La tuberculosis en Cuba

Cuando este departamento inició sus trabajos, no se había realizado ningún estudio verdaderamente serio, de carácter epidemiológico, para conocer la magnitud de la TB en Cuba, ni existían datos estadísticos fidedignos. No se realizaba educación sanitaria; la vacunación BCG si bien ya era de uso desde décadas anteriores, se practicaba en cifras insignificantes en relación con el número de población a proteger, ya que las dosis aplicadas en todo el territorio nacional ascendía a un promedio anual de 10 000 y el examen fotorradiográfico en masa de la población para el diagnóstico de tuberculosis en personas supuestamente sanas, se hacía de forma superficial y en 18 meses de labor solo se habían realizado 9 700.

La vacunación BCG, se comenzó a aplicar de forma más organizada y general, entre el 1 de enero de 1959 hasta el 30 de junio de 1961. Se logró aplicar un total de 808 475, dosis en todo el territorio nacional, lo que significó una elevación importante del nivel inmunitario de los recién nacidos, dirigido a la disminución del riesgo de enfermar con formas graves en la población infantojuvenil.

La pesquisa fotorradiográfica, rediseñada su estrategia de trabajo, alcanzó 180 463 exámenes en 1959, y se inició una búsqueda en masa en el seno del Ejército Rebelde, conocido como “Operación Celia Sánchez”, que fue la primera de su estilo. Todos los enfermos identificados fueron atendidos con preferencia. El doctor Pedro Baeza, quién en esos momentos era el director del Sanatorio de Cangrejeras, cerca de Bauta, fue el encargado del tratamiento. Se les dio alojamiento adecuado y atención médica en un pabellón especial y aislado, que se llamó “Mario Muñoz”. Entre las 180 463 personas pesquisadas en el año 1959, se descubrieron 1 877 casos de tuberculosis, lo que arrojó una prevalencia de 1,0 %. En 1960 la pesquisa aumentó hasta 224 735 personas examinadas, encontrándose 1 732 enfermos, (0,8 %). En el primer semestre de 1961 la indagación fotorradiográfica cubrió a 11 364 personas, descubriéndose 456 enfermos.

En este último período se realizaron las operaciones “Varadero” y “Ciénaga de Zapata”. Estas operaciones fueron un verdadero ejercicio de terreno para el diagnóstico de la enfermedad e inicio de su tratamiento, lo que representó un impulso muy importante a la lucha antituberculosa, que tomaba la estrategia de campañas, lo que coincidía con el pensamiento epidemiológico de la dirección del Minsap, que había decidido arremeter contra un grupo de enfermedades infectocontagiosas que constituían verdaderos problemas de salud pública.

La “Operación Varadero” constituyó un muestrario nacional porque cubrió a la casi totalidad de los brigadistas alfabetizadores que pasaron por allí. Fue planeada y dirigida por el Departamento de Tuberculosis, como vía de atención a los brigadistas, después de haber terminado sus tareas de alfabetización en los diferentes lugares del país. Mediante la fotorradiografía se examinaron 84 131 alfabetizadores, además del personal auxiliar, especialmente cocineros y sirvientes. Todos los enfermos descubiertos y confirmados fueron hospitalizados en sanatorios, o en las salas de las Casas de Salud de los Centros Regionales (clínicas mutualistas). Los enfermos evolucionaron hacia la curación casi todos, por lo inicial de las lesiones y la oportunidad del diagnóstico, la mayoría recibió el tratamiento ambulatorio prolongado.

La “Operación Ciénaga de Zapata” tuvo otras características, cubrió a la población del territorio de la Ciénaga, desde siempre aislada, con muy malas condiciones de vida, extrema pobreza, caracterizada por la desnutrición, el hambre trófica; las enfermedades infectocontagiosas, parasitarias, carenciales y orgánicas, presentes en gran parte de su población y sobre todo en la infantil. A pesar de que desde 1959 se había comenzado un proceso de transformaciones en la composición política, social, económica, cultural, sanitaria y epidemiológica del territorio, la tuberculosis, como enfermedad crónica, estaba presente presumiblemente con altas cifras de prevalencia.

Terminada la “Operación Varadero”, pasaron las unidades móviles de fotorradiografía a la Península de Zapata, para iniciar una ofensiva de salud pública, pesquisa de tuberculosis y otras enfermedades torácicas y una campaña de vacunación masiva a sus pobladores, estas tareas la acometieron conjuntamente el Departamento de Tuberculosis y el de Epidemiología del MINSAP. Se realizaron un total de 10 272 exámenes fotorradiográficos, entre los que se descubrieron 97 casos (66 hombres y 31 mujeres, de ellos 54 campesinos y 43 de poblaciones urbanas) con un índice de 0,9.6 Se aplicaron más de 30 000 dosis de vacunas BCG en esta campaña.

En estas tareas además de los compañeros del nivel central del Minsap, se destacaron de forma meritoria una compañera del servicio social, Gladys Esquirol, y Abraham Maciques, quién era el jefe militar de la zona y que prestó en todo momento su apoyo y colaboración.

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