La “niebla cerebral” por COVID-19 persistente confunde a los médicos, pero una nueva investigación ofrece esperanzas

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niebla cerebralLa niebla cerebral es uno de los síntomas más comunes de la COVID-19 persistente y también uno de los menos conocidos. De las personas con diagnóstico de COVID-19 persistente, 46 % se queja de niebla cerebral o pérdida de memoria.

Muchos médicos coinciden en que el término es vago y no suele representar realmente la enfermedad. Esto a su vez dificulta a los médicos su diagnóstico y tratamiento. Tampoco existen pruebas estándar para detectarla ni guías para el control de los síntomas o el tratamiento.

“No hay mucha precisión en el término porque puede significar cosas diferentes para pacientes distintos”, afirmó James C. Jackson, doctor en psicología de la Vanderbilt University School of Medicine y autor de un nuevo libro, Clearing the Fog: From Surviving to Thriving With Long COVID-A Practical Guide.

Por otra parte, llamarlo “niebla” facilita que los médicos y el público en general desestimen su gravedad, afirma Tyler Reed Bell, Ph. D., investigador especializado en virus que causan lesiones cerebrales que trabaja en el Departamento de Psiquiatría de la University of California, en San Diego, Estados Unidos.

La niebla cerebral puede hacer que conducir y volver al trabajo sean tareas especialmente peligrosas. Debido a la dificultad para concentrarse, los pacientes son mucho más propensos a cometer errores que provoquen accidentes.

Otros sostienen que puede tratarse de un juicio precipitado. Karla L. Thompson, Ph. D., neuropsicóloga principal de la Clínica de Recuperación de COVID-19 de la University of North Carolina School of Medicine, está de acuerdo en que en los casos más graves de COVID-19 que provocan una falta de oxígeno en el cerebro es adecuado hablar de daño cerebral adquirido.

Pero la niebla cerebral también puede estar asociada a otros síntomas de COVID-19 persistente, no solo a daño cerebral.

La fatiga crónica y la falta de sueño son síntomas frecuentes de COVID-19 persistente que afectan negativamente la función cerebral, afirman los especialistas. Las alteraciones del sueño, los problemas cardiacos, la disautonomía y la angustia emocional también podrían afectar al funcionamiento del cerebro tras la COVID-19. Encontrar el tratamiento adecuado requiere identificar todos los factores que contribuyen al deterioro cognitivo.

Vea el texto completo en:  La “niebla cerebral” por COVID-19 persistente confunde a los médicos, pero una nueva investigación ofrece esperanzas – Medscape – 11 de julio de 2023 (debe registrarse en el sitio web).

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