Prevención de la COVID prolongada: avances y desafíos

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covid prolongadoLa COVID prolongada, el término general que abarca las secuelas post-agudas y a largo plazo de la infección por SARS-CoV-2, puede ser profundamente incapacitante y podría afectar a las personas de por vida. Estas consecuencias para la salud afectan no solo a los pacientes y su esperanza de vida, sino también al bienestar social y a los indicadores económicos (participación laboral y productividad económica).

La prevención de la COVID prolongada debe ser una prioridad de salud pública y mundial. La evidencia emergente sugiere que los antivirales del SARS-CoV-2 podrían ser efectivos para prevenir el COVID prolongada. El trabajo de este equipo sugirió que nirmatrelvir (en combinación con ritonavir) redujo el riesgo de COVID prolongada en un 26 %, y que molnupiravir redujo el riesgo en un 14%.

En análisis exploratorios, se demostró que ensitrelvir también reduce el riesgo de COVID prolongada. En conjunto, estos datos sobre nirmatrelvir, molnupiravir y ensitrelvir apuntan en la misma dirección: el uso de antivirales en la fase aguda de la COVID-19 podría ser una estrategia importante para prevenir una COVID prolongada.

Sin embargo, a pesar de este progreso, quedan muchas incertidumbres y desafíos. Debido a que en la mayoría de los países, los antivirales disponibles (nirmatrelvir y molnupiravir) solo están autorizados para su uso en personas con factores de riesgo de progresión a enfermedad grave por COVID-19, los estudios que evaluaron la efectividad de estos antivirales para la COVID prolongada se limitaron a esta población.

No está claro si el efecto beneficioso de nirmatrelvir y molnupiravir también se extiende a las personas con bajo riesgo. Se necesitan con urgencia estudios que evalúen la efectividad de estos antivirales para reducir el riesgo de COVID prolongada en poblaciones de bajo riesgo (que actualmente no son elegibles para el uso de antivirales).
Las personas con COVID prolongada se están reinfectando; y la evidencia muestra que la reinfección contribuye a riesgos adicionales a la COVID prolongada (podría exacerbar las manifestaciones prolongadas de COVID existentes, contribuir a síntomas adicionales o daño a órganos).

Debido a que los ensayos aleatorizados de antivirales se realizaron antes de que se reconociera ampliamente la COVID-19, no se consideró un factor de riesgo de progresión a una enfermedad grave de COVID-19; en consecuencia, muchos pacientes con COVID prolongada podrían no ser elegibles para antivirales tras la reinfección. La COVID prolongada debe evaluarse como un presunto factor de riesgo para una mayor probabilidad de reinfección y un mayor riesgo de resultados adversos para la salud después de la reinfección.

También se debe investigar si los antivirales podrían reducir las consecuencias de la reinfección en personas que ya tienen COVID durante mucho tiempo. Mientras se espera la evidencia, y debido a que las personas con COVID prolongada pueden tener un alto riesgo de resultados adversos graves tras la reinfección, se debe considerar seriamente el inicio de antivirales tras la reinfección en esta población.

Vea el texto completo en:

Prevention of long COVID: progress and challenges. Al-Aly, Ziyad The Lancet Infectious Diseases, Volume 0, Issue 0. May 05, 2023. DOI: https://doi.org/10.1016/S1473-3099(23)00287-6

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