el proceso de traducción como nexo necesario entre las diferentes culturas.
El significado del verbo “traducir” entraña la complejidad del hecho de que traducir consiste, nada más y nada menos, que en “trasladar un mensaje de una lengua origen o de salida a una lengua meta o de llegada”. Quizás el verbo “trasladar” no es el más idóneo; de ahí que en la actualidad las tendencias traductológicas se refieren más bien a una “adecuación” en lugar de “traslado”. En este proceso el texto original va sufriendo transformaciones y en la mayoria de los casos es, casi imposible, mantener, por ejemplo, la forma lingüística fonética y gramático-sintáctica del original y lo que generalmente se transfiere de una lengua a otra es el sentido pragmático, es decir, trasladamos sentidos adecuando dichos conceptos de una cultura a otra.
En este ejercicio se va perdiendo siempre algo y la labor del buen traductor consistirá en que se pierda lo menos posible de ese caudal del texto original, por eso el traductor debe ser fiel tanto a la lengua origen como a la lengua de llegada, o mejor dicho a la cultura origen y a la cultura de llegada, adecuando de la forma más aproximada posible el sentido expresado en la lengua origen marcada por una cultura origen a una lengua meta marcada por una cultura meta.
Tomado de: https://www.um.es/tonosdigital/znum13/secciones/tritonos_B_nuria%20Ponce.htm
En: El arte de traducir. Publicado el jul 10th, 2023.
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