Hipertensión en pacientes con enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19): un análisis agrupado
Las características clínicas y epidemiológicas de COVID-19 se han publicado repetidamente en las últimas semanas. Se han informado comorbilidades específicas asociadas con un mayor riesgo de infección y peores resultados con el desarrollo de una mayor gravedad de la lesión pulmonar y la mortalidad.
Las comorbilidades más comunes en un informe fueron hipertensión (30%), diabetes (19%) y enfermedad coronaria (8%). Otro informe mostró que las comorbilidades más frecuentes en pacientes con COVID-19 que desarrollaron dificultad respiratoria aguda el síndrome fue hipertensión (27%), diabetes (19%) y enfermedad cardiovascular (6%). La frecuencia con la que los pacientes con COVID-19 son hipertensos no es del todo sorprendente ni implica necesariamente una relación causal entre la hipertensión y COVID- 19 o su gravedad, ya que la hipertensión es extremadamente frecuente en los ancianos, y las personas mayores parecen tener un riesgo particular de infectarse con el virus del SARS-CoV-2 y de experimentar formas graves y complicaciones de COVID-19.
No está claro si la presión arterial no controlada es un factor de riesgo para adquirir COVID-19, o si la presión arterial controlada entre pacientes con hipertensión es o no un factor de riesgo menor. Varias organizaciones han enfatizado el hecho de que el control de la presión arterial sigue siendo una consideración importante para reducir la carga de la enfermedad, incluso si no tiene ningún efecto sobre la susceptibilidad a la infección viral SARS-CoV-2.
El hecho de que la hipertensión, y otras formas de enfermedad cardiovascular que también se encuentran con frecuencia en pacientes con COVID-19, a menudo se tratan con inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA) y bloqueadores de los receptores de angiotensina (BRA), y que el SARS-CoV-2, se une a ACE2 en el pulmón para ingresar a las células, ha planteado preguntas sobre la posibilidad de que estos agentes puedan ser beneficiosos o realmente nefastos en pacientes tratados con ellos con respecto a la susceptibilidad a adquirir COVID-19 o en relación con su resultado.
Conclusión: todavía no hay evidencia de que la hipertensión esté relacionada con los resultados de COVID-19, o que el uso de inhibidores de la ECA o ARB sea dañino o beneficioso durante la pandemia de COVID-19. El uso de estos agentes debe mantenerse para el control de la presión arterial, y no deben suspenderse, al menos sobre la base de la evidencia actual en este momento
Lippi G, Wong J, Henry BM. Hypertension in patients with coronavirus disease 2019 (COVID-19): a pooled analysis. Pol Arch Intern Med. 2020; 130: 304-309. doi:10.20452/pamw.15272
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