La programación cubana para adolescentes (Parte I)
La televisión ha sido, a través de los años, un importante canal de difusión y entretenimiento. En tal sentido, se ha consolidado entre los medios de mayor alcance y más empleados por los públicos a pesar de la complejización del contexto mediático.
Según refieren algunos estudios, los jóvenes destinan como promedio ocho horas diarias a dormir, la misma cantidad a actividades laborales o escolares y el resto se distribuye entre necesidades bio-fisiológicas, labores domésticas y tiempo libre. Con respecto a este último, el hábito de ver televisión ocupa un lugar primordial.
Un informe del Centro de Investigaciones Sociales (CIS) del Instituto Cubano de Radio y Televisión (Icrt), publicado en 2014 por la Licenciada Mónica Guillén del Campo, asegura que entre los materiales que acostumbran seleccionar los adolescentes para su consumo, se encuentran las películas de géneros comedia, acción y terror en primer lugar, seguido de musicales, novelas, programas humorísticos y series.
La evaluación de la programación por canales concentra las mayores cifras en Cubavisión, seguida de Multivisión, Tele Rebelde, Educativo, Educativo 2 y los telecentros provinciales, respectivamente. Pero esto no significa que los jóvenes se sientan satisfechos con la calidad de la programación que destina la televisión cubana para su entretenimiento; mucho menos con la cantidad de espacios transmitidos.
Insatisfechos, buscan otras opciones de consumo audiovisual. A eso le agregamos la llegada de las nuevas tecnología de la información y las comunicaciones, con las cuales se han diversificado las formas de entretenimiento. De manera que se incrementan los medios alternativos de los que disponen los jóvenes, como es el caso del paquete semanal.
Pero tampoco podemos olvidar que la familia juega un importante papel en la construcción de las audiencias. Ella comparte valores, tradiciones y normas que suelen socializarse entre los miembros. Influye en los jóvenes, no solo en los gustos y preferencias mediáticas que van desarrollando, sino también en sus modos de apropiación de lo que ven y escuchan en pantalla.
Fomentar la educación audiovisual constituye prioridad en estos tiempos cuando la variedad de opciones pudiera constituir un problema en la adecuada formación de niños y jóvenes.
Fuente: Portal de la TV cubana. Junio 7 de 2016
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