Invertir en adolescentes y jóvenes: el futuro ya empezó
Cuando el 11 de julio de 1987 el mundo conmemoraba haber alcanzado los 5 mil millones de habitantes, se hacía evidente que en lo adelante sería aún más necesario crear conciencia sobre los problemas de población y sus relaciones con el desarrollo económico y social. De ahí que la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendara que se observara anualmente esta fecha como Día Mundial de la Población, una oportunidad para mirarnos en brechas y desafíos y que, en su vigésimo séptima conmemoración, propone como tema la «inversión en las adolescentes».
Enfocar los esfuerzos en ellas es una apuesta clave para el desarrollo, en tanto las muchachas están expuestas a vulnerabilidades de género, que precisan de una atención particular y de intervenciones específicas para enfrentar las problemáticas a las que están expuestas — como la violencia, el abuso, el matrimonio a edad temprana o de menores de edad, el embarazo y la maternidad en adolescentes—, y les impiden alcanzar su máximo potencial y mejorar así su bienestar físico, económico y social. “Toda adolescente tiene derecho a una transición a la edad adulta en condiciones seguras y el derecho a aprovechar las oportunidades que el futuro tiene para ella”, puntualizó a Granma Rafael Cuestas, coordinador internacional de programa de la oficina de Unfpa en Cuba.
“Cuando una adolescente tiene el poder, los medios y la información para adoptar sus propias decisiones en su vida, es más probable que logre su plena potencialidad y se transforme en una fuerza positiva para el cambio en su hogar, su comunidad y su nación”, explicó Cuestas.
Pero ¿cuál es la situación de este grupo de población en Cuba? ¿Cómo se invierte en ellas y ellos? No bastará un único trabajo para abordar los múltiples puntos de vista y escenarios que nos permitirán arribar a conclusiones y construir los retos que nos quedan, pero comenzamos con este primer acercamiento desde la premisa de estar ante un tema crucial para el futuro de la nación en que vivimos y aspiramos construir, un futuro que comenzó a correr ya en cada uno de nosotros.
“Las adolescentes cubanas están escolarizadas y eso siempre es un factor protector. Tienen acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, en tanto cuentan con programas de educación integral de la sexualidad en sus escuelas, entre otras muchas bondades”, apuntó Rafael Cuestas, al tiempo que subrayó las posibilidades de Cuba para continuar impulsando acciones, “porque se percibe una voluntad política y ya existe una plataforma en los diferentes programas implementados”.
“En Cuba, los desafíos son diferentes a los que podemos identificar en la región”, dijo refiriéndose por ejemplo, al embarazo adolescente, un foco de atención porque, si bien el indicador es menor al de otros países de la región, el Unfpa está trabajando de conjunto con los ministerios de salud y educación, entre otras instituciones, para continuar disminuyéndolo. “Se trata de identificar las diferencias territoriales, las causas que están menos visibles, como siempre se dice, hilar más fino”. [Por Lauren Céspedes Hernández y Lisandra Fariñas Acosta]
Fuente: Periódico Granma. Julio 10, 2016
En: NotiWeb, Propuestas del editor.
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