junio 2010 Archives

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Una clase de medicamentos de uso común para el asma, la inflamación y las lesiones en la piel, también podría ser útil en la medicina regenerativa, según los resultados de una investigación publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences USA. En este estudio, realizado en células de ratones, los glucocorticoides, un tipo de hormona esteroide, promueven y protegen a poblaciones de células que participan en la reparación de tejidos. Los investigadores buscaban un medicamento que activa una vía de señalización celular llamada ‘Hedgehog’, fundamental para detener el crecimiento celular. Encontraron que los glucocorticoides, especialmente la fluticasona, la halcinonida,el clobetasol y la fluocinonida, estimulan un receptor llamado Smoothened, que a su vez contribuye a estimular el crecimiento de las células madre y a proteger las células neuronales. Este receptor que activa la vía Hedgehog que, a su vez, regula las células madre, es importante en el crecimiento del embrión y en la integridad y reparación de los tejidos maduros.
[Proc Natl Acad Sci 2010]
Wang J, Lu J, Bond MC, Chen M, Ren X-R, Lyerly HK, et al.

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La editorial Springer brinda un capítulo de muestra del  libro ¨Trasplantes de Células Madres Hematopoyéticas ¨de la editorial Humana Press que trata del trasplante de células madres para neoplasias malignas hematológicas. Idioma:
inglés

Acceso a través de http://blogs.sld.cu/marionod/?cat=884

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Si la revolucionaria tecnología se impone, significaría la etapa siguiente de los implantes dentales. revolucionar los implantes dentales. El sistema permite dirigir la trayectoria de células madre hacia un molde tridimensional equipado además con un mecanismo de crecimiento que fomenta el desarrollo celular. Este molde se sitúa directamente en el hueco donde se hallaba el diente a reemplazar. En nueve semanas, la nueva pieza está lista.

El proceso es mucho más sencillo, corto y barato que el de los implantes dentales tradicionales, por lo que muchos presagian que la comercialización podría ser inminente.

El equipo de investigadores pertenece al Centro Médico de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos. El sistema dirige la trayectoria de las células madre hacia el molde para que allí se reproduzcan.

Esta técnica podría suponer que, en un futuro, se fabriquen dientes artificiales que se volverán anatómicamente correctos –adaptados a la región de la boca que los acoge- en tan sólo nueve semanas después de su implante, y que se desarrollarán dentro de la misma boca.

Los implantes dentales, actualmente favoritos entre los que los pueden pagar para reemplazar piezas faltantes, pueden fallar al no adaptarse correctamente al hueso de la mandíbula que los rodea, que va cambiando con los años.

El molde molar creado por Jeremy Mao, del Tissue Engineering and Regenerative Medicine Laboratory de la Universidad de Columbia, ha demostrado que se pueden dirigir las células madres hacia dicho molde, fabricado con materiales naturales e integrado en el tejido circundante (de la mandíbula).
El diente puede desarrollarse en el mismo hueco de la mandíbula, rodeado por el tejido de la piel en el que, al crecer, irá quedando injertado de una forma imposible de conseguir con herramientas.

Fuente Mercado.com
 

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Un grupo de científicos brasileños consiguió usar un gen diferente a los cuatro normalmente usados en la reprogramación de células adultas para producir células madre pluripotentes inducidas (IPS, por sus siglas en inglés).

La importante innovación genética fue lograda por investigadores del Centro de Terapia Celular (CTC) y del Instituto de Biociencias de la Universidad de Sao Paulo (USP), informó el día 7 en su site la Fundación de Apoyo a la Investigación en el Estado de Sao Paulo (Fapesp), que financió el proyecto.

Los científicos adaptaron la técnica desarrollada en 2006 por el investigador Shinya Yamanaka de la Universidad de Kyoto (Japón) para producir IPS mediante la introducción de cuatro determinados genes en células somáticas reprogramadas.

Los brasileños, sin embargo, no utilizaron en la reprogramación ninguno de los cuatro genes con que se realiza el proceso de especialización de células desarrollado por Yamanaka sino un gen nuevo.

La descripción del nuevo factor de transformación para la reprogramación de células adultas fue hecha en un artículo publicado en la última edición on-line de la revista científica Stem Cells and Development.

El artículo científico, que será publicado en breve en la edición en papel de la misma revista, es el primero elaborado en Brasil sobre células madre pluripotentes inducidas.

