¿Qué es la ambigüedad?
La ambigüedad es un fenómeno que se produce cuando un enunciado o una oración pueden interpretarse en dos sentidos diferentes. Si no es deliberada, la ambigüedad constituye un defecto grave del lenguaje escrito, pues implica que el autor no ha sabido transmitir adecuadamente su intención comunicativa.
Las causas de la ambigüedad son diversas. Puede deberse a:
a) La mala colocación de los complementos:
Estas son las instancias con reclamaciones rechazadas: ¿rechazadas las instancias o las reclamaciones?
b) Al empleo del gerundio como oración subordinada, ya que no es posible determinar a qué sujeto se refiere.
NO Me encontré con tu amigo entrando al médico.
SÍ Me encontré con tu amigo al entrar al médico.
SÍ Me encontré con tu amigo que entraba al médico.
c) Al mal uso de los pronombres y determinantes: «Marta se encontró con Ana y su marido»: ¿de quién es el marido?
Los posesivos pueden producir ambigüedad cuando no queda claro a cuál de los nombres previamente citados se refieren, como sucede en el ejemplo «Eva le dijo a Lucas que usara su ordenador».
La solución es modificar la redacción del texto de manera que el resultado elimine la ambigüedad, como en las propuestas que siguen.
Eva le dijo a Lucas que usara su propio ordenador.
Eva le dijo a Lucas: «Usa tu ordenador».
«Lucas, usa tu ordenador», dijo Eva.
d) Al mal uso de los signos de puntuación: Lo hizo como había anunciado / Lo hizo, como había anunciado.
e) A la mala colocación de los elementos de la oración. Se produce cuando entre dos elementos que deben ir unidos se ha insertado otro de modo que no queda claro a cuál de los dos se refiere.
Una frase como «Aseguró que vendría ayer» resulta ambigua fuera de contexto, porque no se sabe si ayer se refiere al día que dijo que vendría, aunque la visita puede tener lugar en cualquier otro momento futuro, o si se refiere al día en que debería haber venido.
f) Al uso incorrecto de los pronombres relativos y los pronombres personales. Estas elementos gramaticales remiten a otro previamente citado en el texto, por tanto cuando los usemos, debemos asegurarnos de que el contenido del texto resultante no es ambiguo.
NO Compramos un coche al niño que corría mucho.
SÍ Al niño le compramos un coche que corría mucho.
NO Ágata se fue de vacaciones con Lucía y su marido.
SÍ Ágata y su marido se fueron de vacaciones con Lucía.
NO Estuvimos con Marcos en el cumpleaños que estuvo muy animado.
SÍ Estuvimos en el cumpleaños, que estuvo muy animado, con Marcos.
NO También asisten los compañeros del vecino, que apenas conocemos.
SÍ También asisten los compañeros del vecino, a los que apenas conocemos.
A veces basta con cambiar el orden de los elementos en la oración para que el enunciado deje de ser ambiguo; en otras ocasiones será necesario buscar una redacción alternativa.
Tomado de “Las 500 dudas más frecuentes del español”
En: Del lenguaje. Publicado el jun 8th, 2016.
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