agosto 2010 Archives

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Investigadores de la Universidad de California y la Universidad de Harvard, Estados Unidos, consiguieron inducir la regeneración de conexiones nerviosas que controlan el movimiento voluntario  después de una lesión medular.
El estudio se realizó con ratones, pero puede ayudar a desarrollar nuevos enfoques terapéuticos para la parálisis y otras alteraciones de la función motora en humanos, según resultados publicados en la revista Nature Neuroscience. Para lograr este avance los expertos revirtieron el desarrollo del mecanismo molecular esencial para el crecimiento de las conexiones del tracto corticoespinal nervioso, gracias a la supresión de la enzima PTEN (fosfatasa homóloga a la tensina) que controla el “camino” molecular mTOR, regulador clave del crecimiento celular.
La actividad de esta enzima es baja en la fase inicial de desarrollo, lo que permite la proliferación celular, aunque cuando se activa -una vez completado el crecimiento-, inhibe el mTOR y evita toda capacidad para regenerarse. Al tratar de encontrar una manera de restaurar el crecimiento celular inicial en el tejido lesionado, Zhigang He, neurólogo del Hospital Infantil de Boston y la Harvard Medical School, demostró -en un estudio de 2008- que bloquear el PTEN en ratones permitía la regeneración de las conexiones desde el ojo hasta el cerebro después de tener dañado el nervio óptico.
Tras este hallazgo, los expertos trataron de comprobar si este mismo enfoque podría promover la regeneración nerviosa en una médula espinal dañada, que hasta ahora se consideraba “intratable”. Sin embargo, los investigadores confían en que se pueda conseguir una terapia potencial para inducir la regeneración de las conexiones nerviosas después de una lesión de la médula espinal en humanos.
Esta lesión -en ocasiones del tamaño de una uva- puede favorecer la pérdida completa del movimiento por debajo del nivel de la afección. Así, una lesión en el cuello puede causar parálisis de brazos y piernas, incapacidad para controlar la vejiga y el intestino, pérdida de la función sexual, además de otros riesgos secundarios. “Todas estas funciones perdidas podrían ser restauradas si pudiéramos encontrar una manera de regenerar las conexiones que fueron dañadas”, consideran los expertos.
El objetivo es estudiar si el tratamiento PTEN conlleva el restablecimiento efectivo de la función motora en ratones con lesión de la médula espinal y, más a largo plazo, ver si se pueden utilizar determinados fármacos para acelerar esta recuperación, concluyeron.
Madrid, agosto 9/2010 (Europa Press)

Tomado de Infomed

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 (Reuters) – Unos trasplantes de médula de alto riesgo lograron curar parcialmente a cinco niños con un defecto genético potencialmente letal por el cual carecen de las proteínas que mantienen unidas las capas de la piel, informaron investigadores de Estados Unidos.

No obstante, otro niño falleció debido a los efectos secundarios de un medicamento empleado para prepararlo para el trasplante y otro murió por una infección después de ser trasplantado.

Las personas con Epidermólisis Bullosa Distrófica Recesiva, una enfermedad conocida también como ‘piel de mariposa’, presentan una gran cantidad de ampollas dolorosas en la piel, la boca y la garganta, lo que puede exponer el cuerpo a infecciones y, en algunos casos, a una forma agresiva de cáncer.

Con el nuevo tratamiento, “hubo una mejor curación, menos ampollas y la calidad de vida se vio afectada positivamente. (Los niños) pudieron hacer cosas que no podían hacer antes, como andar en bicicleta o subir a una cama elástica”, dijo el doctor John Wagner, de la Universidad de Minnesota.

El estudio fue publicado en la publicación New England Journal of Medicine.

Además, la mejoría de los pacientes avanzó con el tiempo, añadió el investigador. Los cinco niños que sobrevivieron mostraron progresos en 100 días, aunque el ritmo varió ampliamente entre ellos, indicó Wagner.

