La buena redacción
Esta semana estaremos hablando de la buena redacción de los textos que escribimos y traducimos, porque si se habla o se escribe de cualquier manera, sin preocuparnos por expresarnos con claridad, precisión y elegancia lo más probable es que no nos entiendan.
Existen mensajes que no dicen nada, que no provocan ninguna reacción en quienes los leen, porque no se ha hecho una buena selección de las palabras que se van a usar y las ideas no se han organizado convenientemente para que la lectura fluya. De la sinonimia en español ya se publicaron algunos comentarios y continuaremos sobre este tema en otro momento.
Ahora nos ocuparemos de la importancia de la buena redacción. Si la información importante que queremos trasmitir no está debidamente expresada y organizada, en el sitio adecuado que le corresponde en el enunciado, la idea que queremos trasmitir puede perder relevancia para el lector.
Un mensaje mal trasmitido da lugar a errores de comunicación que se traducen en trabajos rechazados, productor inútiles, esfuerzo desperdiciado y pérdida de tiempo y de recursos.
Hay que tener cuidado con las redacciones carentes de claridad y precisión. El argot o la jerga, por ejemplo, son geniales para comunicarse con los amigos o con los colegas de la especialidad; pero si se utilizan palabras del argot o de la jerga médica con alguien fuera del contexto no captará el mensaje.
Una buena redacción es proporcional a una buena comunicación. Si no hay comunicación con el lector ni entendimiento por su parte, la obra no será viable.
Redactar bien es escribir con exactitud, sencillez, originalidad, concisión y claridad.
En: Redacción y estilo. Publicado el jun 15th, 2015.
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