Una nueva técnica para insertar células madre en tejidos dañados podría permitir en un futuro la regeneración de órganos y reducir la dependencia de las donaciones, según publica hoy la revista británica “The Lancet”.
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El estudio, publicado en la publicación especializada Cell, relaciona la base celular de la formación de la memoria con el nacimiento de nuevas neuronas, siendo esto un hallazgo que podría crear nuevos objetivos farmacológicos para el tratamiento de trastornos de la memoria.
Los resultados también sugieren que un desequilibrio entre neuronas jóvenes y viejas en el cerebro podría alterar la formación normal de la memoria durante un estrés traumático y el envejecimiento.
“En los animales, las experiencias traumáticas y el envejecimiento, a menudo, disminuyen el nacimiento de nuevas neuronas en el giro dentado. En los seres humanos, estudios recientes han encontrado disfunciones en el giro dentado, relacionadas con la memoria, durante el envejecimiento normal”, afirmó el Premio Nobel de Medicina Susumu Tonegawa, uno de los autores del estudio y director del Centro RIKEN-MIT.
Tonegawa y su equipo de colaboradores probaron, en ratones, dos tipos de procesos de la memoria: la separación de patrones, proceso por el cual el cerebro distingue entre eventos similares, y la terminación de patrones, que se utiliza para recuperar contenido detallado de los recuerdos. Los neurocientíficos han pensado, durante mucho tiempo, que estos dos procesos opuestos y en conflicto se producen en diferentes circuitos neuronales.
Hasta el momento se creía que el papel del giro dentado –una estructura con notable plasticidad– en condiciones que van desde la depresión a la lesión cerebral traumática se encargaba de la separación de patrones, y que la región CA3 se ocupaba de la terminación de patrones. Sin embargo, los investigadores han descubierto que las neuronas del giro dentado pueden realizar ambos procesos, dependiendo de la edad de las células.
Los investigadores evaluaron la separación de patrones en ratones que habían aprendido a distinguir entre dos habitáculos similares: uno seguro y otro que producía una descarga poco agradable en las patas.
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WASHINGTON (AP) — Durante 60 años, los médicos pensaron que las mujeres nacían con todos los óvulos que tendrían. Ahora científicos de Harvard desafían ese dogma y aseguran haber descubierto que los ovarios de las mujeres jóvenes guardan células madre muy inusuales capaces de producir nuevos óvulos.
Si se confirma el reporte del domingo publicado en la revista Nature Medicine, aprovechar esas células madre podría permitir algún día dar mejores tratamientos a las mujeres que son infértiles por enfermedad o simplemente porque están envejeciendo.
“Nuestro punto de vista actual de la edad ovárica está incompleto. Hay mucho más en el relato que simplemente dejar escapar poco a poco un acervo fijo de óvulos”, dijo el principal investigador Jonathan Tilly, del Hospital General de Massachusetts de Harvard, quien durante mucho ha seguido estas células en una serie de controvertidos estudios.
El trabajo anterior de Tilly provocó feroz escepticismo y expertos independientes pidieron ser cautelosos con los más recientes hallazgos.
Un paso clave es ver si otros laboratorios pueden verificar el trabajo. En caso de hacerlo, llevaría años de investigación adicional aprender a usar esas células, dijo Teresa Woodruff, jefa de preservación de fertilidad en la facultad de medicina Feinberg en la Universidad del Noroeste.
Sin embargo, una investigación así podría ayudar a dispersar algunos de los misterios más perdurables que rodean a cómo se forman y maduran los óvulos humanos.
Durante mucho tiempo, a los científicos se les enseñó que las mamíferas nacen con un suministro finito de células ovulares llamadas ovocitos, que se agotan cuando llegan a mediana edad. Tilly rechazó por primera vez esta idea en 2004 al reportar que los ovarios de una rata adulta resguardan algunas células madre capaces de producir óvulos. El científico dijo que hace poco, un laboratorio en China y otro en Estados Unidos también hallaron estas células en ratones.
Todavía existe un largo camino para mostrar que estos óvulos madurarán y serán viables, dijo David Albertini, director del Centro de Ciencias Reproductivas de la Universidad de Kansas.
Tilly argumenta que usar las células madre para cultivar óvulos en el laboratorio algún día ayudará a preservar la fertilidad de las pacientes con cáncer. Hoy, en diversos laboratorios como el Woodruff, congelan partes de ovarios de niñas antes de ser sometidas a radiación o quimioterapia. Y estudian cómo hacer madurar los óvulos que puedan ser utilizados en fertilización in vitro para cuando las niñas crezcan.
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Gracias a la ingeniería tisular, puede recuperarse el hueso perdido
La falta de hueso bucal impide a los pacientes que han perdido sus dientes recibir implantes, al no tener donde fijarlos. Sin embargo, una nueva técnica permite reconstruir esta parte de la boca y, de esta manera, tal y como explica el doctor Arturo Bilbao, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM).