Debido a los elevados riesgos que implican los trasplantes de médula, sólo los pacientes más graves que padecen esta ‘enfermedad rara’ fueron considerados candidatos para la intervención, dijo Wagner.

El experto informó sobre los resultados de los siete primeros intentos, que tuvieron lugar en el Hospital de Niños Amplatz de la Universidad de Minnesota.

Otros seis niños recibieron tratamiento después con buenos resultados, añadió Wagner. Los científicos ahora están tratando de aislar las células de la médula espinal más capacitadas para reparar el defecto y unir las capas de la piel.

TRATAMIENTO COSTOSO

El tratamiento, incluido el coste del trasplante, cuesta entre 500.000 y 1 millón de dólares. Pero la terapia de rutina de los niños con el defecto ya ronda los 30.000 dólares anuales y puede aumentar debido a las frecuentes hospitalizaciones y complicaciones de la enfermedad.

“Estos niños padecen un dolor horrible, infecciones crónicas de la piel, múltiples hospitalizaciones e infecciones sistémicas”, dijo Wagner. “Con frecuencia no pueden comer o se resisten a hacerlo por el dolor. Suelen morir por desnutrición crónica y pérdida crónica de sangre”, añadió.

El doctor Jakub Tolar, también de la Universidad de Minnesota e investigador del estudio, señaló que el tratamiento era único porque mostraba que los efectos del trasplante de médula pueden ir más allá de la sangre.

“Lo que hallamos es que las células madre contenidas en la médula espinal pueden viajar a los sitios lesionados de la piel, lo que genera un aumento en la producción de colágeno, que es deficitario en los pacientes con la enfermedad”, manifestó Tolar en un comunicado.

La doctora Lenna Bruckner-Tuderman, del Centro Médico Universitario de Friburgo, en Alemania, dijo que la terapia supuso un avance, aunque se mostró cauta.

Debido a las características de la enfermedad, “es difícil determinar cuánto de la mejoría clínica de los niños se debió al trasplante y cuánto al largo período de atención médica cuidadosa”, indicó la experta.

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Caracas, 13 Ago. AVN .- Un equipo constituido por médicos del Departamento de Traumatología del Hospital Universitario de Caracas junto a científicos del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) lograron curar a un paciente, de 83 años de edad, que padecía de una fractura que no sanaba en su tibia y peroné, gracias a trasplante con células madre.

Estas investigaciones comenzaron hace varios años, primero en el laboratorio con células de ratones, después con células madre humanas, pero utilizadas en conejos, y por último se pasó a la investigación en personas, con el señor Luis Alvarado, paciente del Hospital Universitario, quien sufrió un accidente automovilístico, después del cual los huesos de su pierna izquierda no lograron soldar.

Estos estudios científicos que involucran el desarrollo de investigaciones con tratamientos basados en células madre son llevados a cabo en La Unidad de Terapia Celular del IVIC, “que fue creada con la idea de aprovechar la capacidad de regenerar tejidos dañados a partir de estas células”, afirmó el doctor Egidio Romano, coordinador de esta unidad.

“Esto que hemos llevado a cabo y que presentamos hoy al país es una innovación pues es la primera vez que en Venezuela y el mundo se hace tratamiento de oseartrocis con células mesenquimales osteogénicas y endoteliales puestas sobre microesferas”, explicó Romano.

Son llamadas células madre, a las que siendo no especializadas pueden convertirse en cualquier otra con funciones determinadas y renovarse indefinidamente. Éstas se encuentran en prácticamente cualquier tejido, en pequeñas poblaciones que tienen la capacidad de migrar y reemplazar a las células que se pierden o dañan en diferentes órganos, producto de desgaste, lesiones o enfermedades.

Uno de los usos más importantes, encontrado hasta ahora, tiene que ver la utilización de las células madre humanas dirigidas a diferenciarse en tipos específicos ofreciendo la posibilidad de obtener una fuente renovable de éstas y tejidos de reemplazo para varios tipos de enfermedades que aquejan actualmente a la población mundial.

