Estimación y mitigación del riesgo de la COVID-19 asociado con la reapertura de las fronteras internacionales en Vietnam
Desde el inicio de la pandemia de la COVID-19, el modelado matemático ha sido un componente importante de la respuesta global. La reapertura de las fronteras internacionales representa un desafío y, debido a la ausencia de la transmisión local y los robustos sistemas de respuesta pandémica en el país, pocos modelos de los estudios han utilizado datos de Vietnam.
Según la literatura consultada por los autores sobre los riesgos asociados con los viajes internacionales, los cierres de las zonas fronterizas fueron un componente importante para restringir la propagación del virus, pero solo un pequeño número de estudios han evaluado los riesgos asociados con la reapertura de las fronteras.
En este artículo, publicado en la revista The Lancet Global Health, los autores se propusieron utilizar los datos epidemiológicos, los conductuales, los demográficos y los de las políticas implementadas por el brote de la COVID-19 en julio de 2020 en Da Nang, Vietnam, para calibrar un modelo basado en los agentes de transmisión de esta enfermedad para Vietnam y estimar el riesgo de los futuros brotes asociados con la reapertura de las fronteras para viajes internacionales en ese país.
Tras la publicación de los cierres iniciales en abril de 2020, se lanzó una campaña en Da Nang para atraer a los turistas, lo que provocó un fuerte aumento de las visitas: alrededor de 250 000 personas arribaron al país en mayo, 450 000 en junio y alrededor de 1,4 millones en julio, lo que equivale a aproximadamente 33 000 personas por día entre el 15 de junio y el 25 de julio de 2020.
A pesar de la respuesta agresiva del gobierno vietnamita a las primeras oleadas de infecciones por la COVID-19, las pruebas de los 895 donantes de sangre en Ho Chi Minh City, entre el 27 de agosto y el 7 de noviembre de 2020, mostró una baja prevalencia (0.2 %) de anticuerpos neutralizantes contra el SARS-CoV-2
Hasta el 25 de julio de 2020, no se habían reportado casos de la COVID-19 transmitidos localmente en Vietnam durante 99 días.
Un factor importante en el modelado del brote de Da Nang fue la velocidad con la que tanto la política oficial como el comportamiento de la población se adaptaron a la detección de los nuevos casos de la COVID-19.
En este sentido, según una encuesta de VnExpress sobre alrededor de 95 000 personas realizada el 26 de julio de 2020, el 35 % de los consultados informaron haber usado con frecuencia una mascarilla en las 2 semanas anteriores a la fecha en que se realizó la indagación, y el 29 % expresaron haber usado una mascarilla a veces en las últimas 2 semanas.
Sin embargo, en respuesta a la detección del grupo local de los casos, las escuelas y los lugares de trabajo en Da Nang se cerraron desde el 28 de julio (3 días después de que se detectaron los casos) hasta mediados de septiembre de 2020, y se emitió una orden de permanencia en el hogar.
Sin embargo, según la misma encuesta realizada el 2 de agosto de 2020, las proporciones de personas que informaron haber usado una mascarilla en las 2 semanas anteriores habían cambiado al 90 % con frecuencia y al 5 % a veces. Dichos mecanismos de retroalimentación entre el número de los casos reportados y el comportamiento de los individuos rara vez se han incorporado directamente en los marcos de modelado, aunque algunos estudios han incluido intervenciones dinámicas basadas en los umbrales de activación.
Los autores asumieron la hipótesis de que la inclusión de los mecanismos de retroalimentación en el modelo sería esencial para capturar la evolución del brote en la provincia de Da Nang y para hacer razonables estimaciones de la probabilidad de los brotes futuros en Vietnam y en países con perfiles similares de la COVID-19 (por ejemplo, Taiwán y Nueva Zelanda).
