Demasiado azúcar consumido durante la adolescencia podría alterar el circuito de recompensa del cerebro. Esta es la conclusión a la que se ha llegado en un nuevo estudio en ratas.
Los resultados de este podrían aportar pistas clave para averiguar cuáles son exactamente los impactos a largo plazo del consumo excesivo de alimentos azucarados durante la adolescencia, más allá de la obvia consecuencia del sobrepeso y trastornos relacionados.
La investigación, realizada por el equipo de la Dra. Martine Cador, de la Universidad de Burdeos en Francia, muestra que el disfrute posterior de tales alimentos, durante la edad adulta, se ve reducido en aquellos que los consumieron más de la cuenta cuando eran jóvenes. Dicho de otro modo, una misma golosina no les provoca el mismo placer que ahora experimentaría si su consumo en la adolescencia hubiera sido moderado.
Cador y sus colegas encontraron que esta reducción en la sensación de gratificación se relaciona con una actividad disminuida en uno de los centros clave del circuito de recompensa del cerebro, llamado núcleo accumbens.
Tales alteraciones duraderas podrían tener importantes repercusiones relacionadas con desórdenes del circuito de recompensa, incluyendo las que a veces conducen a trastornos alimentarios o incluso a la drogadicción.
A pesar del incremento notable en el consumo de alimentos de sabor dulce durante la adolescencia, registrado en décadas recientes en las naciones industrializadas, las consecuencias a largo plazo que tal sobreexposición a lo dulce tiene sobre el circuito de recompensa del cerebro y el procesamiento por este de las sensaciones gratificantes, siguen siendo poco conocidas, tal como advierte al respecto la Dra. Cador.
En la investigación también han trabajado Fabien Naneix, Florence Darlot y Etienne Coutureau, todos ellos de la Universidad de Burdeos.
Fuente: Noticias de la Ciencia y la Tecnología.
En: NotiWeb, Propuestas del editor.
La obesidad y el sobrepeso en la adolescencia están vinculados a un alto riesgo de sufrir cáncer colorrectal -el tercero más común en el mundo- más adelante en la vida, de acuerdo con una nueva investigación.
Especialistas del Hospital Universitario de Orebro, Suecia, y la Universidad de Harvard, Estados Unidos, estudiaron la relación entre la obesidad en la adolescencia y el cáncer en la edad adulta, ya que la incidencia en ambos padecimientos está en aumento.
Tras seguir a casi 240 mil hombres suecos durante 35 años, los científicos hallaron que los adolescentes con sobrepeso presentaron el doble de riesgo de desarrollar cáncer en el colon o en el recto, pero las cifras fueron aún mayores en los que tuvieron obesidad.
El colorrectal es el tercer cáncer más común en el mundo, con cerca de 1.4 millones de casos nuevos cada año, refieren los expertos, quienes han asociado la enfermedad con el consumo de la carne roja y con la grasa abdominal.
La investigación comenzó cuando los participantes tenían entre 16 y 20 años de edad, la inmensa mayoría de ellos tenían un peso normal sin embargo 6.5 %tenía sobrepeso y 1 % obesidad.
Al concluir el estudio se reportaron 855 casos de cáncer colorrectal, pero los resultados mostraron que no todos los pesos se vieron afectados por igual, ya que los que fueron obesos en la adolescencia eran 2.38 veces más propensos a desarrollar tumores.
La adolescencia marca la transición de la niñez a la edad adulta y es un periodo de crecimiento acelerado, especialmente entre los hombres, por lo que esta etapa puede presentar una ventana crítica, sostienen los científicos.
“Es importante que entendamos el papel de la exposición en la infancia y adolescencia en el desarrollo del cáncer colorrectal”, subrayan.
Explican que “la fuerte asociación observada entre la obesidad de los adolescentes y el cáncer colorrectal temprano a mitad de la vida, junto con la creciente prevalencia de obesidad en la adolescencia, puede aumentar la incidencia del cáncer entre los adultos jóvenes”.
Fuente: Boletín de Prensa Latina.
En: NotiWeb, Propuestas del editor.
El presente estudio tiene como objetivo describir la prevalencia de hábitos de vida, cuanto al consumo alimenticio, práctica de actividad física semanal, exceso de peso, consumo de bebidas alcohólicas y uso de cigarros entre adolescentes de la zona rural de Barão do Triunfo/RS. Participaron 377 escolares entre 10 y 18 años, de 5ª a 8ª serie. Los desenlaces analizados fueron los hábitos no saludables: inactividad física semanal en el esparcimiento y en el desplazamiento, consumo alimenticio, conforme adhesión a los diez pasos para una alimentación saludable, exceso de peso, evaluado por medio del índice de masa corporal, uso de cigarros y consumo de bebidas alcohólicas auto-relatados en los últimos 30 días.
La prevalencia de relato de uso de cigarro y consumo de bebidas alcohólicas en los últimos 30 días entre los jóvenes fue de 6,7% y 27%, respectivamente; 45% de los adolescentes fueron clasificados como inactivos físicamente y 24,8%, presentaron exceso de peso. La frecuencia de adhesión a los pasos para una alimentación saludable fue baja para todos los pasos, excepto lo referente al consumo semanal de arroz y porotos (paso 4), el cual obtuvo 82,3% de adhesión por los adolescentes. Como conclusión podríamos decir que los adolescentes presentaron alta prevalencia de hábitos de vida no saludables. Se incentiva la adopción de estilo de vida saludable por jóvenes de zona rural, a partir del planeamiento de estrategias que auxilien en la adhesión y en el compromiso del individuo, visando a la mejora en la calidad de vida y a la reducción de problemas futuros en esa población.
Chirle de Oliveira Raphaelli; Alessandra Doumid Borges Pretto; Gisele Ferreira Dutra. Revista Adolescência e Saúde. Vol. 13, No. 2, Abr/Jun-2016.
Los lectores comentan