Don Quijote: traducciones y ecos diversos
La Lic. Olga Sánchez Guevara, traductora literaria y miembro del comité asesor del sitio, para homenajear a Miguel de Cervantes Saavedra en el cuarto centenario de su fallecimiento nos acerca magistralmente a Don Quijote en un texto publicado el año pasado en Cubaliteraria con motivo de los 400 años de existencia de este ingenioso hidalgo.
En 2015 el ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha cumplió cuatro siglos de cabalgar por el mundo, “desfaciendo entuertos y defendiendo a doncellas agraviadas”, a través de las páginas de un libro que vuelve a publicarse y leerse una y otra vez en distintos idiomas, y que ha dado lugar a las más diversas versiones y adaptaciones.
Poco después de que se publicara en España la primera parte del Quijote, en 1605, ésta fue traducida al inglés en 1612 por Thomas Shelton, quien traduciría también la segunda parte, publicada en 1615. Era sólo el inicio de la andadura quijotesca por diferentes ámbitos lingüísticos. Las más tempranas versiones al francés se realizaron en 1614 y 1618 (primera y segunda partes, respectivamente). Una primera traducción parcial al alemán, cuyo autor fue Pahsch Basteln von der Sohle, se publicó en Frankfurt en 1648 (otros datan la publicación en 1669). El poeta romántico Ludwig Tieck tradujo ambas partes entre 1799 y 1801; también es muy conocida la versión de Ludwig Braunfels, que data de 1883. Hay una traducción bastante reciente (2008), realizada por Susanne Lange, que ha cosechado elogios de la crítica.
Ecos del Quijote en los países de lengua alemana son, por ejemplo, el apólogo La verdad sobre Sancho Panza, de Franz Kafka, y el ensayo de Thomas Mann titulado A bordo con Don Quijote, donde el autor defiende los valores de la cultura europea, y recoge la experiencia de su lectura de la obra durante su viaje por mar hacia el continente americano, huyendo del fascismo. En 2001, el escritor, actor y director teatral Steffen Mensching publicó el monólogo La última salida del Quijote, representado con éxito en Alemania.
Se dice que la mayor parte de la primera edición del Quijote vino a parar a las Indias, y de este lado del Atlántico también tuvo ecos, como la “continuación” escrita por Luis Otero y Pimentel (de quien se discute si era habanero o gallego), publicada en La Habana en 1886, bajo el título Semblanzas caballerescas o las nuevas aventuras de Don Quijote de la Mancha; su escenario es una “Ínsula encantada” parecida a la Cuba de finales del XIX.
En un cuento cuya acción transcurre en los últimos días del período colonial español, Rubén Darío se acerca a la figura del Quijote, lo que hará también a través de la poesía en las “Letanías a Nuestro Señor Don Quijote”, que forman parte de su libro Cantos de vida y esperanza (1905). El poema aparece en la antología poética de Darío publicada por Casa de las Américas en 1968 y reeditada en 1976.
Jorge Luis Borges, que según su propia afirmación leyó el Quijote desde niño, creó una interesante fantasía sobre la autoría del libro en su cuento “Pierre Menard, autor del Quijote”, incluido en la antología de poesía y prosa de Borges, publicada por Casa en 1988, con reediciones en 1999 y 2002. El propio Cervantes ya había jugado con la idea de no ser el verdadero autor del Quijote, al atribuir la historia por él relatada al ficticio narrador árabe Cide Hamete Benengeli, de cuyo texto Cervantes supuestamente sería el traductor.
El Quijote ha sido llevado al teatro, al cine, a la danza y a la música en reiteradas ocasiones. En 1897 Richard Strauss escribió el poema sinfónico Don Quijote. Variaciones fantásticas sobre un tema caballeresco, y en 1910, Jules Massenet compuso su ópera Don Quijote.
El ballet del mismo nombre (1869), con coreografía de Marius Petipa y música de Ludwig Minkus, forma parte del repertorio de nuestro Ballet Nacional, en versión de Alicia Alonso, y se representará una vez más celebrando los cuatro siglos del Quijote, cuyas andanzas habaneras incluyen una original estatua situada en el parque de J y 23, en el Vedado.
Al escritor ruso Mijail Bulgakov se debe una de las muchas adaptaciones teatrales del Quijote. En cuanto al cine, ya en 1898 la productora francesa Gaumont filmaba una breve escena titulada “Don Quijote”, de la que no se conservan imágenes. En 1955 Orson Welles comenzó a adaptar el Quijote al cine, pero tuvo que abandonar el proyecto por falta de presupuesto. Son numerosas las versiones de la obra para el cine y la televisión.
Como colofón, Don Quijote ha iniciado sus aventuras espaciales con el asteroide 3552, que lleva su nombre, y que fue descubierto en 1983 por el científico suizo Paul Wild.
En: Día Internacional de la Traducción. Publicado el abr 22nd, 2016.
Haga un comentario