“En el IVIC nos propusimos hacer un trabajo en varios pasos primero aprender cómo separar estás células de la médula osea, cómo multiplicarlas, hacer que se diferencien y, finalmente, aprovechar esta capacidad para tratar de sanar lesiones que espontáneamente ha sido difícil que curen”, explicó el doctor Romano.

En el caso del señor Alvarado se obtuvo médula osea, mediante una punción en su cresta iliaca, y a través de este procedimiento sus células mesenquimales, éstas se diferenciaron en osteoblastos (células de hueso) y se multiplicaron a 100 millones aproximadamente en el laboratorio de terapia celular del IVIC, para luego, con la colaboración de los médicos traumatólogos del Hospital Universitario, colocarlas en la lesión del paciente.

“Sorprendentemente tres meses después este paciente estaba curado, lo que no había ocurrido con otros tratamientos utilizados para la sanación de este tipo de patología, manifestó el doctor César González jefe de la Cátedra de Traumatología del Hospital Universitario. “Nos sorprendió la velocidad con la que se consolidó el hueso, pero no sólo eso, sino cómo estas células madres también cerraron y cicatrizaron las heridas de la piel que estaba ulcerada, en un diabético”, dijo.

La Unidad de Terapia Celular del IVIC es una obra de reciente data del Gobierno Bolivariano y con ella Venezuela asume una posición de vanguardia ante el panorama terapéutico que representan las células madres.

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JANO.es y agencias · 18 Agosto 2010 12:36

Investigadores de la Clínica Mayo y científicos belgas utilizaron células mesenquimales de la médula ósea que “programaron” en el laboratorio
Investigadores de la Clínica Mayo, en colaboración con científicos belgas, han demostrado que, manipuladas en laboratorio, las células madre adultas pueden curar, reparar y regenerar el tejido dañado del corazón. Este descubrimiento, calificado de “histórico” en el editorial que le acompaña, se publica en el Journal of the American College of Cardiology.

Las células madre aisladas de los pacientes tienen, por lo general, una limitada capacidad para reparar el corazón. Sin embargo, la innovadora tecnología usada en este estudio dispara los beneficios regeneradores, programando estas células para que adquieran un perfil similar al cardíaco.

Para realizar este estudio, los investigadores obtuvieron células madre mesenquimales de la médula ósea de pacientes con enfermedades cardíacas durante una operación de bypass coronario.

Las células madre de 2 de 11 individuos demostraron una capacidad inusual para reparar el corazón, generando una regulación al alza de los factores de transcripción genética, que ayudó a encontrar una firma molecular que identificaba las células madre con alto poder de regeneración.

Los autores utilizaron una mezcla de factores de crecimiento cardiogénicos recombinantes para inducir esta firma en las células madre de los pacientes que no demostraron tener esa capacidad regeneradora para “programar” su capacidad de curar el tejido cardíaco.

Estas células madre mesenquimales fueron inyectadas en ratones con fallo cardíaco, que experimentaron una significativa recuperación de su función cardíaca, además de una mejorada tasa de supervivencia después de un año, en comparación con los ratones tratados con células madre no guiadas por investigadores o con solución salina.

Según el investigador de la Clínica Mayo Andre Terzic, autor principal de este trabajo, “estos descubrimientos proporcionan una prueba del principio de que las células madre adultas ‘inteligentes’ tienen beneficios añadidos a la hora de reparar el corazón”.

Para el primer autor de este estudio, Atta Behfar, “el éxito del uso de un linaje específico de células madre humanas guiadas está basado en claves cardiogénicas naturales”.

 J Am Coll Cardiol, 2010; 56:721-734, doi:10.1016/j.jacc.2010.03.066

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JANO.es y agencias · 19 Agosto 2010 10:35

Lo ha conseguido un equipo de la Escuela Politécnica de Lausana (Suiza), en colaboración con investigadores de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido), que publican su investigación en “Nature”

Un equipo de investigadores de la Escuela Politécnica de Lausana (Suiza) ha logrado extraer células del timo y convertirlas en células de la piel, según publican en Nature.

