Lenguaje y cultura

El lenguaje es un producto cultural que refleja una cultura y, a su vez,  es condición de la cultura y contribuye a crearla.
Si partimos de la afirmación de que pensamiento y lenguaje constituyen una unidad estrechamente relacionada, y que la lengua como resultado del desarrollo histórico-social del hombre refleja la cultura, las tradiciones, la historia y las relaciones sociales de los seres humanos, entonces podemos afirmar que el lenguaje es cultura, es una forma de cultura, quizá la más universal de todas y, de todos modos, la primera que distingue inmediata y netamente al hombre de los demás seres.

El lenguaje es manifestación de una cultura, pues cada lengua contiene los saberes, ideas y creencias acerca de la realidad que comparte una comunidad; es la primera forma de la que el ser humano dispone para fijar y objetivar el conocimiento de sí mismo y del mundo. A través de la palabra, que da un nombre a las cosas y a los objetos, el mundo adquiere la fisonomía de un mundo humano y familiar.

En cuanto constituye un saber transmisible, el lenguaje es un hecho cultural. En el lenguaje se cristaliza lo que largas generaciones han ido acumulando. A través de la palabra se transmite la riqueza de la cultura: los significados del mundo y de las cosas se abren mediante la palabra a todo nuevo ser humano que entra a formar parte de la sociedad.

Y somos cultos en la forma de expresarnos y cuando hablamos correctamente, con elegancia, usando la palabra adecuada en el contexto dado, cuando garantizamos la trasmisión de las ideas que queremos expresar.