Los mal usados gerundios “destacando” y “siendo”, entre otros
«Destacando el hecho de que» es uno de los circunloquios gerundivos favoritos de la prosa médica, sin olvidar “siendo” y sin dejar de mencionar “encontrando”, “apoyando”, “evitando”, entre otros; usados frecuentmente con la forma pasiva con “se”.
Y así lo corroboran los ejemplos siguientes:
«Las razones por las que no se administró este tratamiento en los 3.051 pacientes restantes se exponen en la figura 1, destacando el hecho de que en un tercio de los pacientes se debió a una demora de ingreso superior a 12 h».
No en vano el lenguaje altílocuo, alejado de la calle, es una gran tentación para el escritor médico. Esta expresión es útil para señalar el rasgo más sobresaliente de un conjunto, pero ¿no es muchas veces más directo, sencillo y elegante, incluso, coordinar dos formas verbales personales mediante una conjunción?
En ocasiones uno tiene la sensación de que algunos escritores –no sólo en medicina– perciben la coordinación copulativa como propia de un estilo ordinario, casi vulgar, y tal vez por ello cabalgan por el texto a lomos de un gerundio, mucho más altisonante que la pobre conjunción «y».
Quizá por eso en el ejemplo anterior el autor ha desdeñado una opción que añadiría cohesión textual al discurso, como es «y entre ellas destaca».
«[…] en el primer estudio se incluyeron sólo pacientes con enfermedad coronaria monovaso, no encontrando diferencias entre diabéticos y no diabéticos». En este ejemplo es clara la idea de posterioridad que transmite el gerundio, puesto que las diferencias sólo se pueden encontrar una vez concluido el estudio; pero se añade, además, el hecho de que el gerundio, pese a no constituir, como la anterior forma personal, una pasiva con «se» (no encontrándose), carece de sujeto: no encontrando ¿quién? el gerundio se nos queda ahí aislado, colgando, como dicen los ingleses (dangling participle o pendant participle ). Un ejemplo más claro: «Apoyando la idea de Permanyer Miralda et al, quizá se utilizan más recursos con aquellos pacientes de mejor pronóstico».
«Por ello, la duración del tratamiento antitrombótico después de un episodio de inestabilidad debería ser suficientemente prolongada para permitir su estabilización, evitando así la reactivación de la enfermedad».
Puestos a elegir formas no personales, ¿por qué no «y evitar así»? Al fin y a la postre, la preposición «para» coordinaría dos infinitivos de finalidad, que es la idea que el autor quiere transmitir.
Pero sin ninguna duda, «siendo» es el gerundio predilecto de la prosa médica, siendo usado normalmente, si me permiten la parodia sintáctica, para establecer comparaciones entre varios parámetros, magnitudes o cantidades, como se puede apreciar en los siguientes ejemplos:
1. El diagnóstico se efectuó a una edad media de 10 meses, siendo la relación varón/mujer de 0,87.
2. La relación balón/arteria fue, por tanto, menor cuando se consideró el diámetro arterial por ecografía, siendo de 1,02 ± 0,09 en los casos con óptimo resultado y de 0,9 ± 0,1 en los casos con expansión no óptima (p < 0,05).
3. Se detectó un solo factor de riesgo en 174 casos (34,1%), siendo el más frecuente el tabaquismo. En 171 pacientes se identificaron dos factores (33,5%), siendo la asociación más frecuente tabaquismo e hipertensión, y se asociaron tres o más factores en 110 pacientes (21,5%).
En esta última frase los dos gerundios interrumpen innecesariamente una secuencia de tres pasivas con «se» en pretérito perfecto simple. Curiosamente, en los textos médicos existe una marcada tendencia a que el gerundio «siendo» aparezca enlazando oraciones cuyo verbo principal está en ese tiempo verbal.
Parece como si a los autores se les antojara monótono y pobre el uso continuado del perfecto simple, y es por ello por lo que recurren a fragmentar su unidad sintáctica espolvoreando unos gerundios aquí, allá y acullá también. Es cierto que la redacción –más en español que en inglés– ha de huir de la cansina y tediosa repetición sintáctica y léxica, pero no a golpe de gerundio, una forma verbal que debe usarse en el discurso como especia, nunca como ingrediente principal. De lo contrario, el resultado será una frase maratoniana y de difícil comprensión que atenta contra la claridad y la concisión, metas del discurso científico.
Tomado de la revista Panace@ Vol. 3, No 7. Marzo, 2002
En: Gramática en la medicina. Publicado el mar 9th, 2017.
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