El experimento, realizado en colaboración con la Universidad de Edimburgo (Reino Unido), ha comprobado como las células extraídas del timo son capaces de cambiar su estructura genética a lo largo de su desarrollo para contribuir a largo plazo en el correcto mantenimiento de la piel, llegando a producir pelo hasta un año después de su implantación.

En este sentido, los investigadores suizos lograron extraer células epiteliales tímicas (CET) de ratas para más tarde inyectarlas en su piel descubriendo que las CET “realmente cambiaban su registro y lograban expresar genes diferentes convirtiéndose en células importantes para el funcionamiento de la piel”, explica el director del estudio, el Prof. Yann Barrandon.

En el timo, estas células se encargaban de enseñar a los linfocitos T cómo reconocer y destruir a las bacterias y a las células cancerígenas, siendo una pieza clave del sistema inmunitario del organismo. Sin embargo, este estudio ha demostrado que, en microambientes distintos, son capaces de cambiar su expresión genética, por ejemplo, en la piel, para mejorar el crecimiento de los folículos del pelo.

“En teoría, esta operación podría reproducirse con otros órganos”, señala el Prof. Barrandon. Además de representar una nueva vía de estudio en el campo de los trasplantes y la regeneración de órganos, para regenerar piel en grandes quemados, por ejemplo, también abren un nuevo campo de investigación que cuestiona los estándares biológicos al demostrar que es posible crear tejidos a partir de células con diferentes orígenes embrionarios.
Nature Volume: 466, Pages: 978–982

Date published: (19 August 2010) DOI: doi:10.1038/nature09269

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JANO.es y agencias · 20 Agosto 2010 11:11

Investigadores de la Universidad de California en Irvine (Estados Unidos) han conseguido que ratones con la médula espinal lesionada mejoren su movimiento tras emplear células madre humanas, incluso un mes después de producirse la lesión.

El trabajo se realizó con un tipo de células obtenidos de cerebros parcialmente desarrollados de fetos abortados y evaluadas en su calidad para ser destinadas a formar un tipo particular de célula nerviosa.

En el ensayo se evaluaron a 37 ratones a los que se les dañó la médula espinal mediante cirugía y luego se les transfundió el producto de StemCells, células comunes de la piel humana o un placebo. Cuando se evaluó la coordinación, el 64% de los ratones tratados con las células madre caminó mejor, comparado con el 44% de aquellos que recibieron células normales y con el 20% del grupo placebo.

El estudio, coordinado por la Dra. Aileen Anderson y publicado en PLoS ONE, abre una puerta a la esperanza a los pacientes con lesiones de la médula espinal, ya que se cree que el tratamiento podría ser posible incluso semanas después de producirse la lesión, según declaran los autores.

Hasta el momento la mayor parte de los estudios realizados ha demostrado que es muy difícil curar las lesiones medulares y que, en caso de intentarlo, para obtener algún resultado, debe realizarse a los pocos días de producida la lesión.

Para el vicepresidente de StemCells, Stephen Huhn, “estos resultados alentadores demuestran una ventana mayor de oportunidad para la intervención con células madre en las lesiones de la médula espinal” y “es una evidencia adicional de que el uso de células madre neuronales humanas sería un enfoque terapéutico viable para ellos”.
PLoS ONE 5(8): e12272. doi:10.1371/journal.pone.0012272

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Señalan que una nueva superficie sintética ‘hace que sea más fácil que las células se dividan y desarrollen’

Robert Preidt
 Lunes, 23 de agosto, 2010
 
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Células madre
LUNES, 23 de agosto (HealthDay News/HolaDoctor) — Un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) informan haber desarrollado una superficie sintética que facilita el crecimiento de células madre.

Hay dos fuentes de células madre humanas: las células embrionarias o las pluripotentes. Las células madre pluripotentes son células del cuerpo que han sido reprogramadas a un estado inmaduro para que puedan convertirse en cualquier tipo de células especializadas del organismo.

