diciembre 2013 Archivos

La alergia a alimentos constituye una creciente preocupación de salud pública a nivel mundial. Muchos alimentos alergénicos son usados como ingredientes en alimentos procesados y no siempre la información está disponible en las etiquetas. También la contaminación involuntaria o inconsciente o la sustitución de unos ingredientes por otros pueden ser causas de reacciones alérgicas en los consumidores. Ante esta preocupación se impone la necesidad de regulaciones y guías para la industria que protejan la seguridad del consumidor.

La  Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN) acaban de presentar una Guía de Gestión de Alérgenos en la Industria Alimentaria con ese fin. También en Argentina fue presentada hace pocos meses, un documento similar por una agencia multidisciplinaria: “La Plataforma Alérgenos en Alimentos” que es un foro de discusión creado en el 2009, del cual participan profesionales pertenecientes a distintas instituciones  públicas y empresas de Argentina, entre ellas la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria, la Red Inmunos, y la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios. El documento argentino está disponible en línea.

Estos documentos persiguen implementar en este sector prácticas adecuadas en la gestión de alérgenos y facilitar a las empresas abordar de manera práctica la gestión del riesgo de alérgenos en los procesos industriales. La guía ofrece consejos generales y aborda aspectos como la posible presencia no intencionada de alérgenos en los alimentos procesados, consideraciones sobre el material de empaque, prevención de la contaminación cruzada a través de instalaciones, equipos y utensilios, y la segregación de componentes alergénicos durante el almacenamiento y transporte. Se realizan también recomendaciones en materia de comunicación.

Early life IgE responses in children linving in the tropics: A  prospective analysis. Zakzuk J, Acevedo N, Cifuentes L, Bornacelly A, Sánchez J, Ahumada V, Ring J, Ollert M,  Caraballo L. Pediatric Allergy and Immunology 2013; 24(8):788-797.

La respuesta alérgica es indudablemente influenciada por factores ambientales, además de los genéticos. Sin embargo, el conocimiento actual sobre la misma se deriva casi absolutamente de estudios realizados en países del llamado primer mundo, básicamente Europa, Norteamérica y Australia, con climas templados y fondo genético muy diferente al prevaleciente en las zonas tropicales y cálidas, donde habita más de la mitad de la humanidad. La importancia y novedad de este estudio radica, fundamentalmente, en abordar la cuestión en una zona tropical latinoamericana, y en una población pobre con presencia de factores conocidos por su influencia sobre la respuesta inmunitaria; en particular, por la exposición a parásitos helmínticos intestinales.

La respuesta mediada por IgE se supone que haya surgido evolutivamente, precisamente como protección a ciertos parásitos, entre ellos las llamadas lombrices intestinales. De acuerdo a ciertos datos epidemiológicos, congruentes con la llamada “teoría de la higiene”, en ambientes con mayor prevalencia de parásitos y microbios (como en zonas rurales de África) la prevalencia de alergias es mucho menor que en el mundo industrializado. De acuerdo a dicha teoría, la exposición a microbios en ambientes con poca higiene, incluyendo la convivencia con animales domésticos, favorecería la evolución de una respuesta inmunitaria más robusta, menos inclinada hacia la respuesta alérgica tipo Th2 ante los alergenos comunes. No obstante, algunos estudios tienden a contradecir este paradigma. Específicamente, se ha identificado reactividad cruzada entre alergenos de ácaros y algunos helmintos (por ejemplo, atribuida a la tropomiosina, Der p 10) y no está muy clara aún la significación biológica de este fenómeno en pacientes parasitados. Algunos autores han atribuido a la respuesta antihelmíntica efectos inmunorreguladores al inducir IL-10 e IgG4 que ayudarían a contrarrestar una repuesta IgE excesiva y patológica. Por otra parte, la cuestión del posible efecto protector de la diversidad del repertorio antigénico de la IgE y su relación con la IgE total es también un tema polémico.

En el trabajo que reseñamos un colectivo de autores del prestigiosos Instituto de Investigaciones Inmunológicas de la Universidad de Cartagena en la costa caribeña de Colombia (bajo la dirección del Dr Luis Caraballo) aborda el asunto. El trabajo tuvo como objetivo describir la evolución en edad temprana de la respuesta de anticuerpos IgE totales y específicos  a alergenos de ácaros y parásitos intestinales (Ascaris)  y analizar su relación con la sibilancia, o sea, con los silbidos típicos del asma.

