Defectos de la escritura biomédica
Existen defectos o vicios gramaticales, cuyo uso frecuente redunda en un estilo defectuoso de la redacción biomédica y que concuerdan más bien con un “estilo literario”. Entre estos defectos se encuentran la afectación, la verbosidad, el lirismo, la jerga médica, la jeringoza, la vacuidad, la pretensión, la monotonía, la improvisación, la ambigüedad, la sobreutilización de gerundios, los participios y la sintaxis defectuosa; así como el exceso de adjetivos y adverbios.
La afectación (artificio, pomposidad, ampulosidad, grandilocuencia) se refiere al empleo de palabras altisonantes y rimbombantes, de construcción complicada. Se usan términos rebuscados, de construcciones retorcidas y oscuras. (Ej: “porvenir ominoso” en vez de decir pronóstico grave). La verbosidad o verborrea es la utilización de palabras innecesarias: (“disturbios patológicos del endometrio” en vez de escribir las enfermedades del endometrio).
El lirismo o coloquialismo es un estilo florido, son frases elaboradas y metáforas abundantes que distraen la atención del lector. La jerga médica es el uso indebido de vocablos médicos. Ej.: “apendicectomizar”, “radiografiar”, “la tele del tórax”, “el electro”, “la endo”, “la tomo”, la “sono” , y otras). La jerigonza es la ausencia total de vocablos sencillos en un escrito médico.
La vacuidad se manifiesta en sentencias huecas y comentarios irrelevantes, en datos duplicados, en cuadros y figuras supérfluas. Es la intención marcada de escribir extenso y aparentar erudición, hay autores amigos de incluir en sus artículos largas introducciones o
discusiones prolijas, donde amontonan ideas a granel sin ninguna relación con el estudio. Algo similar al lechero tramposo que adultera con agua su mercancía.
La pretensión es la inmodestia de los autores de un escrito médico, los cuales ponen a volar su imaginación y le atribuyen a sus hallazgos un valor del que carecen. Es una tentación de exagerar que, con el tiempo y la habituación, puede llevar a una conducta fraudulenta. El incremento y la difusión de este vicio hace necesario el recurso de la lectura crítica de las revistas biomédicas.
La monotonía es un defecto que se manifiesta de forma diferente: adhesión a una estructura gramatical fija, enumeración de largas series de resultados experimentales o clínicos, prolijas letanías de datos analíticos o exploratorios, ser muy detallista al citar las referencias en el texto del estudio (introducción y discusión); empleo frecuente de pocos vocablos.
La improvisación implica disponer de poco tiempo para redactar un escrito médico, poniendo en peligro la calidad del artículo. La prosa científica requiere hacer las cosas con cierta calma, no de pronto y sin preparación alguna. Es imperativo trazarse primero un plan, seleccionar los elementos a tratar y ordenarlos, someter el escrito a reiteradas y minuciosas correcciones.
La ambigüedad o anfibología es propia de aquellos autores proclives a querer decir demasiadas cosas, pero carecen de paciencia para ensayar los distintos modos de decirlo y escoger la forma más adecuada. En la redacción se construyen frases que se prestan a más de una interpretación. Esto lleva a los lectores a la perplejidad o la confusión.
Ejemplos: “Esta es la lámpara del microscopio, cuyo uso ya es conocido” (“el de la lámpara o el del microscopio”, Después del accidente una persona llevó al herido en su coche” (“el coche del herido o el de la persona”).
La sobreutilización de gerundios y participios generalmente origina confusión al leer un estudio (Ej: aislamiento de antígenos de monos usando técnicas de fijación del complemento), puede hacerse una construcción gramatical ridículamente absurda (Ej: “descansando sobre el intestino, usted encontrará un parásito transparente”).
Otro defecto gramatical frecuente es la sintaxis defectuosa como se puede apreciar en el siguiente ejemplo:
“Examinando un capilar bajo el microscopio, éste semeja un tubo hialino homogéneo” (aquí examinando no tiene sujeto y no es claro si el pronombre éste se refiere al capilar o al microscopio).
El uso excesivo de modificadores gramaticales como los adjetivos y los adverbios, es otro de los defectos comunes en la redacción científica. Se recomienda no utilizar los calificativos vagos porque no ofrecen información objetiva, como son: interesante, bastante, varios, muy, mucho, y otros.
Por el Dr. Fernando Fernández del Departamento de Publicaciones, Asociación Médica Dominicana.
En: Redacción y estilo. Publicado el mar 19th, 2015.
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