Vacunarse contra el egoísmo y la desigualdad

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La Solidaridad y la Justicia siguen siendo palabras en desuso aun cuando la catástrofe nos compete a todos, como un gran Titanic universal. Un minúsculo y pegajoso virus ha movido los miedos, estremecido sociedades y sistemas de salud, provocado sinnúmero de reflexiones sobre el hoy y el futuro, pero no ha logrado que prosperen la equidad y el amor al prójimo.

“Cada día aumenta la brecha entre los que tienen y los que no tienen. La pandemia nos ha recordado que la salud y la economía están relacionadas y que estamos todos en el mismo barco. La pandemia no terminará hasta que no finalice en todas partes”, ha dicho este lunes el Director General de la Organización Mundial de la Salud Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Los números dan fe incontrastable de la valoración del experto.

Pese a los numerosos llamados de la ONU y diversos líderes mundiales para buscar una respuesta global a la pandemia y facilitar y compartir el acceso a la cura de la enfermedad, predominan las visiones estrechas y los oídos sordos.

Hasta la fecha se han aplicado unas 66.33 millones de dosis, de las que el 93% se suministraron en apenas 15 países: EE.UU., China, Reino Unido, Israel, Emiratos Árabes Unidos, Alemania, India, Italia, Turquía, España, Francia y Rusia, de acuerdo con la plataforma de análisis de datos Our World in Data, basado en cifras de la Universidad de Oxford.

En toda África Subsahariana apenas se habían podido administrar 25 dosis de vacunas en Guinea. Países populosos como Nigeria, con 200 millones de habitantes, están esperando la primera dosis.

La misma rebatiña que se vivió a inicios de la pandemia con los ventiladores pulmonares, las mascarillas y los trajes de protección, se está escenificando ahora con las vacunas: acaparamiento, sobreprecios y especulación. “Una carrera inmoral hacia el abismo”, como la catalogó el principal directivo de la OMS.

Otro hándicap ha sido el alto costo de las vacunas que tienen mayor aprobación internacional hasta ahora. Como señaló a The Guardian el experto noruego John-Arne Rottingen: “La dificultad es que realmente sólo tenemos una aprobación internacional generalizada para la comercialización de dos vacunas: las dos vacunas de ARNm. El desafío es que una, la vacuna Moderna es muy cara, y la otra, la vacuna Pfizer / BioNTech, que estuvo disponible primero y ahora se está aplicando en Europa, es moderadamente cara en comparación con otras, y requiere una cadena de super frío. El precio y la cadena de frío hace que no sean las vacunas ideales para una vacuna mundial”.

Los países de altos ingresos representan e 16% de la población mundial, pero poseen más del 60% de las vacunas compradas hasta ahora.

Algunas previsiones cifran en 27% el total de la población de los países de ingresos medios y pobres que podrán ser vacunados este año. El Centro de Innovación en Salud Global de la Universidad de Duke estima que no habrá suficientes vacunas para inmunizar a la población mundial hasta al menos el 2023.

“El mundo está al borde de un catastrófico fracaso moral y el precio de este fracaso se pagará con vidas y medios de subsistencia en los países más pobres del mundo”, sentenció con pesar el Dr. Tedros.

El “nacionalismo de las vacunas” es el reflejo exacto de un mundo desigual e injusto en el que unos pocos siguen siendo los grandes beneficiarios de la riqueza, para lo que miles de millones deben contentarse con las sobras.

Los 10 hombres más ricos del mundo vieron aumentar su patrimonio neto en 540.000 millones de dólares en el período de pandemia 2020. Esa lista la encabezan Jeff Bezos y Elon Musk. También incluye al director ejecutivo del grupo de lujo LVMH, Bernard Arnault; a Bill Gates y al director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg. Según Oxfam, el dinero que atesoran estos potentados sería suficiente para evitar que las personas cayeran en la pobreza por los efectos del virus y además garantizaría una vacuna para todas las personas del planeta.

“Nuestro mundo sólo puede ganarle a este virus de una manera: unido”, enfatizó recientemente el Secretario General de la ONU. Lamentablemente, las vacunas de la solidaridad y la justicia no han podido ser aplicadas en el mundo rico que domina.

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Cubadebate. Vacunarse contra el egoísmo y la desigualdad – 27 enero 2021

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