Nueva cepa de coronavirus en Japón. Recuento desde la primera cepa

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El pasado fin de semana Japón informó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la detección de una nueva variante del virus, importada desde Brasil, dio a conocer el director general de la entidad, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en la rueda de prensa sobre la pandemia, celebrada este lunes.

Comentando el caso japonés, Ghebreyesus sostuvo que «cuanto más se propaga el virus, mayor es la posibilidad de que se produzcan nuevos cambios en su genoma». Hizo hincapié en que las nuevas cepas no muestran «una mayor gravedad de la enfermedad», pero parecen aumentar su transmisibilidad. Anteriormente, en diciembre del 2020 las autoridades del Reino Unido y Sudáfrica notificaron a la OMS sobre la aparición de nuevas cepas de transmisión más elevada.

En este contexto, el jefe de la OMS volvió a insistir en que es necesario seguir las recomendaciones básicas de salud pública durante la pandemia: mantener la distancia social, usar mascarillas, lavarse las manos y ventilar las habitaciones. «Puede que te aburras de escucharlo, pero el virus no está harto de nosotros», subrayó.

¿Cuál fue la primera cepa del virus SARS-CoV-2?

Las más de 12 706 mutaciones del SARS-CoV-2 registradas hasta el momento no generan una preocupación excesiva, pero su control debe ser estricto de cara a las vacunas.

En 1977, el matrimonio formado por los inmunólogos Peter y Jane Brian Medawar, señalaron que un virus es “simplemente una mala noticia envuelta en proteínas”. Esta repetida definición se hizo realidad a principios del mes diciembre de 2019 cuando China notificaba los primeros casos de una neumonía, en la provincia de Wuhan, de comportamiento y agresividad diferentes al de las anteriormente conocidas. Salía a escena otro virus, un coronavirus diferente a los anteriormente conocidos: el SARS-CoV-2, causante de la COVID-19 y de la pandemia que actualmente azota al mundo.

Su primer genoma se obtuvo en Wuhan, a finales de diciembre de 2019. A medida que ha ido infectando y pasando de persona a persona, este coronavirus -al igual que el resto de virus-, replica y muta, un fenómeno que ‘puso en guardia’ a la comunidad científica desde el primer momento. Las secuenciaciones masivas del genoma de este virus, al que compararon con otros, han comprobado que, a medida que pasa de persona a persona y como ocurre con todos los virus de ARN (ácido ribonucleico), muta rápidamente.

Múltiples estudios de la comunidad científica, como el publicado en el mes de noviembre en Science, concluyeron que la mutación de la cepa D614G surgida en Europa es ahora la más frecuente en el mundo, se replica más rápidamente, no es más grave y es más sensible a la acción de anticuerpo.

Hasta el momento, se han identificado 12 706 mutaciones en el SARS-CoV-2. Para 398 de las variantes, hay una fuerte evidencia de que se han producido repetidamente y de forma independiente. De ellas, se han centrado en 185 mutaciones que han ocurrido al menos tres veces de forma independiente durante el curso de la pandemia. La mayoría de las mutaciones comunes parecen haber sido inducidas por el sistema inmunológico humano y no ser el resultado de la adaptación del virus a su nuevo huésped.

¿Peligran las vacunas? 

La interferencia de las mutaciones del SARS-CoV-2 en el desarrollo de vacunas, restándoles eficacia, podría ser una de las mayores preocupaciones de los científicos, ya que no hay ninguna indicación de que las vacunas que se están fabricando puedan ser efectivas frente a algunas variantes.

Andrew Pollard, director de Vacunas de la Universidad de Oxford, que ha colaborado con Astra Zeneca en el desarrollo de una de las vacunas, señalando que si el coronavirus mutara “sería relativamente rápido desarrollar una nueva vacuna eficaz partiendo de las ya existentes.

Fuentes:

Comentarios realizados Comentar

13/01/2021

Alejandro @ 2:20 pm #

Olvindese de los juegos olímpicos tokio2021

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