La llave y el corchete
En verdad, estos no son signos ortográficos, sino signos gráficos que aportan un elemento sistematizador al texto donde aparecen. Su función es agrupar elementos que se relacionan mediante un cuadro sinóptico.
Aunque con frecuencia vemos usar ambos términos como sinónimos, gráficamente son dos signos diferentes, pero ambos indican agrupamiento, relación dentro de un conjunto, separación dentro de un grupo dado de elementos.
La llave se utiliza, principalmente, en cuadros sinópticos o esquemas, para abarcar varios elementos en líneas diferentes y que constituyan una enumeración a partir de un concepto dado, generado por la apertura o cierre de llave. Normalmente se emplea el signo de apertura, aunque en esquemas complejos pueden combinarse ambos. El concepto a partir del cual se genera la llave se coloca en el centro de esta, y no deben escribirse dos puntos entre estos dos elementos.
El corchete tiene un uso específico en la transcripción de documentos. Dentro de él se intercalan elementos que faltan en el original y que el transcriptor considera pertinentes para la comprensión del texto.
Estos elementos pueden ser palabras, frases, etcétera, ilegibles o mutiladas, tachaduras hechas por el autor, pero que se desea mostrar al lector para dar una visión más amplia de la concepción original.
También se usa cuando, al hacer una cita, se proporciona algún dato que redondea la idea que aparece expresada.
También se usan los corchetes para encerrar los tres puntos con que se señala que se han eliminado elementos de una cita, por no venir al caso.
Tomado del libro “Para expresarnos mejor” – la puntuación –
de Rodolfo Alpízar Castillo
Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas
En: Ortografía. Publicado el jul 30th, 2015.
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