La tuberculosis en Cuba

Ventilada la habitación, convenientemente limpia y amplia, bien alimentado el sujeto y conservados sus fuerzas y el juego regular de sus funciones orgánicas con ejercicios apropiados, tendría sin dudas una resistencia mayor y podría disponer en el evento posible del contagio, de medios energéticos y naturales de defensa.

Según el doctor Joaquín Jacobsen y Cantos, en Cuba, a la etiología de la enfermedad se le agregaba un nuevo factor agresivo: la industria tabacalera. Existían numerosas fábricas de tabacos y cigarros repartidas por toda la isla, en la capital había 150 fábricas (110 de tabacos y 40 de cigarros) y vivían de ellas 20 000 obreros; esto era alrededor de 1907.

El doctor Luis Ortega Bolaños en esta fecha presenta una estadística que comprende 1 486 enfermos de tuberculosis procedentes de hospitales, del Dispensario Tamayo y de los distritos sur y norte de la ciudad, hasta el año 1902, de ellos eran:

  • 116 pacientes.
  • 131 albañiles.
  • 214 dependientes.
  • 236 ambulantes.
  • 179 sin ocupación.
  • 288 tabaqueros.

En el dispensario de la Liga Antituberculosa, de 588 enfermos, 168 eran tabaqueros.

En el dispensario de sanidad, el doctor Fernando Rensoli registraba 676 enfermos, de ellos 96 eran tabaqueros.

El doctor Jacobsen Cantos analizaba que el proceso de manufactura del tabaco se realizaba en malas condiciones, las fábricas no estaban construidas para esa labor, se trabajaba en una atmósfera cerrada, con aglomeración de obreros, se recibía al entrar un vaho caliente impregnado de fuerte olor a tabaco, reconocía además problemas como la oscuridad, la humedad y la falta de ventilación. Decía que no era un problema la influencia del alcoholismo en la presentación de la enfermedad pues a principios del siglo, en nuestra población, no era una cifra elevada.

Pero el ya citado doctor Jacobsen identifica otros factores etiológicos presentes en otras actividades que eran considerados como causantes de la enfermedad a los que llamó causas locales, entre éstas estaban: el oficio de planchador, ya que en los trenes de lavado se planchaba a mano en la época y las lavanderas que planchaban, que se tuberculizaban con frecuencia, se fatigaban demasiado por el gran esfuerzo que tenían que realizar. A esto se unían las malas condiciones en que se realizaba la tarea, en una atmósfera caliente, poco ventilada y expuesta a los cambios bruscos de temperatura.

Este es el pensamiento que dominaba en la comunidad científica de finales del siglo XIX y principios del XX en relación con las causas de la enfermedad, cuando surgen los servicios de lucha contra la tuberculosis.

Hasta ese momento en la literatura médica nacional el tema no era muy tratado, hay que destacar la labor del doctor Ambrosio González del Valle y Cañizo con sus estadísticas de mortalidad.

Como ya dijimos, en el año 1899 se crearon los departamentos de sanidad en La Habana, Santiago de Cuba y otras ciudades importantes; el 17 de mayo de 1902 se crea la Junta de Sanidad, por la Orden No. 159, mediante el Decreto Presidencial no. 1 de 1903 se nombraron sus integrantes y se estableció el Departamento de Sanidad con varias secciones, entre ellas la de Tuberculosis, Estadísticas y Desinfección.

Se creó el Dispensario Especial “Furbush” para enfermedades del pecho en La Habana Vieja, en 1906.

Se dictaron las reglas de higiene que debían seguirse en las tabaquerías y comenzaron a llevarse a la práctica las medidas de profilaxis más urgentes, se redactaron las Ordenanzas Sanitarias por Decreto Presidencial del 12 de febrero de 1906, que constituyeron la Ley Sanitaria de la República. Se instaló cerca de La Habana un sanatorio para pobres.

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