Este experto, que participa en el III Curso de Regeneración y Reconstrucción Ósea en cirugía prepotésica avanzada, que se celebra entre este viernes y el sábado en Madrid, señala que gracias a la ingeniería tisular, puede recuperarse el hueso perdido a partir de las células mesenquimales extraídas del tejido adiposo de los propios pacientes mediante su estimulación en la formación de hueso.
Por otro lado, gracias a la investigación sobre cultivo de tejido, se puede cubrir el espacio vacío sin necesidad de introducir injertos de otras personas, señala este experto. En general, la pérdida de hueso se produce por una atrofia que puede venir precedida por tumores.
El presidente de la SECOM señala que esta nueva técnica, que aún esta siendo estudiada, se está evaluando en “centros autorizados” y que, por el momento, “no está disponible en la práctica habitual, es decir, en la clínica”.
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Células madre para el corazón
El equipo dirigido por Marbán evaluó a 25 pacientes cuyo promedio de edad era de 53 años y que habían sufrido un infarto (todos ellos fueron tratados en el Cedars-Sinai Heart Institute y en el Hospital Johns Hopkins, en Baltimore). De éstos, ocho recibieron la atención “estándar”, mientras que 17 recibieron infusiones de células madre derivadas de cardioesfera (CDC), es decir, células madre del tejido cardíaco del propio paciente.
El procedimiento consistió en retirar fragmentos del tamaño de una pasa del músculo cardíaco del paciente, utilizando para ello un catéter con anestesia local. Este tejido se utilizó como suministro de células madre cardíacas. En un segundo procedimiento, cada paciente recibió una infusión de entre 12 y 25 millones de sus propias células madre.
Los pacientes que recibieron la infusión de células madre vieron disminuir el tamaño de su cicatriz hasta en un 24%, mientras que en el grupo de control no se produjo reducción alguna en el tamaño de la cicatriz. Los cambios en el volumen diastólico final, el volumen sistólico final y la fracción de eyección del ventrículo izquierdo, no mostraron diferencias entre los grupos a los 6 meses.
Sucesos adversos
Cuatro pacientes (el 24%) en el grupo de células madre sufrieron acontecimientos adversos graves, en comparación con el grupo control (13%), aunque de esos cuatro eventos sólo uno se hallaba relacionado con el tratamiento.
Según los autores, “este descubrimiento desafía la creencia de que el músculo cardíaco es irrecuperable. Además, muestra que la infusión intracoronaria de CDC, después de un infarto de miocardio, es segura”.
En un comentario vinculado, el doctor Chung-Wah Siu y el profesor Hung-Fat Tse, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Hong Kong, agregan que “estos hallazgos sugieren que este enfoque terapéutico es factible y tiene el potencial de proporcionar una estrategia de tratamiento para la regeneración cardíaca tras un infarto de miocardio”.
Febrero 14/2012 (JANO)
Raj R Makkar , Rachel R Smith , Ke Cheng , Konstantinos Malliaras , Louise EJ Thomson , Daniel Berman. Intracoronary cardiosphere-derived cells for heart regeneration after myocardial infarction (CADUCEUS): a prospective, randomised phase 1 trial.The Lancet, 14 Feb 2012
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Nueva mascara para el tratamiento de heridas en la cara
WASHINGTON.- Un grupo de científicos norteamericanos anunció la creación de “Biomask”, una máscara que busca mejorar los tratamientos en heridas en la cara producidas por guerras, mejorando las posibilidades de recuperación al regenerar el tejido dañado, en vez de que simplemente cicatrice.
Biomask está siendo desarrollado por ingenieros de la Universidad Texas Arlington, especialistas en medicina regenerativa de la Universidad Northwestern, y expertos del Brooke Army Medical Center y el Army Institute or Surgical Research.
Según informa Wired, el 85% de las heridas producidas en combate afectan a las extremidades y a la cara, y actualmente los tratamientos a este tipo de lesiones apuntan a la sanación pero no a la recuperación total. Por ejemplo, las heridas de cara suelen dejar cicatrices, deformaciones y pérdida de algunas funciones motoras.
Por eso Biomask apunta a la regeneración de tejido. La máscara cuenta dos estructuras principales. La capa dura exterior, que tiene una serie de componentes eléctricos, y la capa interior, que a su vez tiene tres capas: un máscara flexible que se adapta a la cara del paciente, una serie de actuadores que mantienen la máscara fija y finalmente una red de microtubos y válvulas que aplica los medicamentos, ya sean analgésicos o terapia de células madres.
Gracias al sistema de monitoreo de la herida que trae incorporado, la máscara puede enfocar sus esfuerzos en las zonas más afectadas de la cara y a medida que sanan, atender las otras. Los científicos detrás del proyecto esperan que Biomask esté operando en hospitales militares en 2017.
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Hamburguesa de carne artificial
El científico Mark Post, que está llevando a cabo el proceso de crear una hamburguesa artificial en el laboratorio, señaló que la carne estará lista para el próximo mes de octubre. Además, los expertos señalaron que el proceso de cultivo de la carne artificial es tan laborioso que el producto final costará unos 250 euros.
En noviembre de 2011 la comunidad científica anunciaba la puesta en marcha de una investigación cuyo objetivo era crear carne artificial en un laboratorio mediante la generación de tiras de carne a partir de células madre. Con este proyecto se pretendía buscar una alternativa a la falta de alimento en ciertos lugares del mundo y reducir posibles daños ecológicos y medioambintales.
Durante su intervención, esta semana, en la reunión anual de la Academia Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), Post ha explicado que su equipo ya ha reproducido con éxito las células de proceso con leche de vaca y suero de ternera, acercándose un paso más a la hamburguesa artificial.
Siguiendo el ritmo del proyecto, el científico señaló que la hamburguesa estará lista “en octubre” aunque sólo en fase de prueba, con el fin de que se analice la producción de este tipo de carne por primera vez. En este sentido, apuntó que “para empezar a analizar cómo es su apariencia, su textura y si sabe a carne, habrá que esperar” todavía algo más de tiempo.
PROCESO DE ELABORACIÓN
En cuanto al proceso de elaboración, Post explicó que para hacer una hamburguesa completa se necesitan unas 3.000 tiras de tejido muscular, cada uno de los cuales mide unos 3 centímetros de largo por 1,5 centímetros de ancho, con un grosor de medio milímetro. Además, se necesitan seis semanas para producirla, durante las cuales la carne se tritura con 200 tiras de tejido graso.
Para producir la carne, las células madre se colocan en un caldo que contiene nutrientes vitales y de suero de un feto de vaca que les permitan convertirse en células musculares y se multiplican hasta 30 veces.
El investigador destacó que a pesar de que es posible extraer un número limitado de células madre a partir de las vacas sin tener que matarlas, la manera más eficiente de llevar adelante este proceso “todavía es la masacre”. “Mi visión es que, con el tiempo, un ganadero, coja a algunos de sus animales para crear un rebaño que sea exclusivo para donación”, apuntó Post, quien añadió que “cada animal sería capaz de producir alrededor de un millón de veces más carne a través de la técnica basada en laboratorio que a través del método tradicional de carnicería”.
Por el momento, la primera hamburguesa artificial tiene un tinte rosado y amarillo, pero el profesor señaló que espera producir tiras de carne con un color más auténtico en un futuro próximo. Entre otras de las cosas pendientes que este proyecto tiene que estudiar es la necesidad de sangre artificial que, según Post, “permitiría hacer las tiras de carne más gruesas”.
Del mismo modo, está el elevado precio al que tendrían que vender estos productos para contrarrestar el caro proceso de elaboración. Así, según los expertos, la primera hamburguesa costará 250 euros. Ante esta situación, Post indicó que esperan que, con el tiempo, este proceso se vaya agilizando y se vayan mejorando las técnicas para abaratar la carne.
Este proyecto está financiado por un benefactor anónimo a quien invitarán a comer el primer filete de carne artificial. “Él es quien tiene que decidir si quiere comerla o no”, señaló Post.
Sin embrago, no sería el primer en probarla, ya que un periodista ruso ya la ha comido tras una visita al laboratorio en donde se está cocinando el proyecto. “Nos arrebató un trozo de carne de cerdo y dijo que no sabía demasiado”, confesó el científico.
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Cambios realizados en junio del 2013 (Vigente)
Grupo Funcional de Medicina Regenerativa
Coordinador:
Dr. Porfirio Hernández Ramírez
Secretaria y secretario:
Dra. Norma Fernández Delgado
Dr. José Armando Galván Cabrera.
Miembros:
Dr. Esteban Alberti Amador
Dr José Luis Aparicio Suárez
Dr. Heriberto Artaza Sanz
Dra. Aymara Baganet Cobas
Dr. José Carnot Uria
Dra. Ileana Cuba Dueñas
Dr. Oscar Díaz Díaz
Dr. Jesús Diego de la Campa
Dra. Elvira Dorticós Balea
Dra. Alina González Quevedo
Dr. Manuel Jacas Tornes
Dr. Pedro López Saura
Dr. Calixto Machado Curbelo
Dr. Ángel G. Obregón Santos
Dra. Amalia Peix González
Dr. Mario Wilford de León
ASESORES
Dr. José M. Ballester Santovenia
Dra. Niviola Cabrera Cruz
Dr. José Ignacio Fernández Montequín
Dra. Consuelo Macías Abraham
Dr. Daniel Piedra Herrera
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