El estudio abarcó una cohorte poblacional de 290 niños y sus madres. Los niños fueron sujetos a evaluaciones entre los 0 y 42 meses de vida. Como elemento novedoso, además de las pruebas de IgE específicas usuales (ImmunoCap) y las pruebas cutáneas que emplean extractos alergénicos, se emplearon exámenes para determinación de IgE específica a alergenos recombinantes de ácaros: Der p 2 para D. pteronyssinus, y Blo t 5 y Blo t 12 para Blomia tropicalis. También, Asc l 3, la tropomiosina de Ascaris lumbricoides y Asc s 1, único alergeno oficialmente reconocido de Ascaris suum. La elección de los alergenos de ácaros se basa en que entre los mismos no existe reactividad cruzada, o sea son especie-específicos., y por lo tanto permiten discriminar la sensibilización a cada especie de forma independiente.

El trabajo ha arrojado resultados realmente importantes. En primer lugar, la sensibilización a Blomia tropicalis a temprana edad resultó más frecuente que a D. pteronyssinus, aunque en los adultos (incluso en las madres) en Cartagena y en otros sitios tropicalis, suele ser similar. El hallazgo sugiere que los procesos de sensibilización a diferentes especies de ácaros serían independientes, a pesar de la exposición simultánea  a las mismas. Factores cono la actividad biológica intrínseca de los alergenos y, posiblemente, su interacción con el parasitismo pudieran explicar este comportamiento. En línea con esta hipótesis, los autores hallaron que los niveles de IgE a Blomia correlacionaron positivamente con los correspondientes a Ascaris. La correlación entre D. pteronyssinus y Ascaris fue también muy significativa aunque algo menor. En general, los niños sensibilizados a ácaros mostraron una probabilidad 9.4 veces mayor de sensibilización a Ascaris, lo cual constituye una fuerte evidencia de esta asociación. Los autores sugieren que quizá una parte  de la sensibilización a ácaros provenga de la transreactividad originada por la sensibilización a Ascaris, en particular, la tropomiosina (Asc l 3) es bien conocida como panalergeno causante de reactividad cruzada incluso entre especies taxonómicamente distantes. No obstante,  el valor biológico de esta asociación en términos de posible agravamiento de las manifestaciones alérgicas o mayor protección antiparasitaria continúa siendo un enigma.

En segundo lugar, el estudio abordó la asociación con la IgE total. En este sentido, evidenció que la IgE en cordón umbilical constituyó un factor de riesgo para la sensibilización, pero protegió de la sibilancia recurrente en los niños, resultado aparentemente contradictorio a la luz de la teoría de la higiene, pero que replica lo reportado anteriormente en otro estudio en África. Los niveles de IgE total fueron elevados lo cual es atribuido a la exposición a parásitos y al fondo genético afrodescendiente, en su mayor parte, de la población estudiada y confirma el escaso valor diagnóstico de la IgE total como predictor de atopia en poblaciones tropicales.

En conclusión, en contraste con lo esperado según la teoría de la higiene, en este estudio las condiciones de pobreza y falta de higiene devinieron factores de riesgo para la sensibilización a alergenos en la temprana infancia. Así, el estudio objeta la teoría de la higiene en su versión más clásica, al menos en lo referente al posible efecto “protector” de los parásitos intestinales.

Por Alexis Labrada, DrC

Una nota de la Academia Estadounidense de Alergia, Asma e Inmunología (AAAAI) ha anunciado que el Comité Asesor en Productos Alergénicos de la agencia gubernamental norteamericana de medicamentos (FDA) ha dado su visto bueno para la aprobación por este cuerpo regulador de los dos primeros productos para inmunoterapia sublingual.

El comité ha considerado que las tabletas de alergenos de polen de Stallergenes (Francia) y las de Merck/ALK-Abelló (USA-Dinamarca) reúnen la evidencia requerida de seguridad y eficacia para su indicación en el tratamiento de la rinitis alérgica. La votación ha sido por 9 a 1 por el producto de Stallergenes y 9-0 por el de Merck. La FDA había sido hasta ahora resistente a la aprobación de las nuevas formas de inmunoterapia alergeno específica. Solo las convencionales mediante inyección subcutánea contaban con aprobación oficial. También el medio académico estadounidense ha evolucionado desde una posición crítica o con reservas, a la aceptación de las evidencias de la eficacia de la inmunoterapia sublingual obtenidas en grandes ensayos clínicos Fase III realizados primero en Europa y después en los propios Estados Unidos.

La IT sublingual con tabletas ha encontrado gran aceptación en Europa donde estos productos han recibido el registro centralizado de la EMA y desplazan crecientemente la IT inyectable. La inmunoterapia sublingual cuenta con la aprobación y recomendación de la Organización Mundial de la Alergia (WAO) y de la  Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI). La nota de la AAAAI concluye apoyando el uso y extensión de la inmunoterapia alergeno-específica como el único tratamiento actualmente disponible potencialmente curativo para la enfermedad alérgica y capaz de prevenir la progresión de la enfermedad de rinitis a asma.