Aunque se cree que las células madre pluripotentes tienen un gran potencial para tratar una amplia gama de enfermedades, los científicos hallan que es difícil cultivarlas en cantidades suficientemente grandes para ser usadas en estudios humanos.

“Para fines terapéuticos, se necesitan millones y millones de células. Si podemos hacer que sea más fácil para que las células se dividan y desarrollen, esto podría ayudarnos a obtener el número de células necesarias para realizar todos los estudios de enfermedades con los que la gente está entusiasmada”, señaló Krishanu Saha, asociado postdoctoral en el MIT y primer coautor del artículo, en un comunicado de prensa del MIT.

La nueva superficie desarrollada, que no contiene material de animales foráneos, permite que las células madre pluripotentes permanezcan con vida y sigan reproduciéndose durante al menos tres meses, informaron los investigadores.

Éste es el primer material sintético que permite a las células individuales formar colonias de células idénticas, algo que es necesario con el fin de identificar las células que tienen las características deseadas, según el equipo de ingenieros químicos, científicos de materiales y biólogos del MIT.

La investigación aparece en la edición del 22 de agosto de Nature Materials.

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JANO.es 31 de agosto
El hallazgo permitirá, a largo plazo, comprender el papel de las células madre adultas en el desarrollo del cáncer de mama y buscar nuevas dianas terapéuticas.
Un equipo de investigadores del Fred Hutchinson Cancer Research Center de Seattle, Estados Unidos, ha identificado y aislado por primera vez células madre adultas específicas de las mamas en ratones, un hallazgo que, a largo plazo, podría facilitar el uso de estas células para regenerar células mamarias y comprender el papel de las células madre adultas en el desarrollo del cáncer de mama, de cara a la búsqueda de nuevas dianas terapéuticas.
Según publicará en su edición de septiembre la revista Genes & Development, los investigadores estadounidenses han utilizado ratones modificados genéticamente para que exhibieran fluorescencias verdes durante la expresión de los genes, facilitando así su estudio. En este sentido, el ensayo ha descubierto que dicha expresión está controlada por un gen recientemente identificado y presente específicamente en las células madre, denominado s-SHIP.
“Hasta ahora, nadie había sido capaz de identificar células madre en el tejido mamario con esta especificidad”, indica uno de los autores del estudio, Larry Rohrschneider, del centro de Seattle. “Este estudio es extraordinario, ya que permite observar estas células madre verdes al microscopio en su estado puro y natural”, apunta.
Sistemas previos para el aislamiento de células madre se han basado en la acción de una variedad de biomarcadores, pero ninguno de ellos ha logrado identificar una población de células madre en estado puro. Esta limitación ha hecho imposible el análisis de la expresión genética exacta de estas células.
A este respecto, los investigadores estadounidenses demostraron la presencia activa de las células teñidas de verde en etapas cruciales del desarrollo mamario, como la pubertad y el embarazo. Sin embargo, durante otras etapas de crecimiento, las células ‘coloreadas’ de verde mediante proteínas con pigmentos fluorescentes no ‘brillaron’ bajo el microscopio.
Capaces de generar leche
Por otra parte, el equipo investigador encontró que, “al ser trasplantadas, estas células pintadas de verde eran capaces de generar nuevo tejido mamario que, incluso, era capaz de producir leche, como las células epiteliales mamarias normales”, explican los autores.
Además de sus potenciales aplicaciones clínicas en la regeneración de tejidos, los científicos estadounidenses detectaron que estas células aisladas eran una puerta para entender mejor cómo las células madre normales pueden convertirse en células madre cancerígenas, que se supone tienen un papel clave en el origen, crecimiento y resistencia a tratamientos de los tumores.
También suponen una nueva alternativa para inducir el desarrollo de células madre pluripotentes (iPS) o células madre genéticamente alteradas para su aplicación médica, aseguran. “Esta nueva tecnología ofrece un modelo unificado para identificar las células madre normales de las cancerígenas”, aseveran.

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