Las células madre pluripotentes pueden ser usadas por la medicina genética para desarrollar diferentes tejidos del cuerpo, así como las células madre embrionarias, con la ventaja de que no es necesaria la cuestionada manipulaciones de embriones.

Los científicos brasileños consiguieron reprogramar la célula usando el gen conocido como TCL-1A.

La innovación puede ayudar a comprender el mecanismo que permite la pluripotencia, según Dimas Tadeu Covas, coordinador del CTC y uno de los responsables por el proyecto.

“Aún no se conoce por completo el mecanismo, por lo que es importante que un grupo brasileño haya dado esa contribución”, afirmó Covas.

“El estudio no es una repetición de la técnica tradicional, con el uso de los cuatro genes, sino una nueva combinación de factores de transcripción”, agregó.

Los factores de transcripción usados hasta ahora para la reprogramación de células somáticas y su transformación en pluripotentes son los genes OCT4, SOX2, KLF4 y C-MYC.

El grupo brasileño utilizó una combinación que agrega el TCL-1A a los genes C-MYC y SOX2 para generar células muy semejantes a las células madre embrionarias humanas en términos de morfología y capacidad de diferenciación de células.

Según Covas, las IPS serán muy útiles en el futuro para el desarrollo de terapias celulares innovadores.

“Actualmente la gran esperanza es que las IPS puedan ejercer un papel importante en la llamada medicina regenerativa. Ello debido a que, al utilizar células del mismo paciente y reprogramarlas, podemos estar seguros de que son compatibles con el organismo”, dijo.

Otra ventaja es que, por ser reproducidas en cultivo, pueden ser obtenidas en gran cantidad. (Xinhua)

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Logroño,  (EFE).- El coordinador de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz, ha destacado hoy en Logroño que el futuro de los trasplantes está en las células madre, que serán “la antesala de la creación de órganos a medida” sin tener que recurrir al órgano de un cadáver.

 Matesanz ha detallado un reciente experimento, presentado recientemente en Madrid, de la investigadora Doris Taylor, de la Universidad de Minnesota (EEUU), por el cual se obtuvo un caparazón de un corazón de cadáver, al que se le introdujeron células madre y después empezó a latir.

Este avance, en su opinión, es “la antesala para crear órganos a la medida de los enfermos, sin que haya que recurrir a la donación de personas fallecidas”.

Matesanz ha informado de que la ONT “está favoreciendo la coordinación y la donación de órganos de cadáveres”, pero ha precisado que los avances que se producen en el campo de la ciencia “proporcionarán muchas sorpresas”.

Así, ha recalcado que “cuando hace unos años parecía que lo habíamos visto todo en el campo de los trasplantes, comenzaron los de tejido compuesto, primero los brazos y de cara después”.

Ha recordado que de los once trasplantes de cara practicados en el mundo, tres han sido en España lo cual da idea -ha dicho- del “avance en los tejidos compuestos”, campo que todavía va a proporcionar “muchas sorpresas”.

En este contexto, ha precisado que “se está hablando de la posibilidad de trasplantar órganos genitales”, aunque, al respecto, ha recalcado que no es partidario de este tipo de trasplantes porque “no se trata de órganos vitales”.

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Científicos de la UCSF, han descubierto una nueva célula madre de desarrollo del cerebro humano. Dicha célula produce células nerviosas que ayudan a formar el neocórtex, el sitio de las funciones cognitivas superiores, y probablemente explica la espectacular expansión de la región de linajes que conducen a los humanos, según los investigadores.

Los estudios futuros de estas células se espera que arrojen una luz sobre el desarrollo de enfermedades como el autismo, la esquizofrenia y las malformaciones del desarrollo cerebral, como la microcefalia, trastornos de la migración neuronal y la lisencefalia, además de las enfermedades relacionadas con la edad, como la de Alzheimer.

Dichos estudios también permitirán a los científicos rastrear los pasos moleculares que la célula produce a medida que evoluciona en la célula nerviosa o neurona. Esta información podría utilizarse para impulsar a las células madre embrionarias a diferenciarse en diferentes neuronas para su posible uso en terapias celulares de reemplazo.

Este estudio se divulga en la revista Nature. “Este descubrimiento tiene el potencial de transformar nuestra comprensión del desarrollo y evolución del neocórtex humano, la parte más exclusiva del sistema nervioso central humano”, dice el autor principal del estudio, el neurólogo Arnold Kriegstein, director del Centro de Medicina Regenerativa e investigación con células madre Eli y Edythe Broad, en la UCSF.