Para este estudio se utilizaron los datos completos del 15 de junio al 15 de octubre de 2020 sobre las pruebas diagnósticas, los casos confirmados de la COVID-19 y las infracciones de la cuarentena para establecer un modelo del brote de la COVID-19 de julio de 2020 en Da Nang, Vietnam, utilizando el programa de código abierto Covasim basado en los agentes de transmisión del SARS-CoV-2.
Este modelo fue posteriormente utilizado para cuantificar el riesgo de los futuros brotes en Vietnam en los 3 meses posteriores a la reapertura de las fronteras internacionales, bajo los diferentes escenarios de comportamiento, las respuestas políticas (es decir, el cierre de lugares de trabajo y de las escuelas) y las pruebas diagnósticas en curso.
Los datos de los números diarios y acumulados de las pruebas y los casos diagnosticados con la COVID-19 por región geográfica fueron obtenidos del Instituto Nacional de Higiene y Epidemiología (Hanói, Vietnam) y los de los pacientes del Departamento General de Medicina Preventiva (GDPM; Ministerio de Salud, Hanói, Vietnam).
A cada persona con la COVID-19 se le recolectaron los datos de la edad, el sexo, la nacionalidad, el origen geográfico, la clasificación del caso (importado o nacional), la fecha de diagnóstico, los síntomas, la fecha de inicio de la enfermedad, la del aislamiento, y la de la hospitalización, el número de los contactos cercanos infectados con el SARS-CoV-2, cualquier complicación desarrollada durante la estadía hospitalaria y la fecha de la defunción, si correspondía.
Entre el 23 de enero y el 22 de agosto de 2020, se registraron 1014 casos de la COVID-19 confirmados por los laboratorios, y 35 muertes por esta enfermedad, en Vietnam.
Por otra parte, para estimar el riesgo de que una infección importada ingrese a Vietnam y escape de la cuarentena, los investigadores analizaron los datos sobre las llegadas de los viajeros a los aeropuertos del país y calcularon el número de transmisiones posteriores a la llegada de un individuo infectado con el SARS-CoV-2, considerando los protocolos de cuarentena vigentes.
Durante el brote en Da Nang en julio de 2020, el cierre de las escuelas y los lugares de trabajo fueron establecidos dentro de los 3 días posteriores a la detección de los casos en las áreas afectadas, la adopción inmediata del uso de los nasobucos, la generalización de las pruebas diagnósticas para la COVID-19 y la cuarentena de las personas potencialmente expuestas, así como la rápida pesquisa de los contactos, permitieron que la curva de la epidemia se aplanara una semana después de que se detectaran los primeros casos.
Los investigadores, de acuerdo a los resultados del estudio, estimaron que el brote en Da Nang acontecido entre julio y agosto del 2020 fue el resultado de una transmisión comunitaria sustancial y que unos niveles más altos en la ejecución de las pruebas diagnósticas de la COVID-19, en personas sintomáticas, podrían haber mitigado esta transmisión.
El brote alcanzó su punto máximo el 2 de agosto de 2020, con un estimado de 1060 infecciones activas (intervalo de proyección del 95 % 890-1280). Si la población de Vietnam sigue cumpliendo estrictamente con las políticas del uso de máscaras, las proyecciones derivadas de la investigación indican que la epidemia permanecería bajo control incluso si un flujo pequeño, pero constante, de infecciones importadas escapara de la cuarentena hacia la comunidad.
Los autores señalan que, sin embargo, si aumenta la complacencia y la proporción de las pruebas diagnósticas son relativamente bajas (solo se evalúa al 10 % de los individuos sintomáticos), la epidemia podría repuntar nuevamente, con un estimado de unas 2100 infecciones (intervalo proyectado del 95 %: 1050–3610) en 3 meses.
Estos resultados podrían mitigarse si el comportamiento de la población general responde dinámicamente a los aumentos en los casos adquiridos localmente que superan los umbrales específicos, pero solo si simultáneamente también se aumentan las pruebas diagnósticas para la COVID-19 en los individuos sintomáticos.
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