Seis datos que diferencian un caso de COVID persistente de las secuelas que deja la enfermedad

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covid persistente 200pxSon muchas las incógnitas que aún quedan por resolver sobre los casos de COVID prolongado o persistente. La primera de ellas —que muchos consideran la más importante— es la causa de la persistencia de los síntomas. Responder a esta interrogante ayudaría a encontrar una profilaxis para el síndrome e incluso a orientar las investigaciones de muchos de los tratamientos que se estudian contra el COVID-19.

Hasta ahora, se considera COVID persistente al complejo sintomático multiorgánico que afecta a aquellos pacientes que han padecido el COVID-19 y que permanecen con sintomatología, pasadas 4 e incluso 12 semanas, según una guía clínica de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

Este síndrome suele afectar a entre un 30% y un 80% de los pacientes, con uno o más síntomas a largo plazo.

“Según el último informe de la OMS del 6 de septiembre de 2021, en un 35% pueden persistir algunos síntomas de la COVID o volver a aparecer semanas o meses tras una recuperación inicial incluso entre adultos jóvenes sin condiciones médicas crónicas subyacentes”, puntualiza el Dr. José Sabán, médico internista experto en COVID persistente en la Clínica D-Medical de Madrid y miembro de Top Doctors.

“Aunque la mayor parte de los casos de infección por COVID son leves y breves en el tiempo, un pequeño grupo de enfermos pueden presentar una situación de infección persistente por COVID-19″, coincide el Dr. Javier Flandes, neumólogo del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz también en Madrid.

No obstante, el doctor Flandes reconoce que los afectados por el COVID prolongado pueden variar desde asintomáticos hasta con insuficiencia respiratoria crónica.

Estas son algunas de las diferencias que distinguen entre casos de COVID persistente o secuelas de la enfermedad que el nuevo coronavirus provoca:

  • Para los pacientes que tienen secuelas está claro que son consecuencia del daño orgánico o estructural. Entonces, el COVID persistente se diagnosticaría cuando no se encuentra un daño secundario que podría ser una secuela.
  • La evidencia hasta el momento indica que los pacientes que desarrollan secuelas son generalmente hombres de mayor edad —en torno a los 70 años de edad— con comorbilidades; por el contrario, entre los pacientes con COVID persistente predominan mujeres de mediana edad —en torno a los 43 años—, de acuerdo con la guía clínica de la SEMG.
  • Presencia de comorbilidades: a diferencia de los pacientes que presentan daños por la infección con el SARS-CoV-2, los que sufren la enfermedad de forma prolongada no necesariamente tienen enfermedades subyacentes.
  • En los pacientes con COVID long o prolongado no se puede identificar un momento en el que la enfermedad se dé por superada, según los expertos de la SEMG.
  • Muchos de los pacientes actuales con COVID persistente no se sometieron a una prueba diagnóstica de infección activa en la primera ola. Tampoco fueron hospitalizados. Asimismo, hay casos en los que las pruebas de diagnóstico siguen siendo positivas incluso tras parecer que ha superado la enfermedad —otro de los hallazgos que se relacionan con la persistencia del virus—.
  • No todos los pacientes que presentan síntomas persistentes del coronavirus han recibido atención sanitaria ni han sido hospitalizados. De hecho, algunos son asintomáticos hasta que meses después encuentran un síntoma que no se resuelve. Por el contrario, los recuperados que presentan secuelas de la enfermedad suelen precisar de atención sanitaria avanzada o han permanecido en seguimiento en las consultas hospitalarias, según la SEMG.

Vea la información completa en:

6 datos que diferencian un caso de COVID persistente de las secuelas que deja la enfermedad. Kamila Barca. Business Insider – 14 sept 2021

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