“También informa de nuestra comprensión de enfermedades del desarrollo y avanzar en la creación de terapias celulares. Muchas enfermedades neurológicas se desarrollan en neuronas o en circuitos neuronales entre ellas. Si vamos a entender cómo desarrollar estos trastornos, tenemos que comprender mejor cómo se desarrolla la corteza cerebral de humanos y primates,” añadió Kriegstein.

En roedores y humanos, el desarrollo del córtex contiene una capa de células madre neurales llamadas gliales radiales que se encuentran cerca de los ventrículos de líquido y producen células que son precursoras de las neuronas. Estas precursoras proliferan más allá de una región conocida como la zona subventricular (SVZ), donde incrementan su número y luego se diferencian en neuronas recién nacidas. Estas neuronas luego migran a lo largo las fibras gliales radiales hasta el neocórtex, allí ayudan a formar el tejido que conforma la percepción sensorial, las órdenes motoras, el razonamiento espacial, el pensamiento consciente y el idioma.

En los primates humanos y los no humanos, sin embargo, la SVZ se amplía de forma masiva en una región externa, conocida como la zona externa subventricular (OSVZ). Hace unos 20 años, los científicos presumían que el OSVZ también contenía células madre, pero hasta ahora habían tenido evidencias.

En el estudio actual, los autores principales David V. Hansen y Jan H. Lui, del laboratorio Kriegstein, examinaron la OSVZ, con un nuevo etiquetado y seguimiento de las técnicas para seguir durante más tiempo a las células individuales y su progenie en las secciones de tejidos cultivados, a partir de tejido del neocórtex fetal que habían sido donados para la investigación.

Caracterizaron dos tipos de células dentro de la región, tanto las nuevas células madres neurales como a su célula hija, conocida como la célula de amplificación transitoria. La célula madre se parece mucho a la célula glial radial en su estructura y comportamiento, y, al igual que ésta, tiene fibras radiales que migran a lo largo del recién nacido hasta el neocórtex.

La región es un centro ocupado en la proliferación celular. La célula madre se somete a la división celular asimétrica, dando lugar a dos células hijas distintas, úna es una copia de la célula madre original y la otra de amplificación transitoria. Ésta última sufre múltiples divisiones celulares simétricas antes de que sus células hijas comiencen el proceso de diferenciación neuronal.

“Estamos muy interesados en entender cómo se regulan estos modos de división”, dice Kriegstein. “Sospechamos de que algunas fallas en la regulación del ciclo celular son la causa de una variedad de enfermedades de desarrollo del cerebro.”

En términos más generales, el equipo quiere entender cómo las nuevas células madre y los dos grupos de neuronas producidas se integran en el neocórtex. “Las neuronas probablemente se generan a la vez, tanto en la SVZ y OSVZ”, señala. “Lo más probable es que acaben en la misma capa de la neocórtex cerebral mientras se desplazan hacia la posición y comienzan a formarse los circuitos.

“Esto nos sugiere que puede haber un mosaico de tipos de células en el neocórtex humano, en el que hay células que se originan en la zona tradicional y células producidas en la zona más nueva que se entremezclan en la corteza. La complejidad del neocórtex en los primates se incrementa significativamente por la interacción de las neuronas más jóvenes, evolutivamente hablando, con las que se originan en la zona más primitiva.”

El enorme número de células dentro del OSVZ de los seres humanos “nos indica que debemos tener cuidado con las enfermedades de modelado del cerebro humano y en los ratones”, señala Kriegstein. “Especialmente en el neocortex, la parte más desarrollada del cerebro en primates y humanos, donde habrá importantes diferencias entre roedores y humanos.”

Otro co-autor del estudio fue Felipe RL Parker, estudiante graduado en el laboratorio Kriegstein. El estudio fue financiado por becas del Instituto de Medicina Regenerativa de California y la Fundación Bernard Osher.
Fuente Science dialy

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Cardiólogos y genetistas del Hospital Infantil de Filadelfia, en Estados Unidos, han descubierto una variante genética del cromosoma 5 que eleva mucho el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca congénita. Este descubrimiento, publicado ‘on line’ en ‘PLoS ONE’, supone el descubrimiento del primer gen relacionado con la aparición de estas enfermedades, el defecto de nacimiento más común.

   Según el líder de este estudio, Peter J. Gruber, cirujano cardiotorácico del Hospital Infantil de Filadelfia, “este gen, el ISL1, juega un papel clave en la regulación del desarrollo cardíaco temprano, por lo que existe una convincente razón biológica para investigarlo como un factor de riesgo genético de enfermedades cardíacas congénitas”.

   El equipo de Gruber descubrió en anteriores investigaciones sobre las células madre cardíacas, que un gen denominado ISL1 era crucial en la regulación del desarrollo temprano de las células madre cardíacas y apuntó la posibilidad de que el ISL1 podría estar relacionado con las enfermedades cardíacas congénitas.

   Para averiguarlo, inició una investigación, en colaboración con su hermano, Stephen B. Gruber, genetista y epidemiólogo de la Universidad de Michigan, y con el director del Centro de Genómica Aplicada,  Hakon Hakonarson, responsable de uno de los mayores centros mundiales de genotipación pediátrica.

   Gruber analizó muestras de ADN de 300 niños con enfermedades cardíacas congénitas y de 2.200 niños sanos, observando las mutaciones genéticas que pudieran estar relacionadas con el gen ISL1 y encontraron ocho variantes genéticas que elevaban el riesgo de sufrir este tipo de enfermedad.

   En una segunda etapa de este estudio analizaron secuencias de ADN específicas y trazaron un ‘mapa’ detallado de las regiones de mayor interés. Después, añadieron ADN de programas médicos de Canadá y Países Bajos a las muestras de Estados Unidos y los investigadores estudiaron los genes de un total de 1.344 niños con enfermedades cardíacas congénitas y 6.135 niños sanos del grupo de control. Los resultados confirmaron que las variantes del gen ISL1 tenían una fuerte asociación con las enfermedades cardíacas congénitas.

Fuente . EUROPA PRESS

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 MADRID, 9 Jun. (EUROPA PRESS) –

   La aplicación clínica en tratamientos para humanos de las células madre embrionarias “no tiene futuro” porque su crecimiento es “muy difícil” de controlar y presentan todavía “muchos problemas” de compatibilidad con los pacientes, afirma el catedrático de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid y ex presidente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), César Nombela.

   En declaraciones a Europa Press, el profesor Nombela señala que de los más de 3.000 estudios registrados en el mundo con células madre, “ni uno sólo se está realizando con células embrionarias; todos son con células madre adultas”. “Con embrionarias sólo hay alguna iniciativa para recoger líneas celulares de las ya existentes”, apunta este experto.

   “La información que se ha obtenido de ellas es fascinante, pero hay un problema ético de fondo, ya que la investigación debe respetar la vida humana desde el inicio embrionario”, subraya Nombela, que interviene este miércoles en un debate organizado por el CSIC sobre las distintas posibilidades que ofrecen las células madre.

   “En cambio –comenta este especialista– la investigación con células madre del adulto avanza a un ritmo vertiginoso y ya hay numerosas experiencias con células madre hematopoyéticas obtenidas de la medula ósea o del cordón umbilical e, incluso, con células madre obtenidas de la grasa”.

   Estos procedimientos “son mucho menos traumáticos”, indica, y a pesar de que su aplicación en tratamientos es todavía “limitada”, ya se han obtenido “resultados positivos en la restauración del sistema hematopoyético, en tumores, inmunodeficiencias, procesos inflamatorios intestinales y, además, se empiezan a plantear algunos tratamientos para el sistema nervioso central”.

   “Eso sí –insiste Nombela– siempre con células madre adultas, ya que es la vía más inmediata y segura de aplicar y la que debe constituir una gran prioridad para los investigadores de todo el mundo”.

   Por otra parte, asegura, la “gran novedad” que ha surgido en este campo en los últimos años es el tratamiento con células iPS. “Suponen una tecnología que permite, por modificación genética, revertir células diferenciadas del adulto a estados pluripotenciales, es decir, estados en las que las células se comporten de un modo parecido a las células de origen embrionario o a las células adultas con más troncalidad”, explica el ex presidente del CSIC.

   “Esta tecnología está avanzando a un gran ritmo –asevera– y se está perfeccionando con una velocidad enorme; no obstante, todavía es necesario ser prudente, ya que estas células aún no se ha probado en fase clínica y todavía requieren de unos años para su potencial aplicación en tratamientos